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¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?

¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?
¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?

Bienvenidos adictos a la literatura. hoy nos toca descubrir ¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?

Sandman es considerado uno de los mejores comics de todos los tiempos. Y, además, acaba de estrenarse una serie en Netflix que lo adapta con gran acierto. Aunque eso sí, cosechando grandes elogios y críticas desaforadas a partes iguales.

Por eso, hoy quiero descubriros a su creador Neil Gaiman. Un escritor que, junto con Alan Moore (hace poco hablamos de él en V de Vendetta pero volveremos sobre su figura) revolucionó el comic moderno con una narrativa provocativa y llena de imaginación.

Y después, por supuesto, os recomendaré algunas de sus obras dejando para el final como no puede ser de otra manera, a la excelsa Sandman.

Así que es hora de ponernos la máscara, acariciar el rubí rojo del collar y esparcir un puñado de la arena de los sueños. Comencemos.

Neil Gaiman y Alan Moore

Neil Richard MacKinnon Gaiman es un escritor británico nacido el 10 de noviembre de 1960 en Portchester, Hampshire. Sus padres, procedentes de familias judías del este de Europa, abandonaron sus prácticas religiosas tradicionales por la Cienciología. Esto, sin embargo, no hizo que Gaiman se interesase por la religión. Probablemente, por su carácter contestarlo, contribuyó a decantarle por el agnosticismo, que hoy en día dice profesar.

De niño fue un buen estudiante que, como Jorge Luis Borges, se definía a sí mismo como un mejor lector que escritor. A los cuatro años leía sin ayuda, a los diez ya había devorado los textos de Dennis Wheatley, J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis. Fueron ellos, junto a Roger Zelazny, Alan Moore, Lewis Carroll y Ursula K. Le Guin, los autores que lo inspiraron para sumergirse en la aventura de la escritura. Gracias a ellos se fue perfilando su estilo narrativo hasta convertirlo en una de las plumas más importantes de la actualidad.

A inicios de los ochenta, empezó a compatibilizar el periodismo con la literatura. Escribía para varios fanzines y revistas underground. Hacía reseñas sobre libros que había leído y realizaba entrevistas a autores que admiraba. Su objetivo era conocer mejor la industria y conectarse con personas que lo pudiesen ayudar en su carrera. Su primer libro fue una biografía de la banda Duran Duran, que escribió por encargo.

Pero sería la casualidad, al encontrar en una estación de tren una copia de Swamp Thing, uno de los mejores comics escritos por Alan Moore, lo que le hiciera interesarse definitivamente por el comic. De hecho, fue tal el impacto que la obra de Moore causó en Gaiman que, las últimas reservas que este tenía, sobre el mundo de los comics y su potencial para un escritor, se derrumbaron como una baraja de naipes.

Gaiman entabló entonces una fuerte amistad con Alan Moore. De hecho, incluso terminó sustituyendo a éste en la serie de Miracleman y con la novela gráfica Casos Violentos. Esto hizo que la editora de Vertigo, el famoso sello de DC dedicado al cómic de géneros alternativos, Karen Berger, se interesara por él y le ofreciese la posibilidad de escribir la novela gráfica Orquídea Negra.

La obra, que realizó junto con su amigo y por entonces novato ilustrador Dave McKean, fue publicada en 1987, como miniserie de tres números. Fue un completo éxito y supuso que muy pronto DC le ofreciese la realización de una serie regular. La elegido fue The Sandman, en la que repetiría colaboración con McKean.

A partir de aquí, la popularidad de Gaiman se dispararía llevándole a escribir muchos más cómics en diversas editoriales. Como las dos miniseries 1602 y Los eternos para Marvel o ¿Qué le sucedió al cruzado de la capa? para DC.

Con el nuevo siglo, Gaiman fue abandonando poco a poco los cómics para incursionar cada vez más en la literatura con obras como Neverwhere (1996), Stardust (1999), American Gods (2001), Los hijos de Anansi (2005) o El libro del cementerio (2008). Además, también ha escrito poemas, cuentos infantiles y textos de otro tipo como Mitos Nórdicos, una particularísima recreación del folclore escandinavo.

Neil Gaiman se ha convertido en un artista multidisciplinar. Ha escrito biografías, novelas gráficas, literatura infantil, guiones para el cine y la televisión, ha grabado audiolibros y hasta ha desarrollado radioteatros. En los últimos años, se ha introducido en el mundo de la televisión, produciendo y colaborado en los guiones de varias adaptaciones de sus obras. Es el caso de Good Omens, American Gods, Stardust y la recién estrenada serie de Sandman.

En definitiva, un autor polifacético que es la viva demostración de cómo la literatura se relaciona íntimamente con otras expresiones artísticas. Y que de esas relaciones pueden surgir auténticas e inolvidables obras de arte.

Y ahora llega el momento de hablaros de algunas de las obras que a mi particularmente me han gustado más. Empecemos con mi particular ranking de Neil Gaiman:

1. Buenos Presagios

Buenos Presagios es una comedia negra con tintes apocalípticos escrita por Gaiman en colaboración con Terry Pratchett en 1990.

La trama de la obra arranca cuando un ángel y un demonio, el ángel Azirafel y el demonio Crowley, viejos amigos después de convivir largamente en la Tierra, descubren que está a punto de iniciarse el Apocalipsis. Decididos a evitarlo, optan por tutelar al anticristo, aún niño, para influir sobre sus futuras decisiones.

La historia fue concebida en principio como una parodia de los libros de Richard Crompton titulados William the Antichrist. Sin embargo, la creatividad de estos autores terminó por crear una obra desternillante donde no se deja títere con cabeza.

2. American Gods

American Gods es una novela escrita en solitario por Gaiman y publicada en 2001. Aunque no sé si yo diría tanto, para muchos es la obra cumbre de este autor. Se trata de una vuelta de tuerca llena de imaginación a distintas mitologías y fantasías mezcladas con puro folclore estadounidense.

La novela cuenta las aventuras de Sombra (Shadow), que es liberado de prisión debido a la muerte de su mujer en un accidente de tráfico. Sin rumbo ni objetivo en la vida, acepta trabajar para el misterioso Sr. Miércoles (Wednesday), sirviendo como chófer y guardaespaldas. Pronto descubrirá que su nuevo jefe guarda muchos secretos y que acaba de meterse en una guerra entre dioses.

3. Coraline

Publicada en 2002, Coraline se presumía como una apuesta de Gaiman por el género de cuento infantil. Pero, como todo en Gaiman, nada es lo que parece en un primer vistazo y esta obra resulta ser toda una novela de terror para el público más joven. Y, si no, que se lo digan a mis sobrinos que tuvieron pesadillas durante días tras ver su adaptación al cine, en las que gentes con ojos de botones les perseguían.

La novela cuenta cómo la joven Coraline y su familia se mudan de casa. Aburrida y molesta con sus padres, que no le hacen demasiado caso, la muchacha comienza a investigar. Curiosa, descubre que su casa alberga una puerta hacia una versión mucho más divertida y animada de su propio mundo, en donde los ratones cantan y bailan, su madre es atenta y cariñosa, y su padre es un hombre divertido. Sin embargo, Coraline descubrirá que todo esto no es más que una fachada y que este mundo idílico es una trampa, un caramelo envenenado del que tendrá que huir… si no quiere sufrir un destino horrible.

Miuchas veces hemos comentado que las mejores historias surgen de nuestras propias experiencias, temores o sueños. Pues bien, Coraline es un excelente exponente de esto. Neil Gaiman, cuando era niño, vivía con sus padres en una vieja casa donde había una puerta que daba a un muro de ladrillo. El pequeño Gaiman estaba convencido, en sus mundos de fantasía, de que, tras aquella puerta, en realidad se escondía un secreto. El resultado fue que, Neil Gaiman, como autor ya consagrado, se permitió la satisfacción personal de liberar aquellas fantasías infantiles en esta fantástica y perturbadora historia infantil, “Coraline”.

4. Stardust

Aunque su adaptación al cine pasó sin pena ni gloria, lo cierto es “Stardust” es una obra donde Neil Gaiman se introdujo en la novela romántica con bastante acierto. Eso sí, envolviendo todo de su tono fantástico habitual y dotándolo de un tono épico nada desdeñable.

Fue su segunda novela y se publicó en 1999. La fábula trata las aventuras de un joven de la villa de Wall («muro» en inglés), que limita con la tierra mágica de Faerie. Este joven es Tristan Thorn, que decide salir en busca de una estrella que cayó a tierra para así probar su amor a Victoria Forester. Lo increíble ocurre cuando descubre, en el cráter que dejó la estrella en el suelo, a una joven, Yvaine, quien resulta ser la estrella misma bajo forma antropomórfica.

Por cierto, aunque la película Stardust de 2007 (no confundir con el biopic de David Bowie del mismo título de 2020), no fue una producción demasiado acertada, cuenta con un importante punto a su favor. Y es que está protagonizada, ni más ni menos, que por un jovencísimo Charlie Cox. Aquí podéis verle antes de convertirse en Daredevil, personaje que esta misma semana vuelve a la pequeña pantalla en la próxima serie de She HulK.

5. The Sandman

Y ¿Cómo no?, teníamos que terminar con The Sandman, el comic que catapultó a Neil Gaiman a la fama.

En un principio Sandman era un antiguo personaje que Gaiman había querido recuperar para Orquídea Negra, la miniserie que le había encargado DC, a lo que la editorial se negó. Sin embargo, tras el éxito cosechado por crítica y lectores en Orquídea Negra, DC fue consciente de que habían fichado a un escritor muy especial, por lo que se le ofreció la posibilidad, ahora sí, de realizar una serie con Sandman, dotándole de su peculiar visión.

En total fueron 10 arcos narrativos (compuestos por 75 números) que arrancaba relatando cómo Sandman, uno de los Eternos, era apresado por un mago, poniendo en riesgo el mundo de los sueños. Tras ser liberado, Sandman inicia la búsqueda de tres objetos que le han sido robados y que le permitirán recuperar su poder (un saquito de arena, un yelmo y un talismán), para poder así reconstruir su destruido reino.

La serie se convirtió pronto en el buque insignia del sello Vertigo de DC, en el que fue publicada. Su mezcla de mitología clásica y contemporánea, unida al trabajo artístico de los ilustradores (Colleen Doran, Mike Dringenberg, Marc Hempel, Kelley Jones, Jill Thompson y Michael Zulli) y muy especialmente de las portadas de Dave McKean, lo convirtieron rápidamente en uno de los comics más aclamados de la historia.

Sin embargo, lo cierto es que la obra no estuvo exenta de crítica por la inclusión de personajes con una profunda ambigüedad sexual y una estética vanguardista para la época. Crítica que se ha extendido a la actual adaptación en Netflix, donde se ha reprochado el cambio de sexo de alguno de los personajes e incluso la aparición de un personaje travestido. Una crítica llena de prejuicios y además completamente absurda. Lo cierto es que toda la adaptación ha sido supervisada por el propio Gaiman, que, además ha explicado ya en múltiples ocasiones la vocación claramente inclusiva de Sandman desde sus orígenes en viñetas.

El propio Gaiman respondía así a estas críticas:

“¿Así que quieres Sandman sin la gente LGTBI+ que estaba en ella, sin los personajes femeninos que son protagonistas y sin la gente de color? ¿Estás seguro de que seguirá siendo Sandman una vez que tengas eso?”

Neil Gaiman es un escritor que demuestra con la versatilidad de su pluma que en todos los medios puede realizarse literatura de calidad. Además, con su imaginación desbordada y su capacidad casi infinita de encontrar nuevas y originales maneras de relatar mitos e historias, deja patente que, como él mismo dice, no hay tema malo sino mal contado. Y es que Neil Gaiman es ante todo un contador de historias. Historias que el mismo definía así en la introducción de su obra “Humo y espejos”:

“Las historias son, de algún modo, espejos. Las utilizamos para explicarnos cómo funciona el mundo, o cómo no funciona. Las historias, como los espejos, nos preparan para el día de mañana. Nos distraen de lo que acecha en la oscuridad. La fantasía -y toda la ficción es fantasía algún tipo- es un espejo. Un espejo distorsionador, sin duda, y engañoso, colocado en un ángulo de cuarenta y cinco grados con respecto a la realidad, pero al fin y al cabo un espejo, que podemos utilizar para contarnos cosas que de otra manera quizás nos veríamos”.

Y hasta aquí el repaso a este genial escritor, del que nos despedimos con la original respuesta que dio cuando una periodista le preguntó cuál era el secreto para poder crear historias tan originales:

“Aburrirse. Las ideas surgen de soñar despierto, vienen de andar a la deriva. Si quieres tener una buena idea para un libro tienes que aburrirte tanto que tu mente no tenga nada mejor que hacer que contarse una historia”.

Así que, ya sabéis, aburríos mucho. Ose dejo con el vídeo de Youtube y no olvidéis dará un enorme like, si os ha gustado, suscribíos en el blog o el canal de Youtube y dar a la campanita para que os visen cuando suba nuevo contenido al canal.

¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?
¿Quién demonios es Neil Gaiman, el creador de Sandman?

Errores y Aciertos en OBI-WAN KENOBI

Errores y Aciertos en Obi-Wan Kenobi

Bienvenidos adictos a la literatura. Hoy puede decirse que comenzamos nueva temporada cargada de novedades como os explicaba en un reciente artículo. Y lo hacemos con un artículo dedicado, ni más ni menos a que los Errores y Aciertos en Obi-Wan Kenobi. Una serie de televisión, que era la más esperada por los fans de Star Wars, y que esconde importantes lecciones sobre qué se debe y qué no se debe hacer a la hora de construir un buen relato.

La serie de Obi-Wan Kenobi llegaba de la mano de Lucasfilm y de Disney como su producto estrella. La serie se anunciaba como las más esperada por los fans después del éxito cosechado por The Mandalorian, (especialmente en su segunda temporada) y El libro de Boba Fett que, salvo por los episodios en que aparecía precisamente el mandaloriano, pasó sin pena ni gloria entre los aficionados.

En Obi-Wan Kenobi se vería por fin lo ocurrido tras el descenso de Anakin Skywalker al lado oscuro y su enfrentamiento con su antiguo maestro Obi-Wan Kenobi. Se recuperaba, además, a los actores originales Ewan McGregor como Kenobi y Hayden Christiansen como Vader. Todo ello envuelto de un gran presupuesto y un elenco de profesionales del cine y la televisión primera línea. Todo pintaba muy bien, pero ¿cómo fue el resultado? ¿respondió a los esperado por los fans? Y lo más importante ¿consiguieron crear una buena historia?

Pare responder a esto lo mejor es analizar distintos aspectos de la producción para ver qué se ha hecho bien y qué mal. Siempre desde mi punto de vista, claro

1. Ambientación

Considerando la ambientación como todo el dibujo de escenarios, efectos especiales, vestuario en incluso banda sonora, lo cierto es que hay cosas bien solventadas y otras no tanto.

Siendo una serie de televisión, a nivel visual (efectos especiales, vestuario o escenografía) la serie cumple con buena nota. En todo momento se siente que estamos en el mundo de Star Wars, con una calidad que, con sus más y sus menos, guarda el tipo con cualquiera de los films de la franquicia.

Otra cosa muy distinta es cuando hablamos de la banda sonora. En Star Wars la música siempre ha sido un auténtico buque insignia. Las maravillosas bandas sonoras compuestas por John Williams para las películas originales son en gran medida responsables del dramatismo y espectacularidad alcanzado por estas producciones en la gran pantalla.

Sin embargo, en Obi-Wan Kenobi, salvo algunos acordes, salpicados de vez en cuando en la trama, provenientes de las composiciones originales, la música pasa totalmente desapercibida.

Lo curioso es que en la presentación de la serie se anunció que, precisamente con esta serie, John Williams volvía a la franquicia.  Y lo hizo con un tema de cabecera de indudable calidad como siempre. El problema no fue ese, sino la inexplicable decisión de no utilizar uno solo de los temas originales durante la serie.

¡Como hubiese cambiado la primera aparición de Darth Vadar en la pequeña pantalla si hubiese estado acompañada de la marcha imperial!

2. Personajes

Y aquí nos encontramos con uno de los grandes problemas de esta serie. Como ya os comentaba cuando hablamos de la creación de personajes, la caracterización de éstos es fundamental para crear una buena historia. Esto se aplica muy especialmente al protagonista y mucho más aún al antagonista.

Pues bien, cuando narramos una historia secuela de otra anterior, contamos con la ventaja de que muchos de nuestros personajes ya son conocidos por nuestros lectores (en este caso espectadores).

Esto que puede parecer una ventaja a priori, se puede convertir en una auténtica trampa. El problema es que podemos caer en la tentación de pensar que el trabajo ya está hecho y hacer así una caracterización superficial de los personajes que repiten.

Además, se añade una trampa más y es que tenemos que tener mucho cuidado con la coherencia de los personajes en su forma de actuar y en su carácter. Nuestros personajes no pueden variar, de una historia a su secuela sin que por lo menos expliquemos el cambio en profundidad.

Pues bien, en Obi-Wan Kenobi los guionistas caen en estas dos trampas. Tanto el personaje de Obi-Wan como el propio Anakin tienen comportamientos incoherentes con lo visto en las entregas anteriores y son cauterizados de forma sumamente superficial.

Al empezar la serie, Obi-Wan Kenobi, maestro y guerrero Jedi sin igual, se ha convertido en un personaje inseguro que no tiene control sobre la fuerza. Un hombre acabado que vive escondido en una zona remota y dedicado a cortar pescado. Todo esto quiere ser justificado simplemente como la depresión causada por haber fracasado en su lucha con su aprendiz Anakin.

En cuanto a Anakin Skywalker, podemos ver en algunas escenas como tiene el cuerpo destrozado tras su lucha con Obi Wan, por lo que ha de llevar la famosa armadura que le convierte en Darth Vader. A partir de ahí, el personaje se vuelve totalmente plano, buscando una venganza obsesiva de Kenobi. No hay reflexiones, ni remordimientos, ni un relato coherente de cómo este personaje ha llegado a abrazar el lado oscuro de la fuerza con tal pasión.

Reva es otro de los personajes protagonistas que, aunque en esta ocasión es de nueva creación, resulta también completamente fallido. En este caso el gran problema es que en ningún momento se entienden sus motivaciones. Después de verla comportarse de forma sicopática durante toda la serie, al final se nos quiere vender que, en realidad, no es mala. En realidad sólo pretendía vengarse de Darth Vader por asesinar a todos sus compañeros de estudios Jedis e intentar asesinarla a ella misma, cuando era niña.

El problema es que el método escogido por Reva para su venganza no es otro que dedicarse a cazar a sus compañeros Jedis para ganarse la confianza de Darth Vader. Si esto de por sí ya tiene poco sentido, en el último capítulo de la serie, Reva, tras fracasar en matar a Vader, decide vengarse de él asesinando a Luke, su hijo, del que Vader ni siquiera conoce su existencia. En fin, un despropósito difícil de igualar. Aunque lo peor es que amenazan con una serie propia de Reva. Incomprensible.

Por señalar algo positivo, algunos personajes secundarios sí que tienen una mejor caracterización y crean mayor empatía con el espectador. Es el caso de la pequeña Leia Organa, que resulta una auténtica Leia en pequeño; de los padrastros de Luke, a los que por fin comprendemos mejor; o del falso Jedi, Haja Estree, personaje que resulta sumamente interesante y del que el espectador se queda con ganas de saber más.

3. Trama

Si en la caracterización de los personajes ya hay grandes problemas, en la trama encontramos los peores errores de toda la serie.

En primer lugar, hay que decir que la serie de Obi-Wan Kenobi es un relato construido siguiendo el esquema del “Camino del héroe”, que ya os lo explicaba en un pasado artículo que podéis consultar aquí.  En todo caso y resumiendo, la serie sigue el esquema típico en el que un personaje protagonista debe pasar una serie de pruebas para alcanzar su verdadero significado como héroe.

Aunque la serie sigue bastante bien este esquema, el gran problema es que las líneas generales de la trama no se sostienen. Básicamente, la serie nos cuenta como un Obi-Wan, deprimido tras su pelea con Anakin Skywalker, ha abandonado todo, incluso a sus compañeros Jedis, para vivir una vida ermitaña. Tras verse obligado a acudir en ayuda de la princesa Leia, que ha sido secuestrada, Obi-Wan, atraviesa una serie de pruebas, enfrentándose finalmente a Darth Vader, para redescubrirse a sí mismo cono Jedi.

El problema es que a la postre no se produce ningún cambio real en el protagonista. La pelea final es exactamente igual que la pelea original que causa la caída de Kenobi y la perdida de Anakin en el lado oscuro. La decisión de Kenobi, enfrentado al mismo dilema que ya vimos en la gran pantalla, vuelve a ser la misma. Una vez más, Kenobi deja a Vader con vida sabiendo que seguirá destruyendo a los Jedi y a la República. Y para rematarlo, vuelve a Tattonie a su vida anterior de ermitaño perdido en el desierto.

En definitiva, realmente no hay viaje del héroe ni para Kenobi ni para Anakin. Ambos quedan exactamente igual al final de la historia que al principio, con la salvedad de que ahora Kenobi vuelve a controlar la fuerza y ha superado su depresión, aunque no sepamos muy bien por qué.

A parte de este error fundamental de concepto, existen muchos más en las tramas secundarias. De hecho, nos encontramos con algunas escenas que resultan incoherentes; con persecuciones incomprensibles; con curaciones milagrosas e inexplicadas; con viajes instantáneos injustificados de un planeta a otro, con Stormtroopers que, con armadura y todo, caen inconscientes de un solo puñetazo y hasta con una huida que bordea el ridículo, con Leia escondida bajo la túnica de Obi-Wan.

En definitiva, se trata de un guion muy poco trabajado y plagado de inconsistencias.

Como conclusión final, y aunque la crítica puramente cinematográfica se la dejo a los expertos en el tema, os diré que, como relato, la serie de Obi-Wan Kenobi sufre una gran cantidad de carencias que la convierten en un producto menor de la franquicia. Una pena para una serie que se prometía la joya de la corona de las series de Star Wars. Aun así, resulta entretenida si se ve sin pretensiones y se es un fan de Star Wars.

Lógicamente, todo esto es solo mi opinión y supongo que algunos de vosotros no estaréis de acuerdo. Si es así no dudéis en intervenir en los comentarios. Prometo contestaros a todos.

Y con esto llegamos al final del artículo de hoy, espero que os haya gustado. Si es así, ya sabéis suscribíos en el blog o el canal de Youtube y dad a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

Hasta el próximo video artículo.

Errores y Aciertos en Obi Wan Kenobi
Errores y Aciertos en Obi-Wan Kenobi

Todas las Novedades del canal de los Adictos a la Literatura

Novedades Adictos a la Literatura
Todas las Novedades del canal de los Adictos a la Literatura

Hoy os traigo un artículo especial en el que os quiero anunciar los todas las novedades del canal de los adictos a la Literatura, que estoy implementando en la web y en el canal de Youtube. Cambios que he ido demorando por falta de tiempo material y que quiero ir poniendo en marcha durante el verano.

En primer lugar, estrenamos nueva imagen y cabecera tanto para el canal como para la web. La versión extendida de la intro y de la cabecera del canal podéis verla en el video artículo que os dejo al final del post. Ya me diréis si os gusta

Pero no sólo estrenamos nueva imagen sino que también estrenamos nuevas secciones, que se verán reflejadas en distintas listas de reproducción, para que podías escoger los contenidos que más os interesen. Estas secciones abarcarán nuevas temáticas como el cine, las series o los comics, acercándonos siempre a ellas desde un punto de vista literario.

Todos estos nuevos contenidos se verán reflejados en la web que también ha visto completamente reformada la «videoteca«, donde ahora tenéis todos los contenidos del canal de Youtube y donde también os podéis suscribir a éste.

Además, los video artículos se verán complementados con publicaciones en mis redes sociales. Especialmente en mi canal de Instagram y en mi blog, donde publicaré también los artículos para que podáis consultarlos en el soporte que más os guste.

En este sentido estoy también trabajando en añadir un canal de podcast. ¿Qué os parece esta idea? ¿Creéis que le aportaría valor al canal? ¿Os suscribiríais a é? ¿En qué plataforma os gustaría verlo publicado? Echadme una mano porque es un tema con el que no estoy familiarizado pero que parece que está ganando en popularidad.

Finalmente comentaros que la publicación de los nuevos artículos pasará a ser cada dos semanas puntualmente. De esta manera, me aseguro de poder dotarlos de la calidad que merecéis todos los adictos a la literatura.

Espero que os gusten todas estas novedades y, ya sabéis, si queréis echarme una mano, es tan sencillo como que os suscribáis en la web o al canal de Youtube y le deis a la campanita, además de participar con vuestros comentarios y sugerencias.

Ahora os dejo, como siempre, con el video artículo correspondiente del canal de Youtube. Hasta muy prontito porque este fin de semana tenemos nuevo un video artículo. Así que, hasta el domingo…

Todas las novedades del Canal de los Adictos a la Literatura y mucho más...
Todas las Novedades del canal de los Adictos a la Literatura

La relación entre la música y la literatura

La relación entre la música y la literatura
La relación entre la música y la literatura

Hoy vamos a hablar de la relación entre la música y la literatura. Esta semana, y aún con la resaca del Festival de la Canción de Eurovisión 2022, toca a dar un giro de 180 grados al canal y hablar de música.

No os asustéis, no es que me haya vuelto loco y haya decidido cambiar la literatura por el género musical. No vamos a entrar a valorar que canción fue mejor o si debió ganar uno u otro país. Eso se lo dejamos a los expertos en música, aunque, eso sí, os confieso que como español estoy encantado con el resultado de Chanel con su Slomo.

En realidad, es todo lo contrario ya que no pude haber mejor momento para hablar de la relación entre la música y la literatura. Una relación histórica que se pierde en los albores del tiempo y que merece mucho la pena rescatar y que seguro os va a sorprender.

Literatura y música son dos expresiones artísticas nacidas de forma conjunta. Una relación que se ha mantenido a lo largo del tiempo de las más diversas maneras.

En la más remota antigüedad la tradición era transmitida de forma oral ya que aún no existía la manera de perpetuarla de forma escrita. Esta transmisión popular realizada por juglares y similares era a menudo acompañada de música. De ahí proviene la palabra lírica que surge del término lira, que era el instrumento que acompañaba en la Edad Media el recitado de poemas.

Este uso de la música nació como una especie de truco nemotécnico ya que permitía la memorización más sencilla del relato del juglar. Estos primeros trovadores y juglares fueron, como ya os he explicado en otras ocasiones, los responsables del nacimiento de la literatura. Lo interesante es que también lo fueron de la música popular.

De ahí que las letras de las canciones populares, tanto tradicionales como contemporáneas, presenten muchos de los recursos habituales del lenguaje literario, especialmente de la poesía.  Es el caso de la rima, que desempeña un papel fundamental, ajustándose a la música para crear ritmo. O también el caso de los distintos recursos estilísticos utilizados como el símil, la metáfora, la anáfora, el paralelismo y un largo etcétera.

Sea como fuere, música y literatura comparten un tronco común que ha ideo diversificándose en todo tipo de expresiones artísticas, aunque siempre manteniendo una fuerte relación. Es por eso que las fronteras en entre géneros literarios como el teatro y géneros musicales como la ópera se difuminan e incluso llegan a complementarse.

La ópera suele nutrirse de obras y personajes literarios. Para ello, el autor del libreto adapta el texto literario al formato operístico. Baste como ejemplo las numerosas óperas que tomaron las obras de William Shakespeare como fuente de inspiración. Es el caso de Otelo de Rossini, Macbeth y Falstaff de Verdi, Romeo y Julieta de o Las alegres comadres de Windsor de Nicolai.

Todo esto probablemente no os sorprenda, pero ¿Qué me diríais si os dijese que grandes grupos musicales modernos han basado muchas de sus obras en grandes clásicos de la literatura? Pues a continuación os dejo algunos ejemplos para que veáis que la relación entre literatura y música sigue hoy en día enriqueciendo ambos mundos.

1. Iron Maiden

Comenzamos fuerte con una de las bandas de metal más importante de todos los tiempos, fundado en 1975 por el bajista Steve Harris. Pues bien, numerosos de sus temas guardas decenas de referencias literarias. Por poner algunos ejemplos: Un mundo feliz, inspirada en la obra de igual título de Aldous Huxley; El soldado, del poema de Tennyson La carga de la brigada ligera; Asesinatos en la rue morgue, del relato del mismo nombre de Allan Poe; Para domar una tierra, inspirada en el clásico de la ciencia ficción Dune, de Frank Herbert; El Dorado basado en el poema del mismo nombre de Edgar Allan Poe o La Señal de la cruz, inspirada en El nombre de la rosa, de Umberto Eco.

2. Metallica

También esta banda estadounidense, fundada en 1981 en Los Ángeles por Lars Ulrich y James Hetfield, se han inspirado en obras literarias para realizar algunas de sus mejores composiciones. Es el caso de One, editada en el año 1989 como parte del álbum … Y justicia para todos, que utilizó la novela Johnny tomó su fusil, de Dalton Trumbo. También Por quién doblan las campanas, inspirada en la obra homónima, de Ernest Hemingway y, por supuesto, La cosa que no debería ser, Toda una pesadilla o La llamada de Cthulhu basadas todas en La llamada de Cthulhu de H. P. Lovecraft.

3. Anthrax

Seguimos con las bandas de metal, en este caso Anthrax es una banda estadounidense formada en Nueva York en 1981, por el guitarrista Scott Ian y el bajista Dan Lilker. Entre las principales influencias de este grupo se encuentra especialmente Stephen King, con temas como Entre los vivos basada en la novela Apocalipsis, Esqueletos en el armario, sobre el relato Verano de corrupción o La miseria ama la compañía inspirado en la novela Misery.

4. Led Zeppelin

También Led Zeppelin, el famoso grupo británico de rock fundado en Londres en 1968 por el guitarrista Jimmy Page, se inspiraron en la famosa saga de J. R. R. Tolkien para muchas de sus composiciones. Algunas de las más conocidas son: Escalera al cielo, La batalla de Evermore, Tangerine, Sobre las colinas y Lejos.

5. Los Ramones

Tampoco el punk se libra de las influencias literarias y es que esta banda, nacida en Queens, New York en 1974, también utiliza numerosos referentes literarios. Especialmente en su canción Pet Sematary, basada en la novela del mismo nombre de Stephen King. Los Ramones aseguran en su canción no querer ser enterrados en El Cementerio de animales, pues saben que volverán convertidos en monstruos.

6. David Bowie

No podía dejar de nombrar aquí a David Bowie, este gran cantautor británico lamentablemente ya fallecido y que pretendió, ni más ni menos que hacer un musical completo sobre la obra de George Orwell, pero la viuda del autor se negó. Afortunadamente la idea no se perdió y quedó recogida en un disco con ese nombre que incluye canciones como 1984, Big brother o We are the dead.

7. Bob Dylan

Por supuesto tenía que terminar con este gran artista estadounidense que consiguió la proeza, ni más ni menos, que lograr el premio nobel de literatura en el año 2016, convirtiéndose así en el primer músico en recibirlo. Si alguien representa una perfecta comunión entre música y literatura es desde luego este autor, que nació inspirado por los poemas de Dylan Thomas, del que tomo el nombre, y se ha convertido en un destacado exponente del arte, la música y de la literatura por derecho propio.

Espero que os haya gustado este breve repaso a la estrecha y fructífera relación entre música y literatura. No he hecho más que arañar su superficie así que dejadme en comentarios vuestras opiniones y sugerencias para que podamos seguir aprendiendo entre todos.

Dadle al like y suscribíos, aquí y al canal de youtube, no olvidando dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones. Os aseguro que este pequeño gesto es fundamental para la supervivencia del canal y para que os pueda sentir trayendo más información interesante en futuras entregas.

Os dejo con el video del canal de youtube y hasta la semana que viene.

Relación entre música y literatura. 7 grupos modernos que basaron sus temas en obras literarias

Lecciones para aprender a escribir de Stan Lee

Lecciones para aprender a escribir de Stan Lee
Lecciones para aprender a escribir de Stan Lee

Bienvenidos adictos a la literatura a “Lecciones para aprender a escribir de Stan Lee”. Últimamente os he traído algunos artículos relacionados con los comics de Marvel. Una compañía de moda gracias a sus recientes estrenos cinematográficos y que algunos incluso apuntan como salvadora del cine tras el declive de la industria producido por la pandemia.

Pues bien, esta compañía debe gran parte de su éxito a un hombre cuya creatividad e inteligencia creo un panteón de nuevos dioses imaginarios que ha conquistado el mundo. Estoy hablando de Stan Lee y de sus amados superhéroes. Pero Stan Lee era sobre todo un escritor y nos dejó una serie de lecciones sobre su actividad literaria de valor innegable.

Por eso, hoy quiero cederle la palabra al propio Lee para que nos explique a todos las claves que a él le sirvieron para crear un mundo tan rico e imaginativo con su pluma.

Muy rápidamente y para aquellos despistados que no conozcan a Stan Lee, su nombre real era Stanley Martin Lieber. Nació en Nueva York el 28 de diciembre de 1922, hijo de inmigrantes rumanos de origen judío. Fue escritor, pero también editor en jefe y presidente de Marvel Comics, donde creó a la mayoría de sus personajes principales.

Stan Lee es para muchos el rey indiscutible del comic de superhéroes. Ya le dediqué un artículo en mi blog, tras su fallecimiento, en el que os hablaba de su figura más en profundidad.

En esta ocasión, sin embargo, vamos a dejar que él mismo nos enseñe las lecciones para aprender a escribir de Stan Lee, que consideraba fundamentales para cualquier escritor. Unas lecciones desde luego valiosísimas para todos aquellos que nos dedicamos a la escritura.

1. El escritor tiene que leer

Stan Lee tenía claro que cualquier escritor es ante todo un lector. Por eso, siempre recomendaba leer de manera incansable. En sus propias palabras:

“El único consejo que puedo dar es, si quieres ser escritor, escribe. Y lee mucho, lee todo lo que puedas”.

Sobre todo, recomendaba leer a los clásicos para poder aprender así de los mejores. Entre los autores que él mismo leía estaban autores Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle, Edgar Rice Burroughs o Mark Twain.

2. Escribe lo que te gustaría leer

Una de las tantas frases de Stan Lee fue «si escribes sobre algo que te guste, puede ser genuino». Stan Lee no era partidario de escribir sobre algo «popular» por el simple hecho de ganar fama, reconocimiento, likes o seguidores. Siempre prefirió escribir sobre aquello que a él le gustaría leer.

De hecho, la creación de Los 4 Fantásticos, que fue prácticamente el nacimiento de la Marvel moderna, fue el resultado de la decisión de Stan Lee de escribir el cómic que quería leer independientemente de lo que la compañía le demandaba entonces. El pensaba que sería su último trabajo de guionista y sin embargo fue el primero de todo lo que vino después.

3. Encuentra lo que hace que tus personajes destaquen sobre los demás

Stan Lee lo explicaba así:

«El personaje icónico debe tener algunas cualidades únicas que sean diferentes de los otros personajes, y eso hace que él o ella sea icónico. Y ese personaje mítico debe tener alguna cualidad que haga que el lector se preocupe por el personaje. Así que, detrás de todos los súper poderes, los trajes y lo demás, tiene que haber un ser humano por el que podamos sentir empatía y al que queramos que las cosas le salgan bien. Y por supuesto, a medida que se desarrolla la historia, al personaje no le salen las cosas bien y por eso nos preocupamos y nos interesamos, y deseamos que haya un final feliz«

Stan Lee nos está diciendo que nuestros personajes deben tener algo que los diferencie de los demás. No se trata de que nos obsesionemos con hacerlos completamente diferentes a otros ya existentes. Se trata de identificar cualidades o aspectos que los diferencien y que los doten de auténtica fuerza dramática. De esta manera lograremos captar la empatía del lector.

4. Tus personajes no deben ser perfectos

Stan Lee lo expresaba claramente: “Si elaboras un personaje poderoso, sin ninguna vulnerabilidad, no creo que sea tan interesante para el lector”.

Probablemente esta sea una de las características fundamentales de los personajes creados por Stan Lee y que sirvieron para acarrearle grandes éxitos. Sus personajes siempre se mostraban vulnerables. No sólo tenían debilidades, sino que cometían errores y se veían arrastrados a grandes problemas. En definitiva, sus personajes eran sumamente reales y eso captaba de inmediato la atención del lector que se sentía identificado en estas vulnerabilidades.

5. Los antagonistas deben suponer un reto real

“No importa a que te enfrentes, aunque parezca un gran reto, siempre habrá manera de vencer”.

Con estas palabras Lee estaba queriendo decir que el antagonista al que se enfrentaban sus protagonistas debía suponer un problema real para estos. Estaba resaltando la importancia de éste en la historia. De hecho, normalmente presentaba personajes antagónicos aún más poderosos que sus protagonistas para que el reto pareciese a priori insuperable.

6. Identifica un conflicto que funcione como motor de la historia y lleve a la reflexión

Lee decía: “Es necesario inyectar un poco de filosofía o de algo para que el lector pueda reflexionar cuando lea las historias”.

Lo que quería expresar es que, a la hora de definir el conflicto, el punto dramático central de la historia que estamos narrando, era importante que éste tuviera cierta ambigüedad moral o ética, que llevara al lector a reflexionar sobre él.

Stan Lee pensaba que había que ser valientes y abordar temas controvertidos sociales e incluso políticos en sus obras. Lee escribió sobre racismo e injusticias sociales. Para él, era importante que sus fans tuviesen algo en lo que pensar después de leer sus cómics o ver sus películas.

En cierto modo consideraba que escribir era un gran poder y como el mismo dejó escrito como lema de Spiderman: «un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

Existen aún muchas más lecciones que aprender de este increíble creador de mundo que fue Stan Lee, como su maestría para el marketing, donde también fue un maestro. Volveremos, sin duda, sobre su figura en futuros artículos. 

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“Mi lema es ´Excelsior´, una antigua palabra que significa ´hacia arriba y hacia delante a una mejor gloria´. Está en el sello del Estado de Nueva York. Sigue avanzando y si es hora de irse, es hora. Nada dura para siempre.”

Nuff said, Stan Lee

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