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Misterios de la literatura: Futility, The Wreck of the Titan

Misterios de la literatura: Futility, The Wreck of the Titan
Misterios de la literatura: Futility, The Wreck of the Titan

Con «Misterios de la literatura: Futility, the Wreck of the Titan« quiero iniciar una nueva sección en el canal de youtube, para todos los adictos a la literatura. El mundo de las letras, a parte de un perfecto medio para contar historias y comunicarnos, ha sido también un terreno abonado para el misterio. Por eso, me ha parecido interesante abordar con vosotros los grandes misterios de la literatura de todos los tiempos. ¿Y qué mejor para inaugurar esta nueva sección, que una de las novelas más enigmáticas de todo el siglo XX:Futiliy también titulada «The Wreck of the Titan« del autor Morgan Robertson?

Probablemente algunos no sepáis de qué obra se trata, ni hayáis oído hablar nunca de ella ni de su autor. Sin embargo, en sus páginas se esconde un insondable misterio que merece mucho la pena rescatar. En varias ocasiones os he hablado de la necesidad de un duro trabajo de documentación para ayudar a nuestra imaginación a concebir buenas ideas que llevar al papel. Pues bien, existen algunas obras que parecen haber surgido de un lugar muy distinto a la imaginación o a la memoria de sus autores y “Futility” es probablemente uno de sus máximos exponentes.

Lo primero que necesitamos para adentrarnos en este misterio es saber quién era el autor de esta novela. Su nombre era Morgan Robertson y fue oficial estadounidense de la marina mercante, además de escritor de historias cortas y novelas.  Su padre fue capitán de barco, por lo que desde muy niño supo muy bien lo que era el mar. De hecho, estuvo en el servicio mercante desde 1866 hasta 1877, llegando a ser primer oficial.  Después de estar un tiempo trabajando como joyero, y ver que su vista se deterioraba, llegó por fin a la literatura, su verdadera vocación. Aunque se ganó la vida con la pluma, nunca llegó a conseguir demasiado dinero y sus obras no tuvieron nunca una gran repercusión. Ahora sin embargo, su nombre está unido al misterio de una manera indisoluble gracias a una pequeña novela titulada “Futiliy” también titulada «The Wreck of the Titan».

Para entender mejor el misterio que envuelve esta obra debemos retroceder en el tiempo hasta el 15 de abril de 1912. El día en que el RMS Titanic, el transatlántico más grande y lujoso de la época, se hundió en su viaje inaugural entre Southampton y Nueva York tras haber chocado con un iceberg en el Atlántico Norte. Pues bien, la novela “Futility” fue publicada 14 años antes y en ella Robertson narra la historia de un trasatlántica llamado Titan y su hundimiento en el Atlántico debido al choque con un iceberg. Una historia tan similar al hundimiento real del Titanic que parece imposible achacarlo a una mera casualidad.

En un primer momento podríamos pensar en una enorme coincidencia. A fin de cuentas que coincidan el nombre de los barcos, o incluso que se hundieran debido al mismo tipo de accidente, podría ser pura casualidad. Sin embargo, la realidad es que las similitudes entre el relato y la realidad son mucho mayores. Veámoslas en detalle:

1. El mito de «insumergible»

El Titanic fue el transatlántico más grande y lujoso de su época (882 pies, desplazando 53.000 toneladas), y fue descrito como «prácticamente insumergible». El Titan en la novela era la embarcación más grande de su tiempo y fue considerado como el mejor trabajo del realizado por el ser humano (800 pies, desplazamiento 75.000 Tm), y era considerado «insumergible».

2. Número de hélices y mástiles

El Titanic tenía tres hélices y dos mástiles. El Titan estaba equipado también con exactamente tres hélices y dos mástiles.

3. Botados en abril

El Titanic zarpó desde Southampton, Inglaterra, en su viaje inaugural en abril de 1912. El Titan fue botado al mar en el mes de abril.

4. Ambos golpearon un iceberg

Desplazándose demasiado rápido, a 23 nudos, el Titanic golpeó un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, en el Atlántico Norte a 400 millas de distancia de Terranova. También en una noche de abril en el Atlántico Norte, a 400 millas de Terranova, el Titan chocó con un témpano de hielo mientras viajaba a 25 nudos.

5. Ambos hundidos muriendo más de la mitad de los pasajeros.

El insumergible Titanic se hundió, y más de la mitad de las 2223 personas a bordo murieron gritando por ayuda. El indestructible Titan también se hundió, y más de la mitad de sus pasajeros murieron (sólo 13 sobrevivieron).

6. Pasajeros y botes.

El número de pasajeros del Titan descrito por Robertson era de 3000 y contaba con apenas 24 botes. En la realidad, el Titanic tenía 2207 personas a bordo y solamente 20 botes salvavidas. Se trataba de una cantidad insuficiente para la cantidad de pasajeros, tanto en la novela como en la realidad provocando la catástrofe.

7. Dimensiones

La eslora del barco del Titan en la novela era de 245 metros, algo inferior a la del Titanic, que era de 269 metros (solo 24 metros de diferencia).

RMS Titanic
RMS Titanic

Es cierto que también hubo ciertas diferencias donde la novela se alejó más de la realidad. El Titanic golpeó el iceberg en perfectas condiciones de navegación, mientras que las condiciones climatológicas eran adversas en el momento que el Titan chocó contra el témpano. En el Titanic se salvaron 705 personas mientras que en el Titan solo 13. El Titanic fue el segundo de tres barcos gemelos, y el Titan no tenía naves hermanas. El Titan zarpó de Nueva York a Liverpool; el Titanic, de Southampton a Nueva York. El Titan naufragó durante su tercer viaje; en el caso del Titanic, se hundió durante su primer viaje. El Titanic tenía quince compartimientos estancos, mientras que el Titan sólo nueve. El Titan tenía 40.000 CV de fuerza; mientras que el Titanic, 50.000 CV de fuerza.

En realidad, si nos damos cuenta las diferencias son muy leves respecto a la realidad y no dejan de llenar de asombro a cualquier persona. ¿Cómo es posible que Morgan Robertson, aún contando con una excelente formación como marino pudiese acertar con tanta precisión lo que ocurriría 14 años después?

Para rematar este extraño caso, en 1904 Robertson publicó The Submarine Destroyer (El submarino destructor), donde describió el periscopio con tal precisión que algunos le consideran su inventor. Además, en 1914, en un volumen que también contenía una nueva versión de Futility, Robertson incluyó una historia corta llamada Beyond the Spectrum (Bajo el espectro). En esta obra se describía una futura guerra entre Estados Unidos y el Imperio del Japón, una ficción que se hizo muy popular en esos años.

La historia coincide nuevamente de forma muy llamativa con el ataque real a Pearl Harbor en las islas Hawái, durante la Segunda Guerra Mundial. Se describe un ataque con máquinas voladoras (cuando la aviación estaba entonces en pañales), sin declaración de guerra y con bombas brillantes que caen del cielo. Además, se sitúa el ataque en la mañana de un domingo de diciembre. El ataque a Pearl Harbor se produjo 27 años después de la publicación del libro.

El 24 de marzo de 1915, Morgan Robertson fue encontrado muerto en su habitación, en el hotel Alamac en Atlantic City, Nueva Jersey, Estados Unidos, a la edad de 53 años. Se creyó que la causa de la muerte pudo haber sido una sobredosis de yoduro de mercurio, utilizado para el tiroides y el reumatismo. Más tarde se determinó como causa de la muerte una enfermedad cardíaca. El cuerpo de Morgan Robertson se encontró delante de una ventana abierta por la que, presumiblemente, estuvo mirando al mar hasta que sus ojos se cerraron definitivamente.

Es muy difícil afirmar si todo esto se debió a un increíble cúmulo de coincidencias o a algo más, pero lo que está claro es que la imaginación y la creatividad son puertas abiertas al misterio. Y como escritores debemos esta dispuestos a explorar estos misterios para enriquecer nuestra pluma.

Ya me diréis qué os parece esta nueva sección y qué misterios os gustaría que tratase. Como siempre os dejo con el video del artículo, que también podéis encontrar en el canal de youtube. No olvidéis suscribiros, si aún no lo habéis hecho.

Misterios de la literatura: Futility, the wreck of the Titan

Destripando «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde»

 "El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde"
«El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde«

Hoy destripamos: «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde» , una novela corta escrita por Robert Louis Stevenson y publicada por primera vez en inglés en 1886. La novela nos habla de un abogado, Gabriel John Utterson, que investiga la extraña relación entre su viejo amigo, el Dr. Henry Jekyll, y el misántropo Edward Hyde. Se trata, en realidad, de una profunda reflexión sobre la dualidad existente en todo ser humano entre el bien y el mal.

Como siempre, en nuestros destripamientos literarios, lo que nos interesa es indagar en cómo Stevenson concibió está fantástica idea y consiguió crear una obra, que e ha convertido en uno de los grandes clásicos de la literatura universal. Mi intención es aprender, junto a vosotros, cómo funcionan las mentes creativas de los grandes escritores para mejorar así nuestras propias obras.

Robert Louis Stevenson nació el 13 November 1850 en Edimburgo, Escocia, en una casa ubicada en el número 8 de Howard Place. Fue el hijo único del abogado y constructor de faros Thomas Stevenson y de Margaret Isabella Balfour (1830-1897). Los padres de Stevenson eran presbiterianos por lo que tuvo una infancia, no solo acomodada, sino también profundamente religiosa.

La salud de su madre, así como la suya propia, estuvieron siempre marcadas por una debilidad congénita, que les hacía especialmente proclives a enfermedades pulmonares y respiratorias. Esto obligó a la familia a mudarse en varias ocasiones en busca de climas más benignos.  La familia contrató en 1852 a la niñera Alison Cunningham (1822-1910), llamada «Cummy» para cuidar del pequeño Louis Stevenson, al que impresionó de inmediato, tanto por su calvinismo austero como por las historias nocturnas truculentas que solía contarle. Estas historias lo asustaban y fascinaban de igual manera, lo que, unido a las historias que le relataban en la iglesia sobre Caín y Abel, el Libro de Daniel o sobre del diluvio universal, supuso el poso sobre el que se asentó su imaginación infantil marcando su obra posterior de adulto.

Louis Stevenson llegó a apreciar tanto a su niñera que con 35 años le dedicaría su obra  “A Child’s Garden of Verses”.

Cuando tuvo edad suficiente ingresó en la Universidad de Edimburgo como estudiante de Ingeniería Náutica. Sin embargo, la elección de la carrera fue más por la influencia de su padre, que era ingeniero, que por gusto propio. Esto le llevó a abandonar la ingeniería y matricularse en derecho. Aunque en 1875 llegó a practicar la abogacía, lo cierto es que lo que realmente le interesaba era la lengua y la literatura, en la que terminó volcando su actividad profesional.

Lamentablemente, su salud siguió siendo un problema por lo que, tras sufrir los primeros síntomas de la tuberculosis, inició una serie de viajes por el continente. En 1876, en Grez (Francia), conoció a Fanny Osbourne, una norteamericana que estaba separada. Tras el divorcio de Fanny, ambos se casaron en 1880. La pareja vivió un tiempo en Calistoga, en el Lejano Oeste, donde Stevenson dio rienda suelta a su imaginación, escribiendo historias de amor, viajes y aventuras.

En 1886, Robert Louis Stevenson publicaría su obra «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde», una novela que inmediatamente le catapultó a la fama.

Pero la gran pregunta que siempre nos hacemos es cómo consiguió Stevenson concebir esta obra increíble.

Como siempre, existe una versión romántica sobre este momento de creación, que nos recuerda a los ya vistos en Frankenstein o Drácula, y que atribuye todo a un sueño afortunado.

A principios de otoño de 1886 Stevenson tuvo un sueño y al despertar tenía la idea para dos o tres escenas que aparecerían en «El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde«. «A altas horas de la mañana» dijo la señora Stevenson «fui despertada por gritos de horror de Louis. Pensando que tenía una pesadilla le desperté. Él me dijo furioso ¿Por qué me has despertado? Estaba soñando un dulce cuento de terror. Yo le había despertado en la escena de la primera transformación«

A partir de aquí Stevenson escribió la obra de forma casi enfebrecida y obsesiva. El hijastro de Stevenson Lloyd Osbourne llegaría a declarar: «No creo que haya habido antes una hazaña literaria como la escritura de Doctor Jekyll. Recuerdo su primera lectura como si fuera ayer. Louis bajó enfebrecido, leyó casi la mitad del libro en voz alta; y luego, cuando todavía estábamos jadeando, él ya estaba otra vez lejos ocupado en la escritura. Dudo que la primera versión le llevara más de tres días».

Para rematar la escena, la mujer de Stevenson leyó el primer borrador de a obra, apuntando en él sus críticas, especialmente que en vez de a modo de cuento, quedaría mejor como una alegoría. Cuando el escritor las leyó, quemó la obra y la reescribió por completo.

No existen pruebas de que nada de esto ocurriese, pero lo importantes es que, más allá del proceso mismo de su escritura Robert Louis Stevenson contó, como vengo explicando en todos esto videos de destripamientos literarios, con una profunda documentación y numerosas influencias literarias en su obra.

Analicémoslas en detalle:

INFLUENCIAS LITERARIAS

A nivel literario, el concepto de la dualidad al interior de la identidad humana no era completamente original. Ya había sido tratado en numerosas obras precursoras de Jekyll y Hayde. Entre las obras más influyentes en el desarrollo del trabajo de Stevenson se encuentran Los elixires del diablo (1816), de E.T.A. Hoffman, Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado (1824), de Thomas Jefferson Hogg, «William Wilson» (1839), de Edgar Allan Poe y, la más significativa, El caballero doble (1840), de Théophile Gautier. La historia de Gautier se centra en Oluf, que tiene una naturaleza doble y lleva una vida atormentada, al igual que Jekyll y Hyde.

INFLUENCIAS HISTÓRICAS

En cuanto a la creación de sus personajes y especialmente del protagonista y su doble personalidad, existen dos personajes históricos que influyeron claramente en su construcción literaria:

1. William Deacon Brodie (1741-1788).

Brodie era un famoso ebanista de Edimburgo. Su trabajo era de lo más respetado, por lo que se reclamaba su mano maestra por parte de los más ricos de la ciudad. Todos querían que sus muebles fuesen obra del respetado Brodie. Sin embargo, el escocés aprovechaba la libertad con la que trabajaba en las casas para hacer copias de las llaves. Así, al caer la noche, uno de los tipos más reputados de la ciudad en aquellos días aprovechaba para asaltar las viviendas.

Tras ser pillado con las manos en la masa, William Deacon Brodie fue detenido y condenado a la horca.

Con su historia de respetado ebanista por el día y despiadado delincuente por la noche, el desdoblamiento de Brodie influyó profundamente en la imaginación de Robert Louis Stevenson.

2. Eugene Marie Chantrell

Stevenson conocía a Eugene Chantrelle, un profesor francés afincado en Edimburgo, donde él había residido. No hace falta tener mucha imaginación para comprender el asombro del escritor cuando se enteró de la detención de Eugene por envenenar a su esposa con opio.

Según el autor Jeremy Hodges, Stevenson estuvo presente durante todo el juicio y a medida que «las pruebas se desarrollaban se encontró, como el Dr. Jekyll, ‘atónito ante los actos de Edward Hyde‘». Además, se creía que el profesor había cometido otros asesinatos tanto en Francia como en Gran Bretaña envenenando a sus víctimas en las cenas con un «plato de queso tostado y opio».

Chantrell fue condenado a la horca el 31 de mayo de 1878.

Una vez más se comprueba que la inspiración, aunque puede provenir de sueños o imaginaciones afortunadas, no es nada si no se asiente en una sólida documentación y experiencias reales. Es muy importante, como escritores, tener siempre la puerta abierta a las musas, para que nos inspiren, pero es más importante aún que, cuando lo hagan, nos pongamos manos a la obra documentándonos y trabajando en profundidad su inspiración literaria.

Stevenson volvió a escribir la historia otra vez en tres días, consiguiendo rematarla en un periodo de 4 a 6 semanas. Una autentica proeza literaria se mire por donde se mire.

El manuscrito fue al principio vendido como una edición en rústica por un chelín en el Reino Unido y un dólar en los Estados Unidos. Al principio las tiendas no hicieron provisión de la novela, hasta que una crítica favorable apareció en The Times (25 de enero de 1886). Durante los siguientes seis meses fueron vendidas cerca de 40.000 copias. Hacia 1901 se estimó que se habían vendido más de 250 000 copias. Una auténtica barbaridad para la época que lo convirtió en un absoluto bestseller.

Robert Louis Stevenson tuvo una prolífica y exitosa carrera literaria, pero la saludo no dejó de atormentarle el resto de sus días. Fue también un gran ensayista de ideas progresistas, que se definía a si mismo como socialista y que participó activamente en la política de su época.

En 1888 se trasladó con su familia a las islas del pacífico, estableciendo su residencia en Samoa donde fue conocido como “Tusitala”, “el que cuenta historias”. Murió en 1894 de una hemorragia cerebral, una hora después de que Stevenson terminará de dictar a Osbourne un párrafo de su novela más ambiciosa, Weir of Hermiston. Un año antes, escribió una carta que ha quedado como testimonio de su penosa situación física en sus últimos años: «Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos».

Su ataúd fue llevado a pulso por los nativos hasta el monte Vala, a un lugar poco accesible, que había elegido para ser enterrado. Poco después, se construyó sobre su tumba un mausoleo, donde se escribió el texto, que él mismo redactara como epitafio.

Here he lies where he longed to be
Home is the sailor, home from the sea
And the hunter home from the hill
Aquí yace donde quiso yacer;
De vuelta del mar está el marinero,
de vuelta del monte está el cazador

Os dejo con el video artículo de mi canal de youtube y no olvidéis suscribiros si aún no lo habéis hecho.

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Destripando a Drácula

Destripando a Drácula
Destripando a Drácula

Destripando a Drácula, la famosa novela publicada en 1897 por el irlandés Bram Stoker, es el nuevo reto que me he planteado en el video artículo de esta semana. Drácula fue un éxito absoluto desde el mismo momento de su publicación, éxito que no ha cesado con el paso del tiempo. A día de hoy, no hay año que no salgan al mercado nuevas ediciones convirtiéndose en una de las obras más leídas de todos los tiempos. Su personaje protagonista, el conde Drácula, se ha convertido en el arquetipo del vampiro en todo el mundo, entrando de lleno en el exclusivo panteón de los personajes literarios más importantes de todos los tiempos.

Abraham «Bram» Stoker nació en Irlanda en Clontarf, el 8 de noviembre de 1847. Fue el tercero de siete hermanos de una familia burguesa acomodada. Su padre, Abrahan Stoker, y su madre, Charlotte Mathilda Blake Thornley, le dieron una buena educación, donde abundaron las buenas lecturas y la cultura.

De pequeño fue un niño enfermizo que se pasó casi los primeros siete años de su vida en cama.  Contó, sin embargo, con profesores privados y el atento cuidado de su madre, que le contaba historias de misterio y fantasmas. Destacaban los relatos propios del folklore irlandés, como los banshees, junto a historias verídicas sobre la plaga de cólera de 1832 que asoló Irlanda.

A los siete años se recuperó por completo, ingresando en la universidad, en el Trinity College en 1864, licenciándose con donde se licenciaría con matrícula de honor en ciencias y matemáticas en 1870. Allí entabló amistad con quien sería uno de sus mejores amigos el famoso escritor Oscar Wilde.

Mientras estudiaba, trabajó como funcionario en el castillo de Dublín, sede del gobierno británico en Irlanda, donde su padre ocupaba un alto cargo. También colaboró como crítico de teatro para el Dublin Evening Mail y como crítico de arte para varias publicaciones de Irlanda e Inglaterra. Finalmente logro aprobare las oposiciones de Derecho para poder ejercer como abogado en Inglaterra.

En 1878, cinco días antes de trasladarse a Londres, Stoker se casó con Florence Balcombe, una antigua novia de su amigo Oscar Wilde, con la que tuvo un hijo, llamado Irving Noel. Florence se haría famosa años después, tras la muerte de Stoker, cuando se hizo cargo de los derechos de autor de su marido. Se la recuerda especialmente por sus pleitos para demandar la película Nosferatu, que adaptó la novela de Drácula sin pagar los derechos correspondientes, con la burda artimaña de cambiar nombres y localizaciones…

En 1897 Bram Stoker publicaría su famosa novela Drácula, alcanzando con ella de inmediato la inmortalidad literaria.

Pero ¿cómo logró Bram Stoker concebir una historia así?

Una idea muy extendida es que ideó la novela a partir de una pesadilla que tuvo, tras cenar demasiado tarde una ración de cangrejos aliñados. Lo cierto es que realizó un arduo trabajo de documentación. Consultó innumerables libros como «El libro de los hombres lobo», de Sabine Baring-Gould, 0 «Epidémica pseudodoxica», de Thomas Browne. Realizó también una amplia investigación geográfica e histórica, usando obras como «Alrededor de los Cárpatos», de A. F. Crosse, o «Transilvania», de Charles Boner. También se vio muy influenciado por otras obras literarias como «El vampiro (1816)», de Polidori, «El retrato de Dorian Gray (1891)», de Oscar Wilde, o «El parásito (1894)», un relato de su amigo Sir Arthur Conan Doyle. Sin embargo hubo dos autores que dejaron en su obra una huella especial:

  • Sheridan Le Fanu. Era propietario del Dublin Evening Mail, donde trabajaba como crítico de teatro el propio Stoker. Fue uno de los escritores más importantes de su época. Su obra Carmilla, que desarrolla una historia de vampiros femeninos con pinceladas de amor lésbico, es una de la influencias más claras y determinantes en la obra de Stoker.
  • Arminius Vámbéry (Ármin o Hermann Bamberger, en realidad). Aunque no era escritor, fue un espía y erudito orientalista húngaro, que se reunió numerosas veces con Stoker ejerciendo de auténtico asesor para su novela. Algunos críticos consideran que el Dr. Van Helsing, uno de los personajes de la novela está inspirado en el propio Arminius. Aunque, lo más probable es que Stoker crease el personaje como una amalgama de Armiuniun y el propio Sheridan Le Fanu.

En cuanto a la inspiración que Stoker utilizó para su personaje de Drácula, fueron dos los personajes históricos los que unieron sus “cualidades” para formar al terrible vampiro:

I Vlad III conocido como Vlad Tepes (sobrenombre que significa ‘El empalador’).

Nació en 1431 en el pueblo de Sighisoara, enclavado en Transilvania. Gobernó como príncipe de Valaquia (antiguo principado danubiano, que formo con Moldavia el reino de Rumanía) en 1448, de 1456 a 1462, y finalmente en 1476, año de su muerte. En aquella época, el trono de Valaquia estaba amenazado desde el exterior por los turcos y húngaros, y en el interior por una aristocracia ávida y ambiciosa que promovía las luchas intestinas. Según recogen algunos documentos, encontró la muerte en un campo de batalla, decapitado por sus propios soldados, que lo tomaron por un turco.

Vlad III fue uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul, nombrado caballero de la orden del dragón por el Emperador Segismundo de Hungría, y nieto de Mircea el Grande, soberano de Valaquia. El título nobiliario Dracul, se puede traducir lo mismo por ‘dragón’ que por ‘El Diablo’, como también se le conocía. El nombre de Drácula, proviene del patronímico ‘ulea’, que en rumano quiere decir ‘hijo de’. De este modo, Drácula es su nombre sincopado, que significa ‘hijo del Diablo’ o ‘hijo del Dragón’.

El pueblo le puso el apodo de «El empalador» por su afición a aplicar este brutal castigo a todo aquel que no seguía sus órdenes. No obstante, esta expresión no aparece en ningún manuscrito hasta mediados del siglo XVI. Vlad III ha pasado a la historia como un cruel torturador. Sus métodos de gobierno eran brutales y expeditivos. Se cuentan numerosas anécdotas sobre su brutalidad.

Quizá la más famosa se refiere a su expeditivo método para acabar con la mendicidad. Para lograrlo convidó a todos los indigentes a una comida. Acto seguido. no falto de humor. perdonó a los presentes si lo habían pasado bien y querían que el les ayudase a no volver a las calles. Todos dijeron que sí, por su puesto, por lo que, acto seguido, mandó prender fuego a la sala en que se encontraban matándolos a todos. Se estima que ejecutó a casi cien mil personas empalándolas, quemándolas o desollándolas vivas. Entre sus víctimas preferidas se contaban los infieles y las mujeres promiscuas.

De todas maneras, no hay que perder de vista que la historia la escriben los ganadores y es posible que esta visión de Vlad Tepes haya sigo muy exagerada con el paso del tiempo. De hecho, en su país natal, Drácula está considerado como un héroe nacional por la defensa de Rumanía y del cristianismo frente al avance del Imperio Otomano. Incluso el Papa Pío II lo consideró un paladín de la fe.

Bran Castle, el castillo donde pasó gran parte de su vida Vlad Tepes, es considerado el Castillo de Drácula y se ha convertido en una auténtica atracción turística en Rumanía. Sin embargo, la verdadera inspiración visual para el imponente castillo descrito en la novela de Drácula provino muy probablemente de Castillo de Slains, Cruden Bay. Allí, Stoker residió en numerosas ocasiones y fue donde escribió los primeros capítulos de su novela. Se da la reveladora circunstancia de que una sala característica del castillo de Slains, la sala octogonal, coincide con la descripción de la sala octogonal del castillo de Drácula.

II – Elisabeth Báthory, «La condesa sangrienta»

Elisabeth Báthory nació en Hungría en 1560. Cuando apenas contaba dieciséis años, su mano le fue ofrecida al conde Ferencz Nádasdy, vasallo del Emperador, eximio general y cruento guerrero, más conocido como «el héroe negro de Hungría». Esto la convirtió de inmediato en una de las mujeres más poderosas de su época.

Se cuenta que su propio marido la inició en el arte de la tortura y su fiel sirviente Thorko la introdujo en el mundo de la magia y el esoterismo. Sea como fuer al parecer la condesa llegó a obsesionarse con el poder rejuvenecedor de la sangre. Esto la llevó a asesinar y torturar sin piedad durante diez años a más de seiscientas doncellas vírgenes, con el único fin de bañarse en su sangre.

Entre sus métodos de tortura predilectos destacaba la «virgen de hierro», un instrumento de tortura consistente en un sarcófago de hierro forjado relleno de clavos, donde introducía a sus víctimas. Ella se colocaba debajo duchándose en la sangre de las desafortunadas mientras estas morían desangradas.

El problema de la condesa fue que, tras acabar con las doncellas hijas de la servidumbre y pueblos cercanos, decidió empezar a asesinar a hijas de burgueses que atraía con falsas promesas de trabajo. El resultado fue que el rey de Hungría, Matías II, no pudo hacer la vista gorda con la desaparición de la hijas de los burgueses.

Finalmente la condesa fue condenada por prácticas aberrantes y por herejía. Sus sirvientes fueron condenados a muerte por complicidad y a ella, debido a su rango, se la permitió vivir encerrada en una torre donde se le suministraba la comida a través de una rendija. La condesa terminó por fallecer a los tres años de su terrible encierro.

Una vez más hay que tener cuidado, ya que, como en el caso de Vlad Tapes, no puede descartarse que los enemigos de la condesa, que no debían ser pocos debido a su poder y condición de mujer, pudieron exagerar los cargos contra ella.

Curiosamente, a la «condesa sangrienta» le unía un lejano parentesco con el linaje de Vlad Tepes, puesto que en la aristocracia húngara y rumana el incesto estaba a la orden del día. La fascinación que este personaje ha despertado a lo largo del tiempo es acusada.

Stoker, se convirtió en un hombre muy famoso gracias a su inolvidable novela, realizando numerosas giras por todo el mundo, aunque nunca visitó Europa del Este, escenario de su novela. Llegó a ser invitado en dos ocasiones a la Casa Blanca en Estados Unidos donde conoció a William McKinley y Theodore Roosevelt.

Tras sufrir varios infartos, Stoker murió en el número 26 de St George’s Square, Londres, el 20 de abril de 1912. Algunos biógrafos atribuyen la causa de la muerte al exceso de trabajo, otros a la sífilis terciaria. Fue incinerado y sus cenizas se depositaron en una urna de exposición en el crematorio de Golders Green, al norte de Londres.

Y hasta aquí la apasionante historia de la novela de Drácula que, una vez más, lejos de ser el resultado de una idea genial nacida de la mera imaginación (que también lo fue) fue el resultado de una excelente educación y un trabajo cuidado y detallista de su autor Abrahan Stoker. Espero que os ayude en vuestra búsqueda de cómo concebir una idea para escribir un libro.

Os dejo con el video artículo de mi canal de youtube.

Dracula Destripado
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Los campos de concentración de Franco

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«Los campos de concentración de Franco» es el título de la última obra de Carlos Hernández de Miguel. Una obra que realiza una investigación exhaustiva de la represión franquista en una de sus peores expresiones; los campos de concentración.

En momentos en que el relativismo histórico intentar reescribir el pasado, de la mano de nostálgicos del régimen, obras como ésta nos devuelven a la realidad del horror vivido en nuestro país. Carlos Hernández, periodista y escritor habitual de diarios digitales como la revista Viajar y Eldiario.es, construye una obra fundamental e imprescindible para cualquier interesado en la historia de España.

En mi novela Sabor a tierra” intenté apuntar sobre el terrible problema de las fosas comunes de nuestro país y pude comprobar como, lamentablemente, muchos españoles desconocían la dimensión real de la tragedia. Carlos Hernández logra en su obra ponernos ante el espejo del verdadero holocausto vivido en nuestro país. Escarbando en archivos municipales y militares, el autor logra acreditar 296 campos de concentración por donde pasaron entre 700.000 y un millón de españoles, que fueron torturados y sometidos a las peores condiciones inimaginables.

Trabajos forzosos, esclavitud, enfermedades y desnutrición provocaron un número de muertos casi imposible de calcular.

Estos campos de concentración (uno de los cuales como os comenté en un pasado artículo estuvo situado en el actual Campo del Rayo Vallecano), se prolongaron en algunos casos hasta el año 1966, como fue el caso de la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía (Fuerteventura), en la que se encarcelaba y «reeducaba» a homosexuales.

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Lamentablemente, vivimos un momento en que el auge de partidos de extrema derecha, está recuperando la España negra, aupados en la ignorancia y la desesperación ante una sociedad cada vez más injusta e insolidaria. Esto está propiciando un auténtico intento de reescribir la historia, volviendo a blanquear y edulcorar la dictadura fascista de Franco que nuestro país sufrió durante 40 años.

Es, por eso, más importante que nunca no dejar que la verdad sea enterrada por la desinformación. Ahí es precisamente donde una obra como “Los campos de concentración de Franco” se convierte en una propuesta brillante y absolutamente clave.

No podemos dejar que nuestra historia sea olvidada porque, simple y llanamente, no podemos permitirnos que vuelva a ser repetida.

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Siddhartha de Hermann Hesse

Hoy quiero recomendaros una novela, desde mi punto de vista, imprescindible: Siddhartha del premio Nobel de literatura de 1946, el escritor alemán Hermann Hesse. Una de esas obras capaces de trascender la tinta y el papel para convertirse en un auténtico fenómeno social.

Siddhartha fue escrita por Hesser en 1922 tras la primera guerra mundial. La historia relata la vida de un hombre hindú llamado Siddhartha, que dedica su vida a la búsqueda de la elevación espiritual.

Hesse no escogió el nombre de su personaje principal al azar. «Siddhartha» significa «aquel que alcanzó sus objetivos» o «todo deseo ha sido satisfecho». Y es precisamente esa búsqueda de la satisfacción de todos los deseos, lo que Hesse relata en su obra con un estilo claro, fácil de leer pero a la vez sensual y metafórico.

Siddhartha es en realidad la narración de un viaje que transcurre en dos planos de forma simultánea; el plano físico, con el recorrido vital de Siddhartha por incontables vivencias personales, y el plano espiritual, en el que Siddhartha va sufriendo una evolución emocional y espiritual. En definitiva, un auténtico recorrido por las esencias del espíritu humano, pletórico de elementos épicos, emotivos y trascendentes.

Siddhartha pasó casi desapercibida tras su publicación. Fue en los años 60, tras ser redescubierta por la juventud contestataria que surgía en el mundo, cuando se convertiría en todo un icono de la cultura popular. La obra supuso el descubrimiento de las religiones y cultura orientales para los jóvenes occidentales, influyendo decisivamente en el movimiento hippie o la posterior sicodelia de los años 70.

Sin embargo, a pesar de su enfoque orientalista, Siddhartha no debe encuadrarse en una ideología o un pensamiento religioso concreto. El mensaje que subyace en la novela es precisamente que no existe un solo camino a la verdad, ni tampoco una sola verdad. Cada persona debe buscar su propio camino y su propia verdad.

Por último os quiero dejar con las palabras del propio Herman Hesse, autor conflictivo donde los haya, donde definía así sus propias creencias:

Herman Hesse autor de Shiddartha

“No creo en nuestra ciencia, ni en nuestra política, ni en nuestra manera de pensar, y no comparto ni uno solo de los ideales de nuestro tiempo. Pero no carezco de fe. Creo en las leyes milenarias de la humanidad, y creo que sobrevivirán a toda la confusión de nuestra época actual… Creo que, pese a su aparente absurdo, la vida tiene un sentido”

Hermann Hesse

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