Bienvenidos adictos a la literatura, hoy descubrimos 14 curiosidades asombrosas de Tolkien. Ya queda muy poco para el final de la primera temporada de la esperada serie “El Señor de los Anillos: los Anillos de Poder”. Por eso, es el momento perfecto para volver atrás la vista sobre el inolvidable escritor británico J. R. R. Tolkien. Y lo vamos a hacer con un nuevo video dedicado a curiosidades literarias.
Seguro que muchas os van a sorprender y os darán una visión completamente distinta sobre sus obras. Además, al final del artículo os dejaré mi opinión personal y sincera sobre la serie “Los anillos del Poder”, que tanta controversia ha causado entre los aficionados a los mundos de Tolkien.
Y para comenzar, como siempre, lo primero es dar un somero repaso a la biografía de J. R. R. Tolkien para conocerlo un poco mejor.
Aunque se considera a Tolkien un autor británico, lo cierto es que nació el 3 de enero de 1892 en la ciudad de Bloemfontein, en el Estado Libre de Orange (actual Sudáfrica). Su nombre real es John Ronald Reuel Tolkien y sus padres fueron Arthur Reuel Tolkien y Mabel Suffield.
Su padre falleció el 15 de febrero de 1896 a causa de una fiebre reumática, por lo que su familia se trasladó a Birmingham, mudándose a la localidad de Sarehole. Tolkien contaba solo con 4 años de edad, pero ya sabía leer aprendiendo a escribir muy poco después. A tan temprana edad incluso aprendió las bases del latín gracias a las lecciones que recibía de su propia madre.
Lamentablemente, con tan sólo 12 años, Tolkien perdió a su madre en 1904 debido a complicaciones de la diabetes que padecía. El y su hermano pequeño, Hilary, quedaron entonces al cuidado del padre Francis Xavier Morgan, sacerdote católico (de origen jerezano) del Oratorio de Birmingham.
En 1908 Tolkien conoció a Edith Mary, la mujer que se convertiría en el amor de su visa. Sin embargo, el padre Morgan, a cargo de su educación le prohibió mantener contacto alguno con ella hasta que tuviera 21 años, la mayoría de edad.
Tolkien cursó estudios en la King Edward’s School donde formó junto a sus amigos la Tea Club and Barrovian Society (T.C.B.S.), una hermandad que solía reunirse en los grandes almacenes Barrow para tomar el té (de ahí su nombre), charlar, divertirse, recitar a los clásicos o sus propias composiciones.
Con 19 años, viajó a Suiza con otros doce compañeros. Esta experiencia en los Alpes sería, como el mismo reconoció después, la inspiración en la que se basó a la hora de relatar la travesía de Bilbo a través de las Montañas Nubladas en «El Hobbit».
Nada más cumplir los 21 años, Tolkien declaró su amor a Edith y ambos se comprometieron en enero de 1913, y se casaron en Warwick el 22 de marzo de 1916.
En 1914, la vida de Tolkien se vio sacudida brutalmente por el estallido de la Primera Guerra Mundial. En 1915, se graduó en Oxford con una mención de honor en Literatura y Lengua Inglesas. Inmediatamente después se alistó en el ejército como oficial de comunicaciones en el 11º Batallón de los Fusileros de Lancashire.
Con su batallón participó en la Batalla del Somme (1 de julio – 18 de noviembre de 1916), en la que vio morir a muchos de sus amigos. Esta confrontación con más de 95.000 muertos y unos 323.000 heridos, se considera la batalla más sangrienta del Ejército Británico.
El 27 de octubre, Tolkien enfermo, víctima de la llamada fiebre de las trincheras, y el 8 de noviembre fue trasladado a Inglaterra. Sería durante su convalecencia que comenzaría a escribir el conjunto de historias y leyendas de los Días Antiguos de la Tierra Media, al que llamó «El libro de los cuentos perdidos«.
Gracias a sus amplios conocimientos en filología y a haber participado en la redacción del Oxford English Dictionary, Tolkien comenzó a trabajar como profesor no titular de Lengua Inglesa en la Universidad de Leeds. Tras alcanzar el rango de profesor pasó por distinto cargos, casi siempre vinculados a la universidad de Oxford.
En 1926 conoció a C. S. Lewis, profesor de la Universidad como él y creador de “Las crónicas de Narnia”. Ambos formaron los Inklings, un club literario del que también formaron parte otros académicos y escritores de Oxford como Charles Williams y Owen Barfield. Solían reunirse en pubs como The Eagle & Child, y durante sus encuentros leían sus escritos y se criticaban entre ellos.
Tolking y Edith tuvieron cuatro hijos, el sacerdote John Francis Reuel, Michael Hilary Reuel, Christopher Tolkien y Priscila Anne Reuel. Fue precisamente para sus hijos por lo que Tolkien escribió un cuento infantil titulado «El Hobbit», que fue publicado en 1937 gracias a la insistencia de C. S. Lewis. Casi de inmediato, su editor le pidió que escribiera una secuela, pues el público demandaba más historias sobre los hobbits. Y fue así como Tolkien comenzó a escribir la que sería su obra maestra y cumbre de la literatura fantástica del siglo XX: «El Señor de los Anillos», cosechando el éxito que todos conocemos.
Tolkien se jubiló en 1959 y en 1968, él y Edith se mudaron a la localidad de Bournemouth. Edith murió el 29 de noviembre de 1971. Tolkien se sumió en una fuerte depresión de la que nunca se recuperó, muriendo el 2 de septiembre de 1973. Un año y medio antes de morir fue nombrado Comendador de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II el 28 de marzo de 1972, año en el que también la Universidad de Oxford le nombró Doctor Honoris Causa en Letras.
Y ahora llega el momento de adentrarnos en las Curiosidades asombrosas de Tolkien, que rodearon la vida y obra de este fantástico autor.
1. Tolkien fue secuestrado.
Cuando sólo era un bebé y mientras aún vivía en Sudáfrica, un joven criado africano lo tuvo secuestrado un día entero. Al parecer estaba tan fascinando con el niño de piel blanca que se lo llevó a su casa para mostrárselo a su familia. Afortunadamente al día siguiente regresó al bebé.
2. Tolkien el temerario.
Especialista en filología Tolkien aseguró que su apellido “Tolkien” significaba realmente en temerario. Algo que, si se me permite la broma, parece desmentir su aversión a los coches. Les tenía tanto miedo que pasó la mayor parte de su vida adulta utilizando bicicletas y trenes.
3. Odiaba a Shakespeare.
Aunque parezca increíble para uno de los mejores especialistas y profesores en literatura inglesa de todos los tiempos, a Tolkien no le gustaba Shakespeare. El decía que “no le gustaba cordialmente” porque le había cogido manía por el tiempo que tuvo que pasar estudiándolo en la escuela.
4. Hablaba y entendía al menos 20 idiomas.
Fue un prodigio de la lengua desde su infancia, antes de entrar en el colegio ya sabía latín, alemán y francés. Llegó a aprender más de 20 idiomas, especialmente lenguas muertas como Galés Medieval, Antiguo Inglés y Lombárdico. Y además inventó muchos otros como el Quenya, fundamental en sus obras sobre la Tierra Media, de los que incluso existen gramáticas completas.
5. Bromista y amante de la diversión
A Tolkien siempre le gustaron las bromas y la diversión. Se cuenta que, junto a Edith, solía disfrutar arrojando cubos de azúcar a los sombreros de peatones inocentes desde un balcón. E incluso que, durante su primer semestre en Oxford, robó un autobús público para pasear con sus amigos.
6. Un profesor peculiar.
Al parecer ni siquiera cuando Tolkien empezó a dar clases abandonó su espíritu bromista. Solía llegar a sus clases en la Universidad de Oxford usando una armadura medieval. Cuando les enseñaba «Beowulf» a sus estudiantes, interrumpía en el salón vistiendo una cota de malla y gritando los primeros versos del poema (por supuesto, en Inglés Antiguo).
7. Tolkien el dibujante.
El dibujo, la ilustración y la pintura fueron también algunos de los talentos menos conocidos de Tolkien. De hecho, dibujó las ilustraciones de las primeras ediciones de sus obras, incluidas algunas de las primeras portadas. Las ilustraciones que realizó para «El Señor de los Anillos» son sutiles obras en acuarela y lápiz, de indudable calidad, que trasmiten la mágica sensación de los mundos encantados y misteriosos que narra en sus libros.
8. El Hobbit
Tolkien escribió la primera línea de «El Hobbit» mientras calificaba unos trabajos de la universidad. Encontró una hoja en blanco en uno de ellos y escribió “En un agujero en el suelo vivía un hobbit”.
Era una historia inicialmente creada para sus hijos en un lenguaje que todo el mundo pudiera leer. Tolkien no pretendía publicarla, pero la insistencia de C S. Lewis le hizo llevarlo a su editor. Sin embargo, El Hobbit aún se enfrentó a un nuevo problema; Stanley Unwin, el editor, decidió que su hijo pequeño lo leyera. Sólo tras el visto bueno de éste fue publicado finalmente en 1937.
Como curiosidad adicional, la palabra «hobbit» no es invención de Tolkien, sino que se recoge en un diccionario británico del siglo XIX para designar a una «persona pequeña».
9. Tolkien era un hobbit.
Tolkien se consideraba un hobbit. «Soy un hobbit en todo menos en el tamaño», refiriéndose a que le gustaba la tranquilidad, los jardines, los árboles, la naturaleza, disfrutar de la suave brisa de la mañana… y, por encima de todo eso, la cerveza.
10. El Señor de los Anillos no es una trilogía.
En realidad, se trata de un solo libro. El problema era que, debido a su extensión, el editor de Tolkien insistió en imprimirlo como una trilogía, tanto por la escasez de papel después de la Segunda Guerra Mundial, como por el riesgo económico que significaba publicar una novela tan larga de fantasía.
Al final fue dividido en tres partes: La Comunidad del Anillo, Las dos torres y El retorno del Rey. Títulos dados por el editor y que no gustaron en absoluto a Tolkien que sólo salvaba el de “La Comunidad del Anillo” y odiaba especialmente “El retorno del Rey” ya que le parecía que revelaba demasiado de su contenido.
11. Arda es la Tierra
Una vez más, y como todo buen escritor, Tolkien se apegó al mundo real para re imaginarlo en sus obras. De esta manera, el mundo de Arda (mundo ficticio donde se desarrolla toda la obra de Tolkien) está basado en la Tierra. La Tierra Media sería Europa y la Comarca estaría situada en Oxford, Reino Unido.
Baste como ejemplo de estas inspiraciones recurrentes en la obra el hecho de que el agujero en el que vive Bilbo Baggins, Bag End (Bolsón Cerrado), lleva el nombre de la granja de la tía de Tolkien. O también como la famosa frase de Gandalf “No pasarás” es una alusión a una famosa consigna propagandística que precedió a la Primera Guerra Mundial.
12. Sam era el verdadero protagonista.
Tolkien siempre consideró al personaje de Sam Gamgee como el verdadero héroe de “El señor de los anillos”. Esto que puede sorprender a algunos se entiende mejor si se tiene en cuenta que Sam es capaz de resistir la tentación del anillo e incluso de sobrevivir a una torre llena de orcos. Por no hablar de como al final carga a Frodo en su espalda atravesando un volcán, mientras ambos sufren de hambre y deshidratación.
Es un personaje que demuestra como la verdadera heroicidad a veces no es tan reconocida. Representa a todas esas personas sin cuyos actos de heroicidad los héroes oficiales no hubiesen logrado nunca sus supuestas gestas.
13. Tolkien acertó el año de su muerte.
Como una de esas increíbles coincidencias que suelen rodear el mundo de la literatura, hay quienes consideran que Tolkien predijo de una manera un tanto peculiar la fecha de su muerte. En «El Señor de los Anillos», los elfos recibieron tres anillos, los enanos siete, los hombres nueve y el Señor Oscuro uno. El número resultante es 3791, que, leído del revés, es 1973: la fecha de su muerte.
14. Una historia de amor de novela.
La historia de amor que unió a Tolkien con su mujer Edith, de la que estuvo enamorado desde los 16 años hasta el día de su muerte, tuvo su reflejo en sus obras.
Su mujer sirvió de inspiración para el personaje de Lúthien, una elfa —«la más bella entre los hijos de Ilúvatar»— que renunció a la inmortalidad para salvar a su amado, Beren.
De hecho, Tolkien pidió ser enterrado junto a su esposa al morir y en la lápida, bajo el nombre de cada uno, está escrito «Beren» y «Lúthien».
Los Anillos de Poder
Como veréis, Tolkien fue todo un personaje que ya arrastró mucha controversia en vida. Controversia cuyo último episodio lo estamos viviendo con la recién estrenada serie “Los Anillos de Poder”. Y como os he prometido os voy a dejar mi opinión sincera al respecto.
En primer lugar, deciros que, a mí la serie, en una valoración general, me está gustando. Como elementos a destacar os diría que a nivel visual es simplemente espectacular. Los paisajes abiertos y la recreación de los distintos entornos son completamente apabullantes. Los efectos especiales están en general muy bien resueltos y las batallas y enfrentamientos me parecen correctamente coreografiados.
Ahora bien, dicho esto, la gran pregunta es ¿es una adaptación fiel del mundo de “El Señor de los Anillos”? ¿Es fiel al canon de Tolkien? Es más ¿está la serie a la altura de la trilogía cinematográfica original?
Sin que me considere, ni mucho menos un experto en Tolkien o su obra, lo cierto es que siendo rigurosos la serie no sigue el canon de Tolkien. Es cierto que ha reinterpretado situaciones y personajes, inventando incluso alguno nuevos. Sin embargo, para mí esto no es ningún defecto.
Como escritor no entiendo eso de los cánones tan de moda actualmente. Cuando escribo una novela juego con un mundo que ha salido de mi imaginación, si alguien en el futuro quiere continuar alguna de mis obras, me parecería injusto encorsetarles a mis ideas y no dejarle jugar con nuevos conceptos o interpretaciones.
El mundo es progreso y cambio no estancamiento y respeto a cánones rígidos e inamovibles. ¿Alguien se imagina que tuviésemos que representar obligatoriamente todas las obras de Shakespeare tal cual las representaba él en los teatros londinenses del siglo XVI? ¿Dónde estarían las adaptaciones modernas? ¿Sabíais que en 1911 Gordon Craig intentó incluso una adaptación cubista de Hamlet?
No obstante, es cierto que existe un espíritu, una intención, un alma etérea que vertebra cualquier obra literaria o artística que sí que es importante respetar cuando se hace una adaptación de cualquier tipo. Pero esto no significa encorsetar absurdamente la fantasía a un aspecto físico, una raza o un sexo determinado. Eso es simplemente racismo o sexismo excusado bajo la facilona fórmula del canon.
Sin embargo, también es cierto que no es fácil saber cuál es esa intencionalidad tras una obra. En el caso de Tolkien algunos vieron claramente que Sauron era simplemente Stalin y que el Señor de los anillos era una obra anticomunista. Probablemente algunos incluso lo seguirán pensando aún a pesar de que el propio Tolkien lo desmintió con el rotundo argumento de que la obras estaba concebida mucho antes de la revolución rusa.
Incluso los nazis creyeron ver en la obra una afirmación de la supremacía racial germánica. Los editores alemanes llegaron a escribir a Tolkien para preguntarle si era de ascendencia aria. Tolkien, que siempre defendió que el partido nazi y su antisemitismo era algo pernicioso y acientífico, respondió con una carta que merece la pena reproducir:
[…] si debo entender que quieren averiguar si soy de origen judío, solo puedo responder que lamento poder afirmar que no tengo antepasados que pertenezcan a ese dotado pueblo. […] me he acostumbrado a considerar mi apellido alemán con orgullo, y seguí considerándolo así durante todo el período de la lamentable pasada guerra, durante la cual serví en el ejército inglés. Sin embargo, no puedo dejar de comentar que, si averiguaciones impertinentes e irrelevantes de esta especie han de convertirse en la regla en cuestiones relacionadas con la literatura, no está entonces distante el momento en que tener un apellido alemán deje de ser fuente de orgullo.
Por todo esto ¿Quién es capaz de decir a ciencia cierta cuál era la intencionalidad final de las obras de Tolkien o de cualquier otro escritor?
En definitiva, una adaptación como “Los Anillos de Poder”, que además no se basa en ningún libro concreto de Tolkien, no puede ser juzgada como si de otra obra de Tolkien se tratara. Es una obra nueva para una época distinta que merece la oportunidad de realizar una nueva interpretación de las obras de este autor y que debe ser juzgada por sí misma, por sus cosas buenas y sus cosas malas (y no cabe duda de que hay de ambas).
Y con esto llegamos al final del video artículo de esta semana. Por supuesto espero vuestras opiniones en comentarios. Que, naturalmente no tienen por qué coincidir con la mías, así que contadme vuestra opinión sobre Tolkien y también sobre esta nueva serie.
Os recuerdo que sigo subiendo recopilaciones musicales para ayudaros e inspiraros a escribir y leer y que esta semana os dejo la mejor música de terror (pulsad en el enlace si os atrevéis ahora que se acerca Halloween).
Os dejo, como siempre, con el video artículo de esta semana. No olvidéis dar al like si os ha gustado, suscribíos (aquí y al canal de Youtube) y dad a la campanita para que os avisen cuando suba un nuevo vídeo.
Hasta el próximo video artículo.