Cabecera Jack el destripador

Los héroes en la literatura

Los héroes en la literatura
Los héroes en la literatura

Los héroes en la literatura es un tema imprescindible que cualquier adicto a la literatura o futuro escritor debe conocer. Si hay un personaje fundamental en novelas y obras literarias es la figura del héroe. Una figura que debemos comprender para poder utilizarla en nuestras obras con soltura. Hoy veremos en este nuevo video artículo qué es y cómo construir la figura del héroe, de forma que se convierta en ese personaje magnético que atrape a nuestros lectores. Así que lancémonos a la aventura heroica de la literatura.

Lo primero que necesitamos es entender qué es exactamente un héroe o heroína. Si atendemos al origen de la propia palabra “héroe”, Los pueblos prehistóricos indoeuropeos llamaban «seros» a aquellos que les daban protección. Mil años después, surgió entre los aedos griegos (los cantores de hazañas épicas, como tal vez fuera Homero) la figura mítica del héroe, un personaje generalmente emparentado con los dioses, como Aquiles o Eneas, al que llamaron “heros”. La palabra fue adoptada en latín por Virgilio como heros, con la denotación de un semidiós, hijo de un mortal con una diosa, pero Cicerón aplicó el vocablo a los hombres célebres de su tiempo. Y de aquí paso con el tiempo al castellano adoptando la forma y acepción moderna.

En general, hoy en día consideramos como tal a una persona dotada o no de cualidades especiales que es capaz de realizar algún tipo de proeza o hazaña.  Normalmente se trata de una figura valerosa que defiende una causa altruista y, en cierto modo, se convierte en un modelo moral a seguir e imitar por el común de los mortales.

En literatura existen distintos tipos de héroes, según las características que le adjudica el autor. Veámoslos:

1. Héroe mitológico

En la mitología antigua se utilizó el término “héroe” para definir a aquellos seres descendientes de un dios y un humano, es decir, semidioses. En términos generales, es una especie de deidad menor, que puede ser mortal o inmortal derivado de su origen mitad dios y humano, o incluso puede ser una figura que ha alcanzado el estado divino después de la muerte.

Este tipo de personajes son ideales si quieres evocar las grandes historias de la mitología o crear tus propias mitologías literarias.

Por poner un ejemplo, uno de los más conocidos famosos semidioses es Hércules. Nacido de Zeus y Alcmena, realizó 12 grandes trabajos a lo largo de su vida que le permitieron convertirse en dios e ir al Olimpo tras su muerte.

2. Héroe trágico

Es un tipo de héroe propio de las tragedias clásicas y que se caracteriza por su bondad y atributos heroicos.  El problema es que suele terminar decisiones erróneas, aunque siempre con motivado por buenas intenciones, que le llevan al fracaso final.

Este tipo de personajes es perfecto para lograr evocar un gran dramatismo y levantar la emoción del lector o espectador.

Un ejemplo moderno sería la novela Alguien voló sobre el nido del cuco del autor estadounidense Ken Kesey. Su protagonista, Randle McMurphy finge estar loco para cumplir una condena por agresión. Con su carácter rebelde e idealista desafía a la cruel enfermera Ratched, dando esperanza a sus compañeros en el hospital mental. Sin embargo, sufrirá un final trágico que no pienso contaros para que os leáis la obra o por lo menos veáis la película.

3. Héroe épico

Este tipo de héroes suele ser el protagonista de grandes epopeyas y gestas casi increíbles, gracias a poseer no sólo una noble motivación, sino también un gran valor y cualidades físicas destacadas. Gracias a esto supera grandes obstáculos y logra triunfar en lo que parece imposible.

Obviamente este tipo de personaje es ideal para plantear historias épicas y grandes gestas llenas de aventura y emoción.

Una novela clásica donde su protagonista es un héroe épico por excelencia es la famosa “Ben-Hur: A Tale of the Christ” de Lewis Wallace. Con un trasfondo bíblico esta película narra un verdadero “viaje del héroe” donde su protagonista consigue alzarse sobre las pruebas que la dura vida en la Judea tomada por los romanos va interponiendo en su camino. Un auténtico viaje iniciático del héroe.

4. Héroe romántico

Este tipo de héroe alcanzó su máximo protagonismo en las obras surgidas durante el Romanticismo. Suele ser un personaje inconformista, introspectivo y solitario, que muchas veces posee talentos artísticos. Se caracteriza por un profundo idealismo. Normalmente se suele utilizar como protagonista de historias dramáticas y románticas y permite crear textos más reflexivos y profundos.

Un ejemplo podría ser el personaje de Edmundo Dantés de la novela “El conde de Montecristo” de Alejandro Dumas. Dantés es capaz de escapar de la más terrible de las cárceles y cruzar tierra mar y aire para recuperar la mujer que ama y vengarse de quienes se la arrebataron.

5. Superhéroe

En este caso estamos ante un tipo de héroe bastante moderno, se trata de un personaje que posee poderes extraordinarios y que decide dedicar estas cualidades sobrehumanas de forma altruista en defensa de la propia humanidad.

Estoy seguro que la mayoría de vosotros asociáis este tipo de personaje a los comics de Estados Unidos, sin embargo, en realidad el concepto de superhéroe se originó en la literatura.

Aunque dedicaré un video artículo completo a los superhéroes y su verdadero origen literario, merece la pena comprender que este tipo de personaje es una evolución del héroe mitológico. Lo que se ha hecho es sustituir su origen, producto de nacer de un dios y un humano, por otros orígenes más variopintos, como accidentes científicos, intervenciones alienígenas y demás. De hecho, algunos superhéroes modernos como Thor o Hércules, siguen siendo os semidioses originales sólo que adaptados a la cultura actual.

Como muestra de que los superhéroes surgieron en el mundo literario para dar luego su salto definitivo a las viñetas y ahora al cine, nada más ilustrativo que la novela “Gladiator” de 1930 del autor Philip Wylie. Para quien no las conozcáis es, aunque nunca lo reconocieron, la fuente original en que Jerry Siegel y Joe Shuster se basaron para crear, ni más ni menos que a Superman. En ella se narra la historia de Hugo que, fruto de los experimentos de su padre, desarrolla capacidades extraordinarias, como fuerza y velocidad sobrehumanas y una piel a prueba de balas.

Por último, como escritores que somos es importante que aprendamos a crear a los héroes de nuestras historias con solvencia. Por eso, independientemente del tipo de héroe que decidáis usar, os dejo cinco consejos que os pueden ayudar. Vamos a ello:

  1. Aunque hay excepciones como el Zorro o Batman, que son personas ya adineradas y famosas antes de iniciar sus aventuras heroicas, es mejor crear personajes, que sean en un principio completamente normales, antes de convertirse en héroes. Esto hace que el lector se identifique más con ellos. Un buen ejemplo es el personaje de Indiana Jones que es un profesor normal, un tanto adorado por sus alumnas, hasta que la aventura le llama.
  2. El héroe siempre debe actuar en favor de la justicia y de forma altruista. En este sentido funciona muy bien crear un entorno donde la injusticia se contraponga de forma absoluta a los ideales del héroe. Recordad la ciudad Gotham, llena de corrupción y degradación moral, donde se desarrollan las aventuras de Batman.
  3. Abundando en lo anterior, el héroe debe tener una moralidad intachable, sabiendo distinguir sin dificultad entre lo que está bien y está mal. Aunque es interesante someter al héroe a momentos de duda, en que sus principios se tambaleen, al final siempre debe tomar la decisión correcta. Y por supuesto debe estar dispuesta a arriesgar su propia vida para hacer lo que cree correcto.
  4. Siempre debe haber un enemigo claro del héroe. Puede ser un personaje real, un villano, o un entorno o situación, ante el cual éste se vea obligado a actuar. Recuerda la gran importancia del antagonista que ya os comenté en un video artículo anterior. ¿Qué sería de Batman sin el Joker?
  5. Aunque el héroe debe ser capaz de salir airoso de cualquier situación, es interesante dotarle de algún tipo de inseguridad o “talón de Aquiles”. Una situación, una vulnerabilidad física o un dilema moral del que le sea mucho más complicado zafarse. Esto hará el personaje mucho más realista y humano. En una palabra, la famosa kriptonita de Superman sin la que el personaje sería simplemente un Dios, quitándole todo el interés.

Nos quedan muchas cosas en el tintero que creo que merecen video artículos aparte como “el viaje del héroe” y, por supuesto, la interesantísima y muy de moda figura de “el antihéroe”. Les dedicaré pronto artículos así que dejadme vuestras ideas y opiniones en comentarios. Prometo contestaros a todos.

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Los héroes en la literatura. Cómo crearos y manejarlos de la forma adecuada.
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