10 curiosidades navideñas literarias, que seguramente os van a sorprender, es el menú navideño que hoy os he preparado. Una buena manera de celebra la Navidad para todos los adictos a la literatura. No os las perdáis porque no me cabe duda de que la mayoría no las conocéis. Vistámonos con nuestras mejores galas, hagamos una bola de nieve y pongámonos manos a la obra. Empecemos:
1. A Papá Noel no lo creó Coca Cola.
Estoy seguro de que todos habéis oído esa historia de que Coca Cola fue la que creó la imagen actual de Papa Noel. Bueno pues no es ni mucho menos cierto. Aunque sí que crearon un diseño navideño de Papá Noel, que es el que nos ha llegado por la publicidad, fue en una obra literaria donde nació el verdadero Papa Noel.
Un autor americano llamado Clement Clarke Moore escribió un poema publicado anónimamente en 1823 titulado “Una visita de San Nicolás”. En él describía ya a Papa Noel como un vejete sonriente de barba blanca, traje rojo, regordete y que llegaba en un trineo tirado por ocho renos. Además, se introducía en la casa por la chimenea llevando su saco de juguetes. ¿Os suena no?
De todas maneras, no todos los países comparten esta imagen de San Nicolás o Papa Noel. Seguro que os sorprende (a los que no seáis holandeses), que en Holanda, San Nicolás proviene de España, viaja en barco desde Madrid, y, cuando llega a Holanda, obsequia a los niños con ¡mandarinas!
2. En un principio los villancicos eran compuestos por escritores.
Si hay otro elemento típico de la Navidad son los villancicos. Pues bien, estas tonadillas navideñas que tanto nos gustan a todos, tienen unos orígenes poco religiosos. El termino “Villancico” alude a pequeños relatos literarios que eran cantadas por villanos o habitantes de las villas, campesinos. En los primeros villancicos abundaban los temas amorosos, las sátiras y las burlas, donde la temática religiosa era escasa y el navideño prácticamente inexistente. Uno de los primeros compositores de villancicos fue el escritor Juan del Enzina (Iniciador y patriarca del teatro español) en la época de los Reyes Católicos.
Realmente no fue hasta el siglo XVIII en que fueron quedando relegados a las festividades navideñas, adquiriendo poco a poco sus características actuales y que tanto nos gustan.
3. El oso Paddington fue un regalo navideño.
Para quien no lo conozcáis el oso Paddington es un personaje imaginario en la literatura infantil del Reino Unido que ha llegado a convertirse también en icono navideño. Apareció por primera vez en 1958 en el libro titulado «Un oso llamado Paddington» del escritor inglés Michael Bond.
Pues bien, el origen de este simpático osito fue un oso de peluche que compró su autor Michael Bond, el día de Nochebuena de 1956. Al parecer, al autor le dio mucha pena cuando vio que era el único peluche que quedaba en las estanterías y se lo compró a su mujer. Y a partir de ahí se creo el icono navideño que conocemos.
4. La primera cena de Navidad literaria la describió Dickens.
Si hay un relato típico navideño ese es «Cuento de Navidad» de Charles Dickens, sin embargo, lo que pocos saben es que el primer escrito de este autor sobre la Navidad no fue este sino «Christmas Festivities» también titulado posteriormente como «A Christmas Dinner», publicado en 1835 donde describía la perfecta cena navideña. Dickens era un un defensor a ultranza de estas fiestas, cuando no era aún tan habitual celebrarlas por todo lo alto y contribuyó, sin duda, a su fama actual.
5. La cesta de Navidad apareció literariamente por primera vez en 1663.
Por lo menos en la literatura inglesa, el concepto de regalo navideño aparece por primera vez en el diario privado del célebre diarista inglés Samuel Pepys, que se publicaría más de 100 años después de su muerte (1893). El autor menciona la costumbre de los empresarios de la época de entregar “Christmas boxes” o Cajas de Navidad con regalo o dinero a sus trabajadores, el primer fin de semana después de Navidad.
6. El ballet más famoso a nivel mundial es un cuento infantil navideño
«El Cascanueces y el Rey de los Ratones» es un cuento infantil del escritor alemán Ernst Hoffman. Fue escrito en el año 1816 y se ha convertido en uno de los clásicos de la literatura universal, formando parte, de igual forma, de la tradición navideña mundial. Su mágica historia trata sobre el nuevo juguete de la joven Marie Sthahlbaum, el Cascanueces (muñeco de madera artesanal que viste uniforme militar ruso), recibido en la noche de Navidad.
En 1892, el compositor ruso Pyotr Ilyich Chaikovski, junto con los coreógrafos Marius Petipa y Lev Ivanov, decidió ponerle música a esta historia transformándola en el Ballet El Cascanueces, el cual se ha convertido, quizá, en el más popular de todos los ballets alrededor del planeta.
7. Harper S. Lee escribió ‘Matar a un ruiseñor’ gracias a un regalo navideño.
Esta famosa novela que llegó a valerle un premio Pulitzer a su escritora Harper Lee, tiene una historia navideña tras de si que seguro que no conocéis.
Harper trabajaba en Nueva York, como empleada de reservas en una compañía aérea, lo que simultaneaba con su afición a la literatura. Alrededor de 1957, conoció al matrimonio Brown y la escritora se atrevió a enseñarles algunos de sus textos. En diciembre, le enviaron una nota que decía «Tomate un año lejos de tu trabajo para escribir lo que quieras. Feliz Navidad». Con la nota se adjuntaba una cantidad de dinero equivalente a lo que podría ser su salario anual en ese entonces. Ella aceptó y durante ese año escribió «Matar a un Ruiseñor», publicado en julio de 1960.
¿Quién tuviese un regalo así en Navidad?
8. La primera obra de teatro de Sartre fue navideña.
Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo, posmodernismo y del marxismo humanista. Una figura literaria que desde luego no unimos a la Navidad precisamente.
Pues bien, su primera obra de teatro se tituló «Barioná, el hijo del trueno» y trataba sobre el nacimiento de Jesús. Fue escrita mientras Sartre se encontraba en un campo de prisioneros de guerra, en Tréveris, durante la segunda guerra mundial. La pieza se representaría el 24 de diciembre de 1940, y tuvo tanto éxito entre los alemanes que hay quien asegura que por eso liberaron a Sartre. Para que veáis la de utilidades que tiene la literatura.
9. J. R. R. Tolkien escribió muchas cartas firmando como Papá Noel.
El conocido autor de «El Seños de los Anillos», J. R. R. Tolkien escribió numerosas cartas entre 1920 y 1943, simulando ser Papa Noel. En ellas Tolkien escribe, en boca del propio Papá Noel, para contarles a los niños decenas de anécdotas que le ocurren en su casa, en su taller u otros acontecimientos del Polo Norte.
Con el paso de los años los personajes de la casa de Papá Noel van creciendo en número. Además del Oso Polar del Norte conoceremos elfos de nieve, gnomos rojos, hombres de nieve, osos cavernarios, a su ayudante y secretario elfo Ilbereth y hasta los sobrinos del Oso Polar. Las cartas fueron recopiladas en la obra “Las cartas de Papa Noel”.
10. Gandalf se basó en Papa Noel
Pero las cartas de Papa Noel de Tolkien aún esconden una sorpresa más. En la carta escrita en 1939 se nos narra la batalla de Papá Noel contra los Goblins. En realidad, es como era habitual en el escritor una metáfora de la segunda guerra mundial y a la amenaza alemana. Pues bien, estos personajes sirvieron de base para «El Hobbit», obra que ya había empezado a escribir Tolkien y en la que Papa Noel pasó a ser la inspiración de Gandalf y los Goblins los temibles orcos.
Y hasta aquí las 10 curiosidades navideñas literarias de hoy, que espero os hayan sorprendido. Volvemos muy prontito con más temas navideños. Así que os dejo con el video correspondiente del canal de youtube. No olvidéis suscribiros, aquí y al canal de youtube, y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones.
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