Cabecera Jack el destripador

Etiqueta: opinión Página 6 de 13

Las emociones en la literatura. Tipos de arcos emocionales

Las emociones en la literatura
Las emociones en la literatura

Las emociones en la literatura y los tipos de arcos emocionales es el tema de esta semana pero antes quiero empezar anunciándoos a todos los adictos a la literatura que mi próximo libro: “Jack el destripador: El mito equivocado” ya está en preventa. A continuación os dejo algunos enlaces para que podáis ir reservándolo (atentos porque podéis conseguirlo con descuento):

Reservar en Oberon

Reservar en Amazon

Reservar en FNAC

Se trata de una investigación que he desarrollado durante varios años con un resultado sorprendente y que, gracias a la editorial Oberon del Grupo Anaya, el próximo 27 de enero estará disponible en librerías de todo el mundo.

También quiero invitaros a la presentación de la obra que realizaré en próximo 2 de febrero en la FNAC, en Callao, Madrid a las 18:00 h. Allí os hablaré de la obra y firmaré ejemplares, así que, si pasáis por Madrid y queréis conocerme en persona, no os lo perdáis. Os iré dando información más detallada en futuros artículos aquí y en el  canal de youtube.

Y ahora sí, vayamos al tema de esta semana: las emociones en la literatura. Entender como funcionan las emociones y saber manejarlas es fundamental para poder abordar una obra que atrape a los lectores de principio a fin. Por eso, hoy os voy a mostrar los seis arcos emocionales que los estudios más recientes han descubierto y en los que se puede englobar cualquier relato. Además, al final del artículo os dejaré una web realmente interesante sobre las emociones que seguro que os va a dejar asombrados. Saquemos nuestra pluma y papel y empecemos.

Escribir es un ejercicio artístico y como tal, su finalidad última es despertar distintas emociones en los lectores. Cuando transmitimos una historia o exponemos un tema, lo cierto es que buscamos despertar distintos aspectos emocionales, al igual que lo hace el pintor con sus pinceles o un actor o cantante con sus interpretaciones. Por eso, es clave comprender como se gestionan estas emociones en la literatura.

Ha habido muchos estudios que han tratado de determinar las estructuras básicas en las que se organizan las emociones en literatura con dispares resultados. Sin embargo, un estudio de hace unos años, desarrollado por Andrew J. Reagan y el Laboratorio Computacional de la Universidad de Vermont en Burlington, después de analizar más de 1.700 historias disponibles en el Proyecto Gutenberg, determinó que la mayoría de los libros se construyen únicamente a partir de sólo seis arcos emocionales.

Ya os he comentado antes en video artículos como el camino del héroe o los dedicados a la estructura narrativa, como se organizaban las narraciones. Sin embargo, no hay que confundir esta estructuración, que se refiere a la organización de la información de un relato, con los arcos emocionales que os explicaré a continuación. Estos últimos se refieren exclusivamente a la organización de las emociones. Lo mejor es ir viendo los seis arcos descubiertos en los estudios en Vermont, para que podáis entenderlo mejor.

1. De harapos a riquezas (ascenso)

En este arco emocional, partiendo de un inicio cualquiera no especialmente malo ni bueno, el personaje evoluciona hasta alcanzar un final feliz. Las emociones del lector van transitando de la neutralidad inicial hasta la alegría de un desenlace feliz, de manera paulatina en todo el relato. Es una estructura típica de cuentos o relatos infantiles y busca dejar al lector con buen sabor de boca al terminar la historia.

El ejemplo que los propios autores escogieron fue «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas«, de Lewis Carroll. Relato que comienza con Alicia, aburrida, sentada junto a su hermana a la sombra de un árbol. A partir de este momento anodino de la vida de la protagonista, la aventura comienza cuando la curiosa joven persigue a un apresurado conejo parlante llevándola a un fantástico viaje del que saldrá triunfante.

2. De mal en peor (caída)

En este caso, las emociones van de mal en peor. Empezando en un momento de temor se transita poco a poco hasta la decepción final.

Puede parecer un arco poco atractivo de entrada y realmente es muy difícil de utilizar, ya que corremos el riesgo de dejar al lector o espectador decepcionado. Sin embargo, si jugamos bien con las emociones se pueden logar obras que consigan dejar al lector totalmente enganchados a nuestra trama.

De hecho, puede ser muy útil en obras que formen parte de sagas literarias, ya que pueden dejar al lector totalmente pendiente de futuras entregas. Un ejemplo cinematográfico lo tenemos en «Avengers, Infinity War«, en que la historia va de mal en peor para los protagonistas, terminando en un fracaso total y, aun así, es probablemente la mejor película de Marvel hasta la fecha.

3. El hombre en un pozo (caída – ascenso)

Este tipo de historias comienzan con la llegada de un problema, un suceso que arrastra al protagonista en su caída, para a continuación narrar el ascenso de éste hasta su redención final.

Este tipo de estructura consigue la identificación inmediata del lector con el protagonista, jugando con nuestra tendencia a identificarnos siempre con el más débil, con aquel que sufre una desgracia. El que al final, además, éste consiga su redención, hace que el lector sienta como propio su triunfo. Es propia de historias de grandes gestas o aventuras.

Un ejemplo típico puede ser «El conde de Montecristo«, de Alexandre Dumas y Auguste Maquet, la mítica novela donde Edmundo Dantés, injustamente encarcelado, escapa de prisión para conseguir su venganza. Aunque quizá el ejemplo más paradigmático sería «El maravilloso Mago de Oz«, de Lyman Frank Baum, donde la pequeña Dorothy es transportada a un lugar desconocido, donde tendrá que hallar el camino de vuelta al hogar.

4. Tragedia (Subida – caída)

En este arco emocional, la trama parte de una situación en la que la cosas parecen mejorar para el protagonista aventurando una historia feliz que, sin embargo, va empeorando paulatinamente hasta precipitarse a un final trágico.

Este tipo de relatos explota la «drama queen» que todos llevamos dentro, esa tendencia un tanto autocompasiva que nos lleva a pensar que las cosas pueden terminar mal. Fue muy utilizada en historias de tragedias clásicas en la antigüedad, siendo el ejemplo más claro la obra teatral «Romeo y Julieta«, de William Shakespeare. En ella una historia de amor llena de esperanza se torna en una terrible tragedia final.

Esta estructura, a grandes rasgos, es también la que utiliza la afamada película que ahora mismo bate récords en taquilla «Spiderman No Way Home«. En este caso, la trama comienza con un momento de triunfo de Spiderman sobre sus enemigos en la anterior entrega y con la emoción de su naciente relación con MJ. A partir de aquí, se produce la caída del héroe que desemboca en una tragedia total en que éste lo pierde todo.

Creo que puede ser muy interesante en un futuro vídeo hacer un “destripamiento” del guion de esta película para poder averiguar de dónde viene su rotundo éxito y aprender de él. Vosotros ¿qué pensáis? ¿os gustaría?

5. Edipo (caída-subida-caída)

En este caso, un inicio colmado de mala suerte desemboca en un desarrollo lleno de esperanza que termina por truncarse en una tragedia final.

Lo que se busca con este tipo de estructura es aumentar el efecto dramático de la historia. Dando esperanzas al lector de que todo va a ir bien, éstas se truncan en la parte final del relato, dando lugar a una tragedia aún peor de lo esperado en principio y que impacta con más fuerza en el lector.

Un ejemplo es la genial historia de Mary Shelley, «Frankenstein o el moderno Prometeo«, que ya destripamos en otro artículo. Un doctor Frankenstein chiflado y cayendo en la locura, crea un monstruo que parece huir para comenzar una nueva vida. Sin embargo, al final, la decepción y la incomprensión del mundo por lo diferente hacen que el monstruo termine abrazando su lado más monstruoso encaminándose a una venganza brutal contra su creador.

6. Cenicienta (subida-caída-subida)

En este ultimo arco emocional se da justo el caso contrario al anterior. Partiendo de un momento en el que todo augura la felicidad, la tragedia hace su aparición haciendo augurar un mal final. Sin embargo, en el último momento el protagonista consigue alcanzar la verdadera felicidad.

Como en el arco emocional anterior, lo que se busca es amplificar el efecto del final, aunque en este caso no es un efecto dramático sino de felicidad y triunfo para el lector.

En «Cuento de Navidad«, de Charles Dickens, del que os descubrimos sus secretos esta Navidad, se utiliza esta misma estructura emocional de manera magistral. Aunque el ejemplo lo encontramos en el cuento de «La Cenicienta», ya sea en la versión de Charles Perrault o la de los Hermanos Grimm. Tras ser invitada a la fiesta del rey, todo parece que va a ir bien para Cenicienta, sin embargo, la magia acaba y la fiesta termina con ella huyendo para volver a su deprimente vida habitual. Afortunadamente, en el último momento gracias al zapato abandonado en la fiesta el príncipe la encuentra colmándola de felicidad.

Y con esto llegamos al final de los tipos de arcos emocionales. Lógicamente, esta clasificación no es absoluta y se pude jugar con estos tipos básicos, combinándolos o alargándolos para conseguir el efecto que estemos buscando. Lo importante es ser capaces de prever el efecto emocional que van a tener nuestros relatos.

Y precisamente para que podáis analizar el impacto emocional de distintas obras literarias os dejo una web que puede ser muy interesante. Mediante gráficos detallados analiza múltiples obras, pero también situaciones y acontecimientos mostrando el efecto emocional que han tenido sobre sobre las personas. Podéis visitarla en este enlace si queréis echarle un vistazo

Espero que os haya gustado el artículo de hoy. Os dejo a continuación, el video artículo correspondiente del  canal de youtube y no olvidéis suscribiros y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones. Espero veros muy prontito en Madrid hablando de «Jack el destripador. el mito equivocado».

Hasta la semana que viene…

Las emociones en la literatura. Tipos de arcos emocionales
Las emociones en la literatura

10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías

10 curiosidades sobre Harry Potter
10 curiosidades sobre Harry Potter

10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías. Que mejor manera de despedir la Navidad y dar la bienvenida al nuevo año, que repasar una de las sagas literarias que mejor ha captado la magia de todos los tiempos. Esta semana llega el momento de descubrir aspectos de Harry Potter que probablemente desconocías por completo. Desempolvemos nuestra varita mágica de madera de acebo y pongámonos manos a la obra.

Para los despistados que no lo sepáis, Harry Potter es el nombre del protagonista de una serie de novelas fantásticas escritas por la autora británica J. K. Rowling. En ellas se describen las aventuras del joven Potter mientras se convierte en aprendiz de mago. Algo para lo que debe cursar sus estudios de magia en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, donde conoce a sus, desde entonces. inseparables amigos Hermione Granger y Ron Weasley.

Una saga que, unos por los libros y otros por el cine recordamos con cariño. Pero, como siempre, antes de adentrarnos en la obra, es menester hacer un rápido repaso a la biografía de su autora J. K. Rowling.

 J. K. Rowling
J. K. Rowling

Joanne Rowling verdadero nombre de J. K. Rowling (la “K” del nombre de la autora, en realidad es una pura imposición de marketing y proviene del nombre de su abuela paterna Kathleen), nació el 31 de julio de 1965 en Yate (Reino Unido). Curiosamente, comparte fecha de nacimiento con el personaje de sus novelas que la haría famosa, Harry Potter, que nació el 31 de junio de 1980. Hija de Peter James Rowling y Anne Volant, tiene una hermana dos años menor, Dianne, nacida el 18 de junio de 1967.

Cuando era niña, Rowling disfrutaba escribiendo historias fantásticas. Historias que a menudo le relataba a su hermana, que fue sin duda su primera lectora (o mejor dicho escuchadora). Desde su niñez, Rowling mostró sus preferencias por las historias fantásticas:

La primera historia que escribí en mi vida, cuando tenía cinco o seis años, fue sobre un conejo llamado Rabbit. Tenía sarampión y era visitado por sus amigos, incluyendo una abeja gigante llamada Miss Bee”

A los 9 años de edad, Rowling se mudó a Tutshill, en Gloucestershire (Inglaterra), cerca de Chepstow (Gales). Cuando era adolescente, su tía abuela le dio una vieja copia de la autobiografía de Jessica Mitford, “Hons and Rebels”. Mitford, escritora, periodista y activista británica militante del Partido Comunista en EEUU, se convirtió en la heroína de Rowling, quien leyó todos sus libros. Esto explica su ideología progresista e incluso radical en su juventud.

Cursó estudios secundarios en la Escuela Wyedean. No superó las pruebas de admisión para entrar en la Universidad de Oxford en 1982. Por eso, se matriculó para obtener una doble titulación en filología francesa y clásica en la Universidad de Exeter. Tras residir un año, para mejorar sus estudios en París, Rowling se mudó a Londres para trabajar como investigadora y secretaria bilingüe para Amnistía Internacional.

Sería en junio de 1990, cuando, durante un viaje en que su tren se retrasó cuatro horas, contempló a un niño con gafas en el andén. De alguna manera, fue en ese momento cuando le llegó la idea de una escuela de magos. En sus propias palabras:

«De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy claramente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea. No sé de dónde provino la idea. Comenzó con Harry, y luego todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza».

Nada más llegar a su apartamento, comenzó a escribir y ya no lo dejó. Lamentablemente ese mismo año murió su madre, tras luchar durante diez años contra una esclerosis múltiple. Para Rowling fue un muy terrible que llegaba, justo mientras intentaba escribir Harry Potter, del que nunca llegó a hablarle a su madre.

Rowling se mudó entonces a Oporto (Portugal) para trabajar como maestra de inglés y allí conoció y se enamoró de Jorge Arantes, un periodista portugués. Se casó con él el 16 de octubre de 1992. El 27 de julio de 1993 tuvieron una hija, Jessica Isabel Rowling Arantes (llamada así en honor a Jessica Mitford). Sin embargo, las infidelidades y el alcoholismo de su marido, hizo que Rowling le abandonase en noviembre de ese mismo año.

En marzo de 1994, residiendo ya en Escocia, Rowling comenzó el proceso judicial para conseguir una orden de alejamiento, que conseguiría tras dos años de lucha judicial permitiéndole posteriormente divorciarse. En esta época Rowling sufrió de depresión clínica y llegó a plantearse el suicidio. Algo que se reflejó en los pasajes más oscuros del primer libro de la saga de Harry Potter.

Sin empleo y viviendo de los subsidios que le otorgaba el Estado, Rowling completó su primera novela escribiendo en varios cafés, especialmente en el Nicolson. Lugares a los que acudía para intentar dormir paseando a la pequeña Jessica

En 1995, Rowling finalizó su manuscrito para «Harry Potter y la piedra filosofal» en una vieja máquina de escribir. Tras conseguir ser representada por la agencia Christopher Little Literary Agents, el libro fue enviado a doce editoriales, las cuales rechazaron el manuscrito. Un año después el editor Barry Cunningham para Bloomsbury, una pequeña editorial británica de Londres, se mostró interesado pagándole un adelanto a Rowling de 1500 libras por su obra. El resto es ya historia de la literatura, convirtiéndose J. K. Rowjing no sólo en una de las escritoras más leídas sino también más ricas de la actualidad.

La historia de las novelas de Harry Potter está llena de curiosidades que merece la pena recuperar. Anécdotas que ilustran muy bien el proceso creativo de una obra de esta magnitud. Así que pongámonos a ello:

1. Algunas cifras de vértigo

Harry Potter se convirtió en una marca registrada global valorada en aproximadamente 7000 millones de libras. Los últimos cuatro libros de Harry Potter han marcado récords como los libros más rápidamente vendidos de la historia. Los siete libros que componen la saga, con un total de 4195 páginas, han vendido más de 500 millones de copias alrededor del mundo, además, han sido traducidas a 80 idiomas y se ha publicado en más de 200 países.

Esto se ha visto reflejado en ganancias de más de 7.700 millones de dólares. Curiosamente, prácticamente lo mismo que ha dado de ganancias la saga cinematográfica. Pero es que también el merchandising ha generado unos 7.300 millones de dólares. En total, la franquicia de Harry Potter está valorada en aproximadamente 25.000 millones de dólares según CNBC.

En cuanto a J. K. Rowling se ha convertido en una de las escritoras más ricas del mundo cuya fortuna personal supera los 1000 millones de dólares.

2. Impacto editorial.

Harry Potter también trajo cambios al mundo editorial. Un buen ejemplo es la reforma que provocó en la lista de best-sellers del New York Times. Tras el lanzamiento de «El cáliz de fuego», en el año 2000, los editores se quejaron del número de puestos que ocupaban los libros de Harry Potter y otros destinados al público infantil en la famosa lista del periódico. Como consecuencia, el New York Times se vio obligado a crear una lista separada para la literatura infantil y evitar así que la saga de Harry Potter no dejase visibilidad al resto de publicaciones.

3. Impacto cultural

El mayor impacto cultural que se le atribuye a las novelas de Harry Potter es el incremento del hábito de la lectura entre los niños y jóvenes. Una encuesta llevada a cabo en 2006 por Kids and Family Reading Report y Scholastic arrojó como resultados que el 51 % de los lectores de la saga, de entre 5 y 17 años, dijo que no había leído por placer anteriormente a Harry Potter, pero que después sí lo hacía. Además, el estudio afirmó que el 65 % de los niños y el 76 % de los padres declaraba que el desempeño escolar de ellos mismos o de sus hijos había mejorado desde que empezaron a leer los libros. Un logro sin duda espectacular y al que deberían aspirar todos los escritores.

4. La palabra muggle ya es oficial.

Rowling creó el término a partir de la palabra inglesa «mug», que se utiliza para describir a una persona crédula o fácil de engañar, agregándole el sufijo «–gle» para que no sonara degradante. Sin embargo, la palabra «muggle» ya existía en el slang de la década de 1920 para referirse al cigarrillo de marihuana y en el anglosajón o inglés antiguo con el significado de «cola que se asemeja a la de un pez» o para hacer referencia a una mujer joven.

Ahora, gracias a Rowling, el término de ha extendido, siendo usado para indicar a alguien a quien le falta alguna habilidad, hasta el punto que en 2003, el término entró en el Oxford English Dictionary con esa definición.

5. El Andén 9¾ existe.

En las novelas de Harry Potter existe un andén con el número 9¾, en la estación de King Cross, que funciona como portal entre el mundo mágico y el muggle (el de los hombres). Es el lugar donde se puede tomar el Expreso a Hogwarts el 1 de septiembre y se accede a él atravesando una barrera de metal (en el cine de ladrillos) que esconde la entrada. Pues bien, la enorme popularidad de los libros y películas de Harry Potter hizo que incluso hubiese lesiones de personas que corrían para estrellarse de cabeza contra la pared real que existe en la estación de tren. Al final, las autoridades de la estación de Kings Cross decidieron colocar un cartel que señalara el «Andén 9¾» y un carro en mitad del muro, que ahora se ha convertido en atracción turística.

6. El Quidditch ya es un deporte oficial

El Quidditch es el deporte que se practica en las novelas de Harry Potter en las distintas escuelas de magia. Todos recordamos esos fantásticos enfrentamientos de los alumnos en sus escobas luchando por atrapar la snitch dorada. Pues, aunque os resulte difícil de creer, en 1994 en la Universidad de Middlebury en Middlebury, Vermont, EE. UU., se creó un deporte análogo en la vida real. Con las reglas adaptadas el mundo real, el deporte está en pleno crecimiento desde que en 2005 se oficializó. De hecho se ha formado una Asociación Internacional de Quidditch y se juega ya en todo el mundo.

7. Harry Potter lleva gafas para demostrar que nadie es perfecto

Las gafas de Harry Potter son un elemento característico del protagonista, pero no están ahí porque sí. En realidad, tienen una fuerte simbología, ya que la autora quería simbolizar que todos tenemos nuestros defectos y vulnerabilidades. Recordad cuando os comentaba en cómo crear un héroe lo importante de dotarle de un punto débil que le haga más humano. Pues este simple detalle cumple esa función en Harry Potter a la perfección y ha servido para muchos lectores se identificarán aún más con él.

8. Nicolas Flamel, el personaje que realmente existió

En el primer libro de la saga se menciona a Nicolas Flamel como el inventor de “la piedra filosofal”, una pequeña roca capaz de crear el elixir de la vida eterna y transformar los metales comunes en oro. Efectivamente Flemel existió y fue un escribano, copista y librero francés, y supuestamente alquimista, nacido en 1330. Se le atribuye la realización de una piedra (la llamada piedra filosofal) que le confirieron la inmortalidad a él y a su mujer. Algo que no debió salir muy bien porque ambos fallecieron alrededor de 1414.

9. Los dementores representan la depresión que padeció la autora

Los dementores son unas criaturas oscuras, malvadas, sin alma, que absorben la felicidad y energía de los que se cruzan con ellos. Son unos de los principales antagonistas de la saga de Harry Potter al que suelen meter en problemas. Curiosamente, estos monstruos representaron la angustia y depresión que afectó a J.K. Rowling tras la muerte de su madre primero y el fracaso de su matrimonio después. Ingredientes que la hicieron jugar con el suicidio en su mente pero que afortunadamente terminaron por forjar a los dementores.

10. Dumbledore era homosexual

Seguramente a muchos os extrañará esta afirmación sobre el mismísimo Albus Dumbledore, pero no se trata de una apreciación mía, sino que lo afirmó la propia escritora en un tweet muy polémico:

«Para mí no es nada extraño que un hombre brillante y valiente como Dumbledore pueda amar a otro hombre. Él es mi personaje y tengo derecho a decir lo que quiera sobre él»

De hecho, la autora incluso añadió que el amor de la infancia de Dumbledore fue el mismísimo Gellert Grindelwald. Hubo quienes se escandalizaron con estas afirmaciones. Para mi, lo único extraordinario es que aún haya a quien la orientación sexual de un personaje literario o real, sea esta la que sea, le pueda resultar sorprendente. Esperemos que algún día esto nos parezca los más normal del mundo.

Y hasta aquí este repaso a alguna de las muchas curiosidades de esta excepcional saga literaria. Aunque algunos han llegado a criticar esta obra desde el punto de vista literario, más allá de que las novelas de Rowling puedan ser obras mejor o peor escritas, lo que no queda duda es que reflejan como ninguna otra, la auténtica magia de la literatura.

Normalmente os hablo de la importancia de la documentación de cara a la creación de vuestras propias obras literarias, pero, en este caso, es otro el elemento que J. K. Rowling explota de manera perfecta en sus obras; su capacidad de observación.

Y es que, Rowling, desde el mismo día que tuvo su idea en una estación de tren, basó la creación de todos y cada uno de sus personajes y escenarios en la observación de la realidad que la rodeaba. Desde el anden en el que estaba sentada, hasta el niño de gafas que esperaba el tren, pasando por las calles por las que solía pasear, las librerías de viejo en las que buscaba sus lecturas o los profesores que le dieron sus primeros conocimientos en su infancia.

En definitiva, el mundo mágico de Potter no es otra cosa que el mundo real de Joanne Rowling pasado por el tamiz de su impresionante imaginación.

Como siempre, os dejo el video artículo en mi canal de youtube, y espero que os suscribáis al blog o al canal, dándole a la campanita para que os lleguen las notificaciones (hay cosas que no cambian ni con un nuevo año).

10 Curiosidades de Harry Potter ¡QUE NO SABIAS!
10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías

Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Los secretos de "Cuento de Navidad"
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Hoy abordamos los secreos de “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Seguimos en Navidad y como ya os adelantaba en el video artículo pasado dedicado a las curiosidades literarias navideñas, hoy nos vamos a dedicar en exclusiva a este cuento navideño. Un relato que para muchos es el responsable de crear la Navidad como la conocemos.

Titulado «A Chistmas Carol», originalmente, en castellano lo conocemos como “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Dejemos que nos visite el fantasma de las navidades pasadas, el de las navidades presentes y el de las navidades futuras y empecemos….

Aunque hoy no quiero extenderme en la vida de Charles Dickens, si es conveniente que hagamos un ligero repaso por su figura antes de adentrarnos en su famoso relato.

Charles Dickens
Charles Dickens

Charles Dickens nació el 7 de febrero de 1812, en Portsmouth, en el seno de una familia humilde. Su padre era John Dickens, un oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth, y de Elizabeth Barrow. Aunque comenzó a asistir a la escuela a los nueve años, sus estudios quedaron interrumpidos muy pronto, cuando sólo tenía once años, debido al encarcelamiento de su padre por no pagar sus deudas. Algo lamentablemente habitual en la época.

Aquello le obligó a ponerse a trabajar en la empresa londinense Warren’s boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado, ubicada cerca de la estación ferroviaria de Charing Cross. Fue una época en la que vivió en carnes propias la explotación infantil tan habitual en la Inglaterra del siglo XIX. Algo que le marcó e influyó decisivamente en algunas de sus obras, muy especialmente en «David Copperfield».

Aunque pudo recibir clases de forma esporádica lo cierto es que toda su formación fue totalmente autodidacta. Algo muy meritorio que le llevó en 1827 a conseguir trabajo, primero como secretario legal y después como periodista en el Parlamento. En esa época conoció a María Beadnell, pero su familia lo rechazó como pretendiente por lo que, tras cuatro años de relaciones, se separaron. Para entonces ya estaba trabajando como reportero en una publicación de su tío, The Mirror of Parliament, y para el periódico liberal The Morning Chronicle.

En diciembre de 1833, empezó su carrera literaria, publicando con el seudónimo de Boz, en The Monthly Magazine, revista que editaba su amigo George Hogarth.  Se trataba principalmente de descripciones de la vida cotidiana de Londres.  El libro “Los apuntes de Boz” (1836), fue su primer gran éxito, lo que le permitió casarse con Catherine Hogarth en ese mismo año. Sin embargo, su consolidación como novelista llegaría con su obra “Los Papeles póstumos del club Pickwick” (1836-1837), publicado en entregas mensuales. Un formato innovador que sería después copiado por numerosas editoriales.

A partir de aquí el éxito le acompañó el resto de su carrera, convirtiéndole en uno de los hombres más famosos y populares de su época. Charles Dickens murió en Gad’s Hill Place, Higham, Kent, Inglaterra, el 9 de junio de 1870 tras sufrir una apoplejía y fue enterrado cinco días más tarde en la abadía de Westminster.

Actualmente Charles Dickens es considerado por muchos como el verdadero inventor de la Navidad, tal y como la conocemos. Fama que debe en gran medida a “Un cuento de Navidad” publicado el 19 de diciembre de 1843.

Y ahora sí, ha llegado el momento de descubrir los secretos de «Cuento de Navidad»

1.- La Navidad es blanca porque así la describió Dickens

Aunque ahora todos asociamos la Navidad con la nieve, no era así antes de 1843, cuando se publicó “Cuento de Navidad”. ´Lo cierto es que a finales de diciembre nunca nieva en medio mundo porque es verano y en el otro medio, pese a ser invierno, la nieve es bastante escasa, salvo en el norte de Europa.

Charles Dickens es el responsable de describir la Navidad como una eterna nevada en su “Cuento de Navidad”, lo que desde entonces se trasladó a la mayoría de cuentos navideños. El motivo por el que Dickens asociaba la Navidad con la nieve proviene de su infancia. El escritor sufrió cuando era apenas un niño la década más fría que vivió Reino Unido en el siglo XIX, con nieve por todas partes y hasta el Támesis helado… Una experiencia que Dickens idealizó y trasladó a sus cuentos.

2.- El pavo y la cena de Navidad

Como os explicaba en el video artículo pasado la fiesta navideña hasta mediados del siglo XIX era el “Boxing Day”, una celebración en la que los ricos entregaban una caja con regalos a sus sirvientes. Algo, a su vez heredado de los romanos, y que hoy en día es el origen de la cesta de navidad de las empresas. Sin embargo, estas fiestas navideñas no tenían buena fama, ya que sólo la celebraban las clases acomodadas, por lo que se consideraban fiestas clasistas, por no hablar de que se relacionaban con el papismo en un país que era esencialmente anglicano.

Durante estas celebraciones la comida habitual era el ganso. Sin embargo, en su relato Dickens hace que Scrooge, una vez transformado por el espíritu navideño, mande a un niño comprar y llevar un pavo a la casa de su secretario para celebrar un gran banquete de Navidad.

De esta forma, Dickens cambio la cena habitual por el pavo, lo que no debió gustarle muchos a éstos. Además de convertir la cena, hasta entonces clasista y de gente acomodada, en un banquete, símbolo de amor y alegría donde lo principal en dar y compartir.

3.- Happy Christmas o Merry Christmas.

En inglés es habitual la expresión Merry Christmas, sin embargo, hasta “Cuento de Navidad” lo habitual era “Happy Christmas”.  

Esta expresión, que puso de moda Dickens en su relato, proviene de que a éste le gustaba mucho un villancico: “God Rest You Merry, Gentlemen”. En realidad, la palabra “Merry” no significa únicamente “feliz”, sino que se asocia, más que a un deseo, a un sentimiento de alegría, de prosperidad, de hermanamiento y buena voluntad.

“Merry Christmas” aparece 21 veces en “Un cuento de Navidad”, y desde entonces es la felicitación habitual y más usada en inglés y también en otros idiomas.

4.- Scrooge pudo basarse en el propio padre de Dickens.

Charles Dickens amaba la Navidad, pero su más famoso personaje navideño, Ebenezer Scrooge, es un anciano avaro y explotador que, en el relato, es visitado por el fantasma de su antiguo socio, Jacob Marley, y luego por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura.

No es descabellado pensar que fue John Dickens, el padre del autor, el personaje real escondido tras el temible Ebenezer Scrooge. John Dickens era un timador, tacaño y rácano que perjudicó gravemente a su propia familia, lo que le aproxima bastante a Scrooge. Aunque en la historia es aún, peor de lo que era el padre de Dickens. Scrooge no solo es avaro y rácano, es un hombre sin afectos por lo humano, un patrón cruel, un tío que rechaza a su afable sobrino y a su familia, un disidente radical de la fraternidad navideña.

5.- Marley fue un personaje real.

El socio muerto de Scrooge, Jacob Marley, que avisa a este de la próxima visita de los fantasmas navideños, fue un personaje real. En la obra “The Annotated Christmas Carol”, de Michael Patrick Hearn, se explica que Dickens asistió a la misma fiesta de San Patricio que un tal Dr. Miles Marley. Conociendo el interés de Dickens por los nombres inusuales, el Dr. Marley le comentó su propio e inusual apellido. La respuesta de Dickens fue: «Su nombre será una palabra familiar antes de que acabe el año». Y cumplió su palabra.

Y Dickens cumplió su palabra…

6.- El cuento fue concebido como una protesta contra la pobreza infantil.

En 1843 el gobierno británico publicó un informe sobre la gravedad del trabajo infantil en el país. Dickens, que había sufrido en sus propias carnes la explotación infantil, estaba furioso por esta situación. Dickens visitó a su hermana en Manchester y aprovechó esos días para encontrarse con representantes de organizaciones de caridad que ayudaban a las clases más desposeídas en esa ciudad industrial. También en 1843 recorrió uno de los colegios más pobres de Londres, dedicado a educar a los jóvenes destituidos de la capital inglesa.

Decidido a hacer algo con esta terrible situación pensó, como primera reacción, escribir un panfleto utilizando su vasta experiencia como periodista político. Pero luego cambió de parecer. Al parecer, le escribió a un amigo diciendo que «en lugar de un panfleto escribiré algo en Navidad que tendría 20 veces más fuerza».  Y lo consiguió sobradamente..

7. El relato fue escrito febrilmente en seis semanas.

Dickens fuertemente inspirado y comprometido con su relato, no tardó ni dos meses en escribir su famoso “Cuento de Navidad”. Se cuenta que Dickens reía y lloraba esporádicamente durante el proceso de escritura y daba larguísimos paseos nocturnos por Londres cuando toda la gente sobria se había ido a la cama. 

Finalmente consiguió terminar su obra a tiempo de publicarlo antes de Navidad, el 17 de diciembre de 1843.

8. Dickens se autopublicó “Un cuento de Navidad”

Como su anterior libro no se vendió bien, Dickens no pudo encontrar un editor para «Cuento de Navidad», así que él mismo pagó la impresión. La primera edición -con un precio de 5 chelines (unos 30 dólares)- salió a la venta el 19 de diciembre de 1843 y se agotó en Navidad. Sin embargo, Dickens sólo ganó £130 debido al alto costo del papel utilizado y el empaste. Se molestó tanto que cambió de grupo editorial. Se imprimieron dos ediciones más antes de finalizar el año, una semana después, siendo ya un éxito imparable.

9. Fue el primero y el último de sus escritos que Dickens leyó en público.

Dickens fue uno de los primeros escritores famosos en dar lecturas públicas. Su primera lectura fue la de «Cuento de Navidad». Tuvo lugar en 1853 en Birmingham, Inglaterra, para una reunión de 2000 espectadores.

Charles Dickens incluso creó un ejemplar especial de «Cuento de Navidad» para las lecturas públicas. En él escribía notas sobre cómo pronunciar las líneas y «representaba» estas lecturas como un actor en el escenario. Existe un ejemplar de este tipo, que el autor utilizó en su lectura en EEUU, propiedad de la Colección Berg de literatura inglesa y americana de la Biblioteca Pública de Nueva York.

Dickens también seguía un peculiar rito para sus actuaciones. Antes de sus lecturas desayunaba dos cucharadas de ron con crema. Más tarde, tomaba una pinta de champán, y justo antes de la actuación, bebía un jerez con un huevo crudo batido en él. Durante la lectura tomaba un té de carne y tomaba una sopa justo antes de acostarse.

Cuando su salud empezó a deteriorarse, 17 años después de su primera actuación pública, Dickens hizo su última lectura de «Cuento de Navidad» en el St. James’ Hall de Piccadilly. Murió tres meses después, convirtiéndose así su famoso relato en el primero y último que leyó en público.

10. Cuento de Navidad es en gran parte responsable de la tradición de la caridad navideña

Quizá la característica fundamental de la Navidad que celebramos hoy en día en todo el mundo es precisamente la caridad que se vive en estos días. Pues, para despedirnos de “Cuento de Navidad” de Dickens nada mejor que resaltar que fue esta obra una de las principales fuentes de esta tradición.

En 1844, el año siguiente a su publicación, los periódicos británicos atribuyeron a la popularidad de la novela de Dickens un aumento de las donaciones benéficas en Navidad. Aunque dar a los necesitados no era un concepto nuevo en la época navideña, el libro de Dickens inspiró a mucha gente.

Después de leer el libro en 1847, Robert Louis Stevenson escribió: «Quiero salir a consolar a alguien; nunca escucharé las tonterías que le dicen a uno sobre no dar dinero: daré dinero; no es que no lo haya hecho siempre, pero ahora lo haré con la cabeza bien alta».

Se cuenta que una niña que vendía frutas y verduras en el mercado de Covent Garden tras enterarse del fallecimiento del autor, ocurrido el 9 de junio de 1870 debido a una apoplejía preguntó: Charles Dickens está muerto, ¿entonces también morirá Papá Noel?”.

Creo que la anécdota lo dice todo sobre la influencia de este inolvidable autor en la Navidad. Y ahora es el momento perfecto de recordarlo, así que ya estáis tardando en leer “Cuento de Navidad” de Charles Dickens o por lo menos ver alguna de las innumerables adaptaciones que se han hecho de esta historia por tierra, mar y aire.

Os dejo con el video de mi canal de youtube. Y, recordad suscribiros si os ha gustado y dar a la campanita para recibir las notificaciones. Hasta la semana que viene, o mejor dicho hasta el año que viene. (No os perdías el próximo video artículo porque viene lleno de regalos para todos)

¡Feliz Navidad y buena salida y entrada de año para todos!

Los secretos de "Cuento de Navidad" de Charles Dickens
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

10 curiosidades navideñas literarias que no sabías

10 curiosidades navideñas literarias
10 curiosidades navideñas literarias

10 curiosidades navideñas literarias, que seguramente os van a sorprender, es el menú navideño que hoy os he preparado. Una buena manera de celebra la Navidad para todos los adictos a la literatura. No os las perdáis porque no me cabe duda de que la mayoría no las conocéis. Vistámonos con nuestras mejores galas, hagamos una bola de nieve y pongámonos manos a la obra. Empecemos:

1. A Papá Noel no lo creó Coca Cola.

Estoy seguro de que todos habéis oído esa historia de que Coca Cola fue la que creó la imagen actual de Papa Noel. Bueno pues no es ni mucho menos cierto. Aunque sí que crearon un diseño navideño de Papá Noel, que es el que nos ha llegado por la publicidad, fue en una obra literaria donde nació el verdadero Papa Noel.

Un autor americano llamado Clement Clarke Moore escribió un poema publicado anónimamente en 1823 titulado “Una visita de San Nicolás”.  En él describía ya a Papa Noel como un vejete sonriente de barba blanca, traje rojo, regordete y que llegaba en un trineo tirado por ocho renos. Además, se introducía en la casa por la chimenea llevando su saco de juguetes. ¿Os suena no?

De todas maneras, no todos los países comparten esta imagen de San Nicolás o Papa Noel. Seguro que os sorprende (a los que no seáis holandeses), que en Holanda, San Nicolás proviene de España, viaja en barco desde Madrid, y, cuando llega a Holanda, obsequia a los niños con ¡mandarinas!

2. En un principio los villancicos eran compuestos por escritores.

Si hay otro elemento típico de la Navidad son los villancicos. Pues bien, estas tonadillas navideñas que tanto nos gustan a todos, tienen unos orígenes poco religiosos. El termino “Villancico” alude a pequeños relatos literarios que eran cantadas por villanos o habitantes de las villas, campesinos. En los primeros villancicos abundaban los temas amorosos, las sátiras y las burlas, donde la temática religiosa era escasa y el navideño prácticamente inexistente. Uno de los primeros compositores de villancicos fue el escritor Juan del Enzina (Iniciador y patriarca del teatro español) en la época de los Reyes Católicos.

Realmente no fue hasta el siglo XVIII en que fueron quedando relegados a las festividades navideñas, adquiriendo poco a poco sus características actuales y que tanto nos gustan.

3. El oso Paddington fue un regalo navideño.

Para quien no lo conozcáis el oso Paddington es un personaje imaginario en la literatura infantil del Reino Unido que ha llegado a convertirse también en icono navideño. Apareció por primera vez en 1958​ en el libro titulado «Un oso llamado Paddington» del escritor inglés Michael Bond.

Pues bien, el origen de este simpático osito fue un oso de peluche que compró su autor Michael Bond, el día de Nochebuena de 1956. Al parecer, al autor le dio mucha pena cuando vio que era el único peluche que quedaba en las estanterías y se lo compró a su mujer. Y a partir de ahí se creo el icono navideño que conocemos.

4. La primera cena de Navidad literaria la describió Dickens.

Si hay un relato típico navideño ese es «Cuento de Navidad» de Charles Dickens, sin embargo, lo que pocos saben es que el primer escrito de este autor sobre la Navidad no fue este sino «Christmas Festivities» también titulado posteriormente como «A Christmas Dinner», publicado en 1835 donde describía la perfecta cena navideña. Dickens era un un defensor a ultranza de estas fiestas, cuando no era aún tan habitual celebrarlas por todo lo alto y contribuyó, sin duda, a su fama actual.

5. La cesta de Navidad apareció literariamente por primera vez en 1663.

Por lo menos en la literatura inglesa, el concepto de regalo navideño aparece por primera vez en el diario privado del célebre diarista inglés Samuel Pepys, que se publicaría más de 100 años después de su muerte (1893). El autor menciona la costumbre de los empresarios de la época de entregar “Christmas boxes” o Cajas de Navidad con regalo o dinero a sus trabajadores, el primer fin de semana después de Navidad.

6. El ballet más famoso a nivel mundial es un cuento infantil navideño

«El Cascanueces y el Rey de los Ratones» es un cuento infantil del escritor alemán Ernst Hoffman. Fue escrito en el año 1816 y se ha convertido en uno de los clásicos de la literatura universal, formando parte, de igual forma, de la tradición navideña mundial. Su mágica historia trata sobre el nuevo juguete de la joven Marie Sthahlbaum, el Cascanueces (muñeco de madera artesanal que viste uniforme militar ruso), recibido en la noche de Navidad.

En 1892, el compositor ruso Pyotr Ilyich Chaikovski, junto con los coreógrafos Marius Petipa y Lev Ivanov, decidió ponerle música a esta historia transformándola en el Ballet El Cascanueces, el cual se ha convertido, quizá, en el más popular de todos los ballets alrededor del planeta.

7. Harper S. Lee escribió ‘Matar a un ruiseñor’ gracias a un regalo navideño.

Esta famosa novela que llegó a valerle un premio Pulitzer a su escritora Harper Lee, tiene una historia navideña tras de si que seguro que no conocéis.

Harper trabajaba en Nueva York, como empleada de reservas en una compañía aérea, lo que simultaneaba con su afición a la literatura. Alrededor de 1957, conoció al matrimonio Brown y la escritora se atrevió a enseñarles algunos de sus textos. En diciembre, le enviaron una nota que decía «Tomate un año lejos de tu trabajo para escribir lo que quieras. Feliz Navidad». Con la nota se adjuntaba una cantidad de dinero equivalente a lo que podría ser su salario anual en ese entonces. Ella aceptó y durante ese año escribió «Matar a un Ruiseñor», publicado en julio de 1960.

¿Quién tuviese un regalo así en Navidad?

8. La primera obra de teatro de Sartre fue navideña.

Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo, posmodernismo y del marxismo humanista. Una figura literaria que desde luego no unimos a la Navidad precisamente.

Pues bien, su primera obra de teatro se tituló «Barioná, el hijo del trueno» y trataba sobre el nacimiento de Jesús. Fue escrita mientras Sartre se encontraba en un campo de prisioneros de guerra, en Tréveris, durante la segunda guerra mundial. La pieza se representaría el 24 de diciembre de 1940, y tuvo tanto éxito entre los alemanes que hay quien asegura que por eso liberaron a Sartre. Para que veáis la de utilidades que tiene la literatura.

9. J. R. R. Tolkien escribió muchas cartas firmando como Papá Noel.

El conocido autor de «El Seños de los Anillos», J. R. R. Tolkien escribió numerosas cartas entre 1920 y 1943, simulando ser Papa Noel. En ellas Tolkien escribe, en boca del propio Papá Noel, para contarles a los niños decenas de anécdotas que le ocurren en su casa, en su taller u otros acontecimientos del Polo Norte.

Con el paso de los años los personajes de la casa de Papá Noel van creciendo en número. Además del Oso Polar del Norte conoceremos elfos de nieve, gnomos rojos, hombres de nieve, osos cavernarios, a su ayudante y secretario elfo Ilbereth y hasta los sobrinos del Oso Polar. Las cartas fueron recopiladas en la obra “Las cartas de Papa Noel”.

10. Gandalf se basó en Papa Noel

Pero las cartas de Papa Noel de Tolkien aún esconden una sorpresa más. En la carta escrita en 1939 se nos narra la batalla de Papá Noel contra los Goblins. En realidad, es como era habitual en el escritor una metáfora de la segunda guerra mundial y a la amenaza alemana. Pues bien, estos personajes sirvieron de base para «El Hobbit», obra que ya había empezado a escribir Tolkien y en la que Papa Noel pasó a ser la inspiración de Gandalf y los Goblins los temibles orcos.

Y hasta aquí las 10 curiosidades navideñas literarias de hoy, que espero os hayan sorprendido. Volvemos muy prontito con más temas navideños. Así que os dejo con el video correspondiente del canal de youtube. No olvidéis suscribiros, aquí y al canal de youtube, y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

¡¡Feliz Navidad!!

10 Curiosidades navideñas literarias que no sabías
10 curiosidades navideñas literarias

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX"
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX». Hoy vamos a rescatar una de las obras más desconocidas y misteriosas de Julio Verne. Este escritor, que es imposible que no conozcáis es probablemente el autor cuyas profecías literarias más han acertado e influido en el mundo actual. Un escritor cuya vida y obra está tan llena de misterio que puede llenar por sí sola innumerables capítulos de Misterios de la Literatura.

Así que os prometo volver sobre su figura en futuras entregas. Sin embargo, hoy quiero centrarme en una de sus obras más polémicas. Una novela que estuvo oculta durante más de 130 años: “París en el siglo XX”.

“París en el siglo XX”. es una novela escrita por Julio Verne que fue publicada por primera vez en francés en 1994. Es considerada como la novela perdida o la novela oculta de Julio Verne, ya que fue escrita en 1863 y se mantuvo oculta durante más de ciento treinta años.

El editor Pierre J. Hetzel había sido el único en confiar en Julio Verne al publicar «Cinco semanas en globo» en enero de 1863 (cuando el escritor ya contaba 35 años). Sin embargo, el siguiente libro que presentó el autor, «París en el siglo XX», cambiaba totalmente el registro de un modo que a Hetzel no le gustó nada.

Sus críticas fueron demoledoras, incluso insultantes («un desastre… como escrito por un niño… nada original… mediocre… sin chispa») y quedaron consignadas en los márgenes del manuscrito original y en el borrador de una carta dirigida a Verne.

Hetzel era un buen editor y conocía los gustos del público, como quedó ampliamente demostrado. Vió en aquel manuscrito un estilo excesivamente teatral, unos personajes endebles y una línea narrativa poco sólida, todo lo cual era cierto y producto de la bisoñez de Verne.

Además, esa visión pesimista del futuro no se correspondía con el luminoso proyecto de los «Viajes Extraordinarios» que Hetzel tenía en mente. El editor sabía que el éxito se encontraba en acercar el saber humano a los jóvenes media nte una serie de novelas en las que se exaltara la exploración científica y el avance tecnológico.

“Ha emprendido usted una tarea imposible y —como sus predecesores en cosas análogas— tampoco ha conseguido llevarla a buen fin. Está cien pies por debajo de Cinco semanas en Globo. Si la vuelve a leer estará de acuerdo conmigo. Es periodismo barato y sobre un tema nada afortunado.

No esperaba una cosa perfecta; le vuelvo a decir que sabía que estaba intentando algo imposible, pero esperaba algo mejor. Aquí no hay resuelta ninguna cuestión de futuro serio, ninguna crítica que no parezca una caricatura ya hecha y rehecha, y si algo me asombra es que haya podido usted hacer, como en un arrebato y empujado por algún dios, algo tan penoso, tan poco vivo…

No está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años. Mi querido Verne, fuera usted profeta, nadie creería hoy en su profecía».

Aquello fue definitivo. La siguiente obra de Verne en ver la luz sería otra novela de aventuras, «Viajes y aventuras del capitán Hatteras» y su vena futurista/pesimista quedó enterrada. El manuscrito se olvidó y durante mucho tiempo se creyó perdido.

En los años ochenta del siglo XX, se confirmó su existencia gracias al hallazgo del borrador de la corrosiva carta de Hetzel, a la que hemos hecho referencia antes, y unos años después el bisnieto de Verne encontró el manuscrito olvidado dentro de una caja fuerte que había pertenecido a su abuelo y cuya llave se había perdido.

Cuando se publicó, en 1995, se convirtió en un éxito editorial y fue recibido por los críticos como un trabajo de «importancia histórica inestimable». Incluso se sugirió que se le otorgase el premio Hugo (el máximo galardón que se otorga a obras de ciencia-ficción publicadas el año precedente).

Los expertos vernianos afirmaron incluso que ningún otro de los trabajos del autor se había acercado tanto a la imagen del futuro como esta obra, por mucho que la calidad literaria y la línea argumental, casi inexistente, son propias de una obra primeriza.

A menudo se suele presentar a Julio Verne como un precursor visionario de la tecnología en su vertiente más luminosa, poniendo como ejemplo dos de sus novelas más famosas, «De la Tierra a la Luna» y «Viaje alrededor de la Luna», en las que el ingenio humano es capaz de salvar obstáculos aparentemente infranqueables.

Los héroes de sus novelas son frecuentemente personajes ejemplares, íntegros y valerosos como Miguel Strogoff; o sabios un tanto excéntricos pero llenos de energía y pasión, como el profesor Lidenbrock de «Viaje al Centro de la Tierra» o Paganel, de «Los Hijos del Capitán Grant». Sus conocimientos, unidos a la rectitud moral y al coraje, les hacen salir airosos de empresas colosales, en ocasiones haciendo uso de la tecnología y la ciencia.

Pero lo cierto es que, en el fondo, Verne era un conservador que abrigaba no pocas reservas hacia el progreso técnico y las consecuencias de este sobre la sociedad. Esta cara oscura siempre estuvo presente (el Nautilus del capitán Nemo no sólo es un maravilloso invento, sino que también era un arma temible que condena a muerte a cientos de personas).

Sin embargo, fue en la última etapa de su producción donde se hace más patente: «Los 500 millones de la princesa india», «Robur el Conquistador» o «Ante la bandera» son buenos ejemplos de esta visión mucho más pesimista del autor.

En la novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX» el protagonista del libro, Michel Dufrenoy, es un poeta frustrado. La sociedad del siglo XX desprecia todo aquello que no es práctico y rentable. Todo está centrado en el dinero: «El demonio de la fortuna los empujaba hacia delante sin piedad ni descanso», escribe Verne. Ello ha llevado a una obsesión por las ciencias y la técnica que ha convertido en objeto de ridículo a aquellos que demuestran interés o talento en las artes, la literatura o los conocimientos humanísticos.

Verne habla de un barrio en el que «no se ofrecía un solo alojamiento a los habitantes de la capital; entre otros la Cité, donde se erguían el Tribunal de Comercio, el Palacio de Justicia, la Jefatura de Policía, la catedral, el depósito de cadáveres, es decir, lo necesario para ser juzgado, condenado, encarcelado, enterrado e incluso salvado. Los edificios habían expulsado a las casas».

Lo curioso es que en la actualidad existe un barrio parisino que lleva el mismo nombre, construido más de cien años después de escribirse este libro y veinte años antes de que se publicara.

Verne predice también que en el patio del Louvre se construiría una estructura moderna y geométrica. La famosa pirámide de cristal de I.M. Pei se terminó en 1989 en el mismo lugar que menciona la novela. También predijo una estructura parecida a la Torre Eiffel, aunque esta se construiría 24 años más tarde, en 1887. Anticipó asimismo los altos edificios de pequeños apartamentos y la necesidad de adaptar los muebles a esos diminutos espacios, así como un altísimo grado de polución ambiental.

París se ha convertido en una ciudad enorme en la que sus ciudadanos acceden a los suburbios gracias a una red de trenes de cercanías. El transporte urbano se completa con un ferrocarril ligero y elevado impulsado por una combinación de aire comprimido y fuerza electromagnética.

La energía es generada por molinos eólicos; las calles se iluminan con lámparas eléctricas que se encienden y apagan centralizadamente; las casas tienen portero automático, aire acondicionado y ascensor; los automóviles se impulsan por gas hidrógeno; en los bancos se utiliza un trasunto de fax, las cuentas se realizan con máquinas calculadoras y las cajas fuertes disponen de mecanismos eléctricos de seguridad, el gobierno utiliza la silla eléctrica para ejecutar a los reos …

Por supuesto, también hay otras predicciones que no han llegado a cumplirse, como la desaparición de las guerras o la muerte de la política. Aunque no se ha alejado tanto de la realidad ya que realmente en Europa y el mundo occidental las guerras son casi inexistentes precisamente por el motivo que explicaba Verne. Las armas son tan potentes que la devastación sería global.

Con todo esto, unido a sus otras grandes novelas donde abundan las predicciones increíbles, es imposible no preguntarse si Verne era algún tipo de adivino. Lo cierto es que aunque hay algunas predicciones difíciles de explicar, como veremos en futuros artículos, Verne se basaba realmente en una erudición y preparación documental simplemente excepcional.

Verne era un ávido lector de todo tipo de revistas especializadas, y a lo largo de los años, organizó una enorme base de datos, de la que extraía la información que precisaba para los detalles técnicos, científicos y geográficos de sus novelas. Muchas de las invenciones futuristas que describe no eran sino descripciones algo mejoradas de invenciones recientes o cuyas investigaciones se hallaban bastante avanzadas.

Por ejemplo, los coches que Verne describe se basan en el motor de explosión que Lenoir había inventado en 1859. El «fax» no es sino el Pantelégrafo Caelli, inventado en 1859, que permitía la reproducción telegráfica de la escritura y el dibujo. Y el ascensor de Otis fue instalado en un edificio por primera vez en 1853.

Sea como fuere Julio Verne fue un escritor excepcional sobre el que volveremos muy pronto. Ahora os dejo, adictos a la literatura, con el video de mi canal de youtube . No olvidéis suscribiros si os ha gustado y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

Paris siglo XX. La novela oculta de Julio Verne
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

Página 6 de 13

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén