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Los misterios de Philip K. Dick

Los misterios de Philip K. Dick
Los misterios de Philip K. Dick

Con los misterios de Philip K. Dick regresamos a la sección dedicada a los misterios de la literatura. Hoy daremos un breve pero intenso repaso a la vida y misterios de Philip K. Dick. Uno de los escritores de ciencia ficción más influyentes, controvertidos y extraños de todos los tiempos y al que probablemente asociéis de inmediato con la inmortal película Blade Runner basada en su obra ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Su nombre completo era Philip Kindred Dick. Nació en Chicago, Illinois el 16 de diciembre de 1928 y murió en Santa Ana, California el 2 de marzo de 1982 con sólo 54 años de edad.

Philip K. Dick nació de forma prematura junto a su hermana melliza Jane Charlotte Dick. Sus padres eran Dorothy Kindred Dick y Joseph Edgar Dick en Chicago, un investigador de delitos económicos que trabajaba para el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. 

Después de que su padre contratase un seguro de vida familiar, el inspector de éste descubrió el estado lamentable de desnutrición de los recién nacidos y ordenó enviarlos al hospital. Lamentablemente la pequeña Jane falleció de camino al hospital. Tenía apenas cinco semanas de edad y este episodio marcó ya la infancia de Philip K. Dick y muchas de sus obras posteriores.

Los padres de Dick terminaron por divorciarse y su madre conseguiría su custodia cuando el tenía unos cinco años de edad, yéndose ambos a residir a Washington D. C.

Philip K. Dick no fue un buen estudiante, llegó a sacar un suficiente en redacción, lo que no evitaba que ya con temprana edad sus profesores comentaran que demostraba interés y talento para contar historias. La realidad es que, aunque demostraba una inteligencia por encima de la media, ésta vino acompañado de una fuerte agorafobia que le obligó a consumir fármacos desde su adolescencia y le impidió cursar sus estudios con normalidad.

Tras sus secundarios pasó una breve temporada estudiando en la Universidad de California en Berkeley, intentando especializarse en alemán, algo que tampoco llevaría a buen puerto. Pasó por diversos trabajos llegando a ser presentador de programa de música clásica de la emisora de radio KSMO en 1947 e incluso vendedor de discos.

Sería en 1952, tras publicar su primera historia corta de ciencia ficción, “Beyond Lies the Wub”, que decidiría dedicarse a la escritura a tiempo casi completo. Una decisión muy valiente pero complicada. Aquellos fueron años muy complicados y de grandes problemas económicos. En 1955 conseguiría publicar su primera novela “Solar Lottery”, momento a partir del cual empezaría su despegue definitivo como escritor.

Durante los años sesenta entabló relaciones con la contracultura y los movimientos izquierdistas, declarándose contrario a la guerra del Vietnam. Todo ello llevó a que él y su mujer entonces, Kleo Apostolides, fuesen investigados por el FBI.

El reconocimiento de la crítica le llegó a Philip K. Dick en 1963, cuando ganó el Premio Hugo por su novela «El hombre en el castillo«. Aunque Dick fue entonces aclamado como un genio en el mundo de la ciencia ficción, siguió siendo un desconocido para el resto del mundo literario, por lo que sólo pudo publicar sus libros en editoriales especializadas que pagaban poco. En consecuencia, aunque publicó novelas regularmente durante los siguientes años, siguió teniendo dificultades económicas casi hasta el final de sus días.

Philip K. Dick se casó cinco veces y tuvo dos hijas (Laura e Isa) y un hijo (Christopher). Todos sus matrimonios terminaron en divorcio, en un reflejo más de su vida atropellada en la que si algo no hubo nunca fue estabilidad emocional.

Tras años de abuso de drogas y enfermedades mentales, murió empobrecido y sin reputación literaria fuera de los círculos de la ciencia ficción. Philip K. Dick falleció el 2 de marzo de 1982 en Santa Ana, California, meses antes del estreno millonario de la primera película de Blade Runner.

Sin embargo, Philip K Dick también fue protagonistas de una serie de extrañas experiencias que trascendieron su propia obra y que ha llegado el momento de repasar.

1. El Imperio que nunca cayó.

A la edad aproximada de 13 años, Dick tuvo un sueño recurrente durante varias semanas. Soñaba que estaba en una librería, tratando de encontrar un número de la revista Astounding Magazine. El número en cuestión se suponía que contenía la historia El Imperio nunca cayó, la cual le revelaría los secretos del universo.

A medida que el sueño persistía, la pila de revistas en las que buscaba era cada vez más pequeña, pero nunca llegó a la última revista. Finalmente, Dick llegó a tener miedo de que llegar a descubrir la revista lo volviese loco (como en el Necronomicón de Lovecraft o El rey de amarillo de Chambers, prometiéndole al lector la locura.

Aunque estos sueños cesaron la frase Philip K. Dick mantuvo su obsesión, hasta el punto que sobre esa misma frase girarían dos de sus obras más controvertidas, complicadas y personales, VALIS y Exégesis. Esta última una obra de más de 8.000 páginas que comprende una suerte de extraños diarios.

2. La doble vida de Philip K. Dick

El 20 de febrero de 1974 Philip K. Dick fue sometido a cirugía dental para extraerle una muela del juicio rotas. Se recuperaba de los efectos del pentotal sódico administrado durante la extracción de una muela del juicio rota cuando recibió en su casa un envío de analgésicos. La mujer que le traía el paquete llevaba un colgante con un símbolo en forma de pez al que llamó «vesícula Piscis».

Aquello fue el disparador de extrañas visiones que el mismo describiría como que: «experimentaba una invasión de mi mente por una mente transcendentalmente racional, como si yo hubiese estado loco toda mi vida y de repente me hubiese vuelto cuerdo».

Las visiones aumentaron siendo cada vez más largas y detalladas, llegando un momento en que Dick se convenció de que había comenzado a vivir una doble vida: una como él mismo y otra como Tomás, un cristiano perseguido por los romanos en el siglo I d. C.

Algo que puede sonar a puras alucinaciones e incluso a algún tipo de brote esquizofrénico. Sin embargo, lo realmente fascinante es que su mujer en aquellos momentos aseguraba que cuando Philip K. Dick se encontraba poseído por Tomás, comenzaba a hablar en latín, griego y arameo, idiomas que no conocía.

3. VALIS o SIVAINVI

Buscando una explicación a lo que estaba experimentando desde que en 1974 comenzasen sus visiones, Philip K. Dick llegó a afirmar que había establecido contacto con una entidad divina de algún tipo, a la que se refería como Cebra, Dios, o más frecuentemente VALIS, un acrónicmo en inglés de Vast Active Living Intelligence System, es decir un Sistema de Vasta Inteligencia Viva conocido en castellano como SIVAINVI.

Dick llegó a teorizar sobre la posibilidad de que esta inteligencia usara un satélite de algún tipo que usaba rayos para comunicarse con la gente de la Tierra, usando lo que él denominó un «estímulo desinhibidor» para predisponer a los sujetos a la comunicación, en su caso la vesícula Piscis.

Es fácil pensar que todo esto no era más que fruto de su abuso de los analgésicos y drogas, pero existe un episodio de su vida que puede que haga que nos replanteemos esta fácil explicación.

4. La premomonición de la enfermedad de su hijo

Mientras Dick escuchaba una estrofa de la canción Strawberry fields forever, creyó recibir un mensaje de SIVAINVI que le advertía de su hijo tenía una hernia inguinal derecha estrangulada. Aunque se sometió al niño a los chequeos rutinarios del bebé no descubrieron ningún defecto ni enfermedad. Sin embargo, Dick insistió en que se le efectuasen pruebas más exhaustivas. Para desconcierto de los propios médicos, estos finalmente descubrieron la hernia y se dieron cuenta que había que operar de inmediato o peligraba la vida del niño. Afortunadamente la operación fue bien y el hijo de Dick se recuperó.

5. El gemelo fantasma.

Por si todas estas experiencias místicas fueran poco, Philick K. Dick mantuvo también toda su vida una extraña obsesión con su hermana melliza fallecida al poco de nacer, Jane Charlotte.

Dick decía que estaba en contacto con su hermana fallecida y que, en cierto modo, esta hablaba a través de él. Creía que estaba agazapada en su mente, enlazada a sus sinapsis y no siempre con buenas intenciones. Un auténtico gemelo fantasma que reflejaría en sus obras. Probablemente una sombra de un conflicto interior no resuelto por el que siempre se preguntó por qué había sobrevivido él y no su hermana. Algo que reflejó en varias de sus obras en las que se abordó el tema del gemelo fantasma.

5. El androide Philip K. Dick llamado PKD

Ni con su muerte terminaron los misterios que rodearon a Philip K. Dick. En 2004, veintidós años después de la muerte de Dick, como si de una de las novelas del autor se tratase, el joven inventor David Hanson, especialista en robótica de la Universidad de Dallas creó una piel sintética sumamente realista a la que bautizó «Frubber».

Con ese material realizó una réplica de la cabeza de Philip K. Dick. Tras conocer a una serie de programadores que estaban desarrollando un programa educacional llamado AutoTutor, decidieron aunar habilidades y crearon un fabuloso androide el PKD, bautizado con las iniciales de Dick del que era una perfecta réplica.

El robot era capaz de mantener una conversación con la misma voz e incluso con las ideas del mismo escritor, extraídas de cientos de entrevista. Su realismo era tal que la misma hija de Dick quedó asombrada por el parecido con su padre.

En una especie de broma macabra del destino, en 2005 y Google invitó a David Hanson a sus oficinas en Santa Clara. El inventor llevaba consigo la cabeza del PKD y durante el viaje ésta se extravió o fue robada.  Sea como fuere y, aunque se construyeron nuevas versiones del robot, ésta jamás fue hallada y hasta hoy se mantiene el misterio sobre cuál fue el destino de la cabeza del clon robótico de Philip K. Dick.

Philip K. Dick fue un hombre perseguido por su pesadillas y alucinaciones que vivió permanentemente entre dos realidades distintas. Fuese efecto de las drogas, de las medicinas, la enfermedad o ¿por qué no? de otros planos de la realidad, lo cierto es que nos legó una obra donde la maravilla, el asombro y lo imposible fue puesto a nuestro alcance. Nada mejor para despedir a Dick que sus propias palabras en una obra que estoy seguro que reconocéis:

“Yo he visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque en llamas más allá del hombro de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Y hasta aquí los misterios de la literatura de esta semana. Volveremos con más y mejor la semana que viene. Recordad que continua el sorteo de una biblioteca completa de libros para todos los que comentéis para celebrar haber superado los 1000 suscriptores. Tenéis las condiciones exactas en la descripción del vídeo que os dejo ,como siempre, a continuación.

Y ahora, ya sabéis, dadle al like si os ha gustado, suscribíos,  aquí y al canal de Youtube, si aún no lo habéis hecho, y dadle a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

Hasta la semana que viene

Los misterios de Philip K Dick. Misterios de la literatura
Los misterios de Philip K. Dick

10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías

10 curiosidades sobre Harry Potter
10 curiosidades sobre Harry Potter

10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías. Que mejor manera de despedir la Navidad y dar la bienvenida al nuevo año, que repasar una de las sagas literarias que mejor ha captado la magia de todos los tiempos. Esta semana llega el momento de descubrir aspectos de Harry Potter que probablemente desconocías por completo. Desempolvemos nuestra varita mágica de madera de acebo y pongámonos manos a la obra.

Para los despistados que no lo sepáis, Harry Potter es el nombre del protagonista de una serie de novelas fantásticas escritas por la autora británica J. K. Rowling. En ellas se describen las aventuras del joven Potter mientras se convierte en aprendiz de mago. Algo para lo que debe cursar sus estudios de magia en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, donde conoce a sus, desde entonces. inseparables amigos Hermione Granger y Ron Weasley.

Una saga que, unos por los libros y otros por el cine recordamos con cariño. Pero, como siempre, antes de adentrarnos en la obra, es menester hacer un rápido repaso a la biografía de su autora J. K. Rowling.

 J. K. Rowling
J. K. Rowling

Joanne Rowling verdadero nombre de J. K. Rowling (la “K” del nombre de la autora, en realidad es una pura imposición de marketing y proviene del nombre de su abuela paterna Kathleen), nació el 31 de julio de 1965 en Yate (Reino Unido). Curiosamente, comparte fecha de nacimiento con el personaje de sus novelas que la haría famosa, Harry Potter, que nació el 31 de junio de 1980. Hija de Peter James Rowling y Anne Volant, tiene una hermana dos años menor, Dianne, nacida el 18 de junio de 1967.

Cuando era niña, Rowling disfrutaba escribiendo historias fantásticas. Historias que a menudo le relataba a su hermana, que fue sin duda su primera lectora (o mejor dicho escuchadora). Desde su niñez, Rowling mostró sus preferencias por las historias fantásticas:

La primera historia que escribí en mi vida, cuando tenía cinco o seis años, fue sobre un conejo llamado Rabbit. Tenía sarampión y era visitado por sus amigos, incluyendo una abeja gigante llamada Miss Bee”

A los 9 años de edad, Rowling se mudó a Tutshill, en Gloucestershire (Inglaterra), cerca de Chepstow (Gales). Cuando era adolescente, su tía abuela le dio una vieja copia de la autobiografía de Jessica Mitford, “Hons and Rebels”. Mitford, escritora, periodista y activista británica militante del Partido Comunista en EEUU, se convirtió en la heroína de Rowling, quien leyó todos sus libros. Esto explica su ideología progresista e incluso radical en su juventud.

Cursó estudios secundarios en la Escuela Wyedean. No superó las pruebas de admisión para entrar en la Universidad de Oxford en 1982. Por eso, se matriculó para obtener una doble titulación en filología francesa y clásica en la Universidad de Exeter. Tras residir un año, para mejorar sus estudios en París, Rowling se mudó a Londres para trabajar como investigadora y secretaria bilingüe para Amnistía Internacional.

Sería en junio de 1990, cuando, durante un viaje en que su tren se retrasó cuatro horas, contempló a un niño con gafas en el andén. De alguna manera, fue en ese momento cuando le llegó la idea de una escuela de magos. En sus propias palabras:

«De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy claramente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea. No sé de dónde provino la idea. Comenzó con Harry, y luego todos los personajes y situaciones afloraron en mi cabeza».

Nada más llegar a su apartamento, comenzó a escribir y ya no lo dejó. Lamentablemente ese mismo año murió su madre, tras luchar durante diez años contra una esclerosis múltiple. Para Rowling fue un muy terrible que llegaba, justo mientras intentaba escribir Harry Potter, del que nunca llegó a hablarle a su madre.

Rowling se mudó entonces a Oporto (Portugal) para trabajar como maestra de inglés y allí conoció y se enamoró de Jorge Arantes, un periodista portugués. Se casó con él el 16 de octubre de 1992. El 27 de julio de 1993 tuvieron una hija, Jessica Isabel Rowling Arantes (llamada así en honor a Jessica Mitford). Sin embargo, las infidelidades y el alcoholismo de su marido, hizo que Rowling le abandonase en noviembre de ese mismo año.

En marzo de 1994, residiendo ya en Escocia, Rowling comenzó el proceso judicial para conseguir una orden de alejamiento, que conseguiría tras dos años de lucha judicial permitiéndole posteriormente divorciarse. En esta época Rowling sufrió de depresión clínica y llegó a plantearse el suicidio. Algo que se reflejó en los pasajes más oscuros del primer libro de la saga de Harry Potter.

Sin empleo y viviendo de los subsidios que le otorgaba el Estado, Rowling completó su primera novela escribiendo en varios cafés, especialmente en el Nicolson. Lugares a los que acudía para intentar dormir paseando a la pequeña Jessica

En 1995, Rowling finalizó su manuscrito para «Harry Potter y la piedra filosofal» en una vieja máquina de escribir. Tras conseguir ser representada por la agencia Christopher Little Literary Agents, el libro fue enviado a doce editoriales, las cuales rechazaron el manuscrito. Un año después el editor Barry Cunningham para Bloomsbury, una pequeña editorial británica de Londres, se mostró interesado pagándole un adelanto a Rowling de 1500 libras por su obra. El resto es ya historia de la literatura, convirtiéndose J. K. Rowjing no sólo en una de las escritoras más leídas sino también más ricas de la actualidad.

La historia de las novelas de Harry Potter está llena de curiosidades que merece la pena recuperar. Anécdotas que ilustran muy bien el proceso creativo de una obra de esta magnitud. Así que pongámonos a ello:

1. Algunas cifras de vértigo

Harry Potter se convirtió en una marca registrada global valorada en aproximadamente 7000 millones de libras. Los últimos cuatro libros de Harry Potter han marcado récords como los libros más rápidamente vendidos de la historia. Los siete libros que componen la saga, con un total de 4195 páginas, han vendido más de 500 millones de copias alrededor del mundo, además, han sido traducidas a 80 idiomas y se ha publicado en más de 200 países.

Esto se ha visto reflejado en ganancias de más de 7.700 millones de dólares. Curiosamente, prácticamente lo mismo que ha dado de ganancias la saga cinematográfica. Pero es que también el merchandising ha generado unos 7.300 millones de dólares. En total, la franquicia de Harry Potter está valorada en aproximadamente 25.000 millones de dólares según CNBC.

En cuanto a J. K. Rowling se ha convertido en una de las escritoras más ricas del mundo cuya fortuna personal supera los 1000 millones de dólares.

2. Impacto editorial.

Harry Potter también trajo cambios al mundo editorial. Un buen ejemplo es la reforma que provocó en la lista de best-sellers del New York Times. Tras el lanzamiento de «El cáliz de fuego», en el año 2000, los editores se quejaron del número de puestos que ocupaban los libros de Harry Potter y otros destinados al público infantil en la famosa lista del periódico. Como consecuencia, el New York Times se vio obligado a crear una lista separada para la literatura infantil y evitar así que la saga de Harry Potter no dejase visibilidad al resto de publicaciones.

3. Impacto cultural

El mayor impacto cultural que se le atribuye a las novelas de Harry Potter es el incremento del hábito de la lectura entre los niños y jóvenes. Una encuesta llevada a cabo en 2006 por Kids and Family Reading Report y Scholastic arrojó como resultados que el 51 % de los lectores de la saga, de entre 5 y 17 años, dijo que no había leído por placer anteriormente a Harry Potter, pero que después sí lo hacía. Además, el estudio afirmó que el 65 % de los niños y el 76 % de los padres declaraba que el desempeño escolar de ellos mismos o de sus hijos había mejorado desde que empezaron a leer los libros. Un logro sin duda espectacular y al que deberían aspirar todos los escritores.

4. La palabra muggle ya es oficial.

Rowling creó el término a partir de la palabra inglesa «mug», que se utiliza para describir a una persona crédula o fácil de engañar, agregándole el sufijo «–gle» para que no sonara degradante. Sin embargo, la palabra «muggle» ya existía en el slang de la década de 1920 para referirse al cigarrillo de marihuana y en el anglosajón o inglés antiguo con el significado de «cola que se asemeja a la de un pez» o para hacer referencia a una mujer joven.

Ahora, gracias a Rowling, el término de ha extendido, siendo usado para indicar a alguien a quien le falta alguna habilidad, hasta el punto que en 2003, el término entró en el Oxford English Dictionary con esa definición.

5. El Andén 9¾ existe.

En las novelas de Harry Potter existe un andén con el número 9¾, en la estación de King Cross, que funciona como portal entre el mundo mágico y el muggle (el de los hombres). Es el lugar donde se puede tomar el Expreso a Hogwarts el 1 de septiembre y se accede a él atravesando una barrera de metal (en el cine de ladrillos) que esconde la entrada. Pues bien, la enorme popularidad de los libros y películas de Harry Potter hizo que incluso hubiese lesiones de personas que corrían para estrellarse de cabeza contra la pared real que existe en la estación de tren. Al final, las autoridades de la estación de Kings Cross decidieron colocar un cartel que señalara el «Andén 9¾» y un carro en mitad del muro, que ahora se ha convertido en atracción turística.

6. El Quidditch ya es un deporte oficial

El Quidditch es el deporte que se practica en las novelas de Harry Potter en las distintas escuelas de magia. Todos recordamos esos fantásticos enfrentamientos de los alumnos en sus escobas luchando por atrapar la snitch dorada. Pues, aunque os resulte difícil de creer, en 1994 en la Universidad de Middlebury en Middlebury, Vermont, EE. UU., se creó un deporte análogo en la vida real. Con las reglas adaptadas el mundo real, el deporte está en pleno crecimiento desde que en 2005 se oficializó. De hecho se ha formado una Asociación Internacional de Quidditch y se juega ya en todo el mundo.

7. Harry Potter lleva gafas para demostrar que nadie es perfecto

Las gafas de Harry Potter son un elemento característico del protagonista, pero no están ahí porque sí. En realidad, tienen una fuerte simbología, ya que la autora quería simbolizar que todos tenemos nuestros defectos y vulnerabilidades. Recordad cuando os comentaba en cómo crear un héroe lo importante de dotarle de un punto débil que le haga más humano. Pues este simple detalle cumple esa función en Harry Potter a la perfección y ha servido para muchos lectores se identificarán aún más con él.

8. Nicolas Flamel, el personaje que realmente existió

En el primer libro de la saga se menciona a Nicolas Flamel como el inventor de “la piedra filosofal”, una pequeña roca capaz de crear el elixir de la vida eterna y transformar los metales comunes en oro. Efectivamente Flemel existió y fue un escribano, copista y librero francés, y supuestamente alquimista, nacido en 1330. Se le atribuye la realización de una piedra (la llamada piedra filosofal) que le confirieron la inmortalidad a él y a su mujer. Algo que no debió salir muy bien porque ambos fallecieron alrededor de 1414.

9. Los dementores representan la depresión que padeció la autora

Los dementores son unas criaturas oscuras, malvadas, sin alma, que absorben la felicidad y energía de los que se cruzan con ellos. Son unos de los principales antagonistas de la saga de Harry Potter al que suelen meter en problemas. Curiosamente, estos monstruos representaron la angustia y depresión que afectó a J.K. Rowling tras la muerte de su madre primero y el fracaso de su matrimonio después. Ingredientes que la hicieron jugar con el suicidio en su mente pero que afortunadamente terminaron por forjar a los dementores.

10. Dumbledore era homosexual

Seguramente a muchos os extrañará esta afirmación sobre el mismísimo Albus Dumbledore, pero no se trata de una apreciación mía, sino que lo afirmó la propia escritora en un tweet muy polémico:

«Para mí no es nada extraño que un hombre brillante y valiente como Dumbledore pueda amar a otro hombre. Él es mi personaje y tengo derecho a decir lo que quiera sobre él»

De hecho, la autora incluso añadió que el amor de la infancia de Dumbledore fue el mismísimo Gellert Grindelwald. Hubo quienes se escandalizaron con estas afirmaciones. Para mi, lo único extraordinario es que aún haya a quien la orientación sexual de un personaje literario o real, sea esta la que sea, le pueda resultar sorprendente. Esperemos que algún día esto nos parezca los más normal del mundo.

Y hasta aquí este repaso a alguna de las muchas curiosidades de esta excepcional saga literaria. Aunque algunos han llegado a criticar esta obra desde el punto de vista literario, más allá de que las novelas de Rowling puedan ser obras mejor o peor escritas, lo que no queda duda es que reflejan como ninguna otra, la auténtica magia de la literatura.

Normalmente os hablo de la importancia de la documentación de cara a la creación de vuestras propias obras literarias, pero, en este caso, es otro el elemento que J. K. Rowling explota de manera perfecta en sus obras; su capacidad de observación.

Y es que, Rowling, desde el mismo día que tuvo su idea en una estación de tren, basó la creación de todos y cada uno de sus personajes y escenarios en la observación de la realidad que la rodeaba. Desde el anden en el que estaba sentada, hasta el niño de gafas que esperaba el tren, pasando por las calles por las que solía pasear, las librerías de viejo en las que buscaba sus lecturas o los profesores que le dieron sus primeros conocimientos en su infancia.

En definitiva, el mundo mágico de Potter no es otra cosa que el mundo real de Joanne Rowling pasado por el tamiz de su impresionante imaginación.

Como siempre, os dejo el video artículo en mi canal de youtube, y espero que os suscribáis al blog o al canal, dándole a la campanita para que os lleguen las notificaciones (hay cosas que no cambian ni con un nuevo año).

10 Curiosidades de Harry Potter ¡QUE NO SABIAS!
10 curiosidades sobre Harry Potter que no sabías

Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Los secretos de "Cuento de Navidad"
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Hoy abordamos los secreos de “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Seguimos en Navidad y como ya os adelantaba en el video artículo pasado dedicado a las curiosidades literarias navideñas, hoy nos vamos a dedicar en exclusiva a este cuento navideño. Un relato que para muchos es el responsable de crear la Navidad como la conocemos.

Titulado «A Chistmas Carol», originalmente, en castellano lo conocemos como “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Dejemos que nos visite el fantasma de las navidades pasadas, el de las navidades presentes y el de las navidades futuras y empecemos….

Aunque hoy no quiero extenderme en la vida de Charles Dickens, si es conveniente que hagamos un ligero repaso por su figura antes de adentrarnos en su famoso relato.

Charles Dickens
Charles Dickens

Charles Dickens nació el 7 de febrero de 1812, en Portsmouth, en el seno de una familia humilde. Su padre era John Dickens, un oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth, y de Elizabeth Barrow. Aunque comenzó a asistir a la escuela a los nueve años, sus estudios quedaron interrumpidos muy pronto, cuando sólo tenía once años, debido al encarcelamiento de su padre por no pagar sus deudas. Algo lamentablemente habitual en la época.

Aquello le obligó a ponerse a trabajar en la empresa londinense Warren’s boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado, ubicada cerca de la estación ferroviaria de Charing Cross. Fue una época en la que vivió en carnes propias la explotación infantil tan habitual en la Inglaterra del siglo XIX. Algo que le marcó e influyó decisivamente en algunas de sus obras, muy especialmente en «David Copperfield».

Aunque pudo recibir clases de forma esporádica lo cierto es que toda su formación fue totalmente autodidacta. Algo muy meritorio que le llevó en 1827 a conseguir trabajo, primero como secretario legal y después como periodista en el Parlamento. En esa época conoció a María Beadnell, pero su familia lo rechazó como pretendiente por lo que, tras cuatro años de relaciones, se separaron. Para entonces ya estaba trabajando como reportero en una publicación de su tío, The Mirror of Parliament, y para el periódico liberal The Morning Chronicle.

En diciembre de 1833, empezó su carrera literaria, publicando con el seudónimo de Boz, en The Monthly Magazine, revista que editaba su amigo George Hogarth.  Se trataba principalmente de descripciones de la vida cotidiana de Londres.  El libro “Los apuntes de Boz” (1836), fue su primer gran éxito, lo que le permitió casarse con Catherine Hogarth en ese mismo año. Sin embargo, su consolidación como novelista llegaría con su obra “Los Papeles póstumos del club Pickwick” (1836-1837), publicado en entregas mensuales. Un formato innovador que sería después copiado por numerosas editoriales.

A partir de aquí el éxito le acompañó el resto de su carrera, convirtiéndole en uno de los hombres más famosos y populares de su época. Charles Dickens murió en Gad’s Hill Place, Higham, Kent, Inglaterra, el 9 de junio de 1870 tras sufrir una apoplejía y fue enterrado cinco días más tarde en la abadía de Westminster.

Actualmente Charles Dickens es considerado por muchos como el verdadero inventor de la Navidad, tal y como la conocemos. Fama que debe en gran medida a “Un cuento de Navidad” publicado el 19 de diciembre de 1843.

Y ahora sí, ha llegado el momento de descubrir los secretos de «Cuento de Navidad»

1.- La Navidad es blanca porque así la describió Dickens

Aunque ahora todos asociamos la Navidad con la nieve, no era así antes de 1843, cuando se publicó “Cuento de Navidad”. ´Lo cierto es que a finales de diciembre nunca nieva en medio mundo porque es verano y en el otro medio, pese a ser invierno, la nieve es bastante escasa, salvo en el norte de Europa.

Charles Dickens es el responsable de describir la Navidad como una eterna nevada en su “Cuento de Navidad”, lo que desde entonces se trasladó a la mayoría de cuentos navideños. El motivo por el que Dickens asociaba la Navidad con la nieve proviene de su infancia. El escritor sufrió cuando era apenas un niño la década más fría que vivió Reino Unido en el siglo XIX, con nieve por todas partes y hasta el Támesis helado… Una experiencia que Dickens idealizó y trasladó a sus cuentos.

2.- El pavo y la cena de Navidad

Como os explicaba en el video artículo pasado la fiesta navideña hasta mediados del siglo XIX era el “Boxing Day”, una celebración en la que los ricos entregaban una caja con regalos a sus sirvientes. Algo, a su vez heredado de los romanos, y que hoy en día es el origen de la cesta de navidad de las empresas. Sin embargo, estas fiestas navideñas no tenían buena fama, ya que sólo la celebraban las clases acomodadas, por lo que se consideraban fiestas clasistas, por no hablar de que se relacionaban con el papismo en un país que era esencialmente anglicano.

Durante estas celebraciones la comida habitual era el ganso. Sin embargo, en su relato Dickens hace que Scrooge, una vez transformado por el espíritu navideño, mande a un niño comprar y llevar un pavo a la casa de su secretario para celebrar un gran banquete de Navidad.

De esta forma, Dickens cambio la cena habitual por el pavo, lo que no debió gustarle muchos a éstos. Además de convertir la cena, hasta entonces clasista y de gente acomodada, en un banquete, símbolo de amor y alegría donde lo principal en dar y compartir.

3.- Happy Christmas o Merry Christmas.

En inglés es habitual la expresión Merry Christmas, sin embargo, hasta “Cuento de Navidad” lo habitual era “Happy Christmas”.  

Esta expresión, que puso de moda Dickens en su relato, proviene de que a éste le gustaba mucho un villancico: “God Rest You Merry, Gentlemen”. En realidad, la palabra “Merry” no significa únicamente “feliz”, sino que se asocia, más que a un deseo, a un sentimiento de alegría, de prosperidad, de hermanamiento y buena voluntad.

“Merry Christmas” aparece 21 veces en “Un cuento de Navidad”, y desde entonces es la felicitación habitual y más usada en inglés y también en otros idiomas.

4.- Scrooge pudo basarse en el propio padre de Dickens.

Charles Dickens amaba la Navidad, pero su más famoso personaje navideño, Ebenezer Scrooge, es un anciano avaro y explotador que, en el relato, es visitado por el fantasma de su antiguo socio, Jacob Marley, y luego por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura.

No es descabellado pensar que fue John Dickens, el padre del autor, el personaje real escondido tras el temible Ebenezer Scrooge. John Dickens era un timador, tacaño y rácano que perjudicó gravemente a su propia familia, lo que le aproxima bastante a Scrooge. Aunque en la historia es aún, peor de lo que era el padre de Dickens. Scrooge no solo es avaro y rácano, es un hombre sin afectos por lo humano, un patrón cruel, un tío que rechaza a su afable sobrino y a su familia, un disidente radical de la fraternidad navideña.

5.- Marley fue un personaje real.

El socio muerto de Scrooge, Jacob Marley, que avisa a este de la próxima visita de los fantasmas navideños, fue un personaje real. En la obra “The Annotated Christmas Carol”, de Michael Patrick Hearn, se explica que Dickens asistió a la misma fiesta de San Patricio que un tal Dr. Miles Marley. Conociendo el interés de Dickens por los nombres inusuales, el Dr. Marley le comentó su propio e inusual apellido. La respuesta de Dickens fue: «Su nombre será una palabra familiar antes de que acabe el año». Y cumplió su palabra.

Y Dickens cumplió su palabra…

6.- El cuento fue concebido como una protesta contra la pobreza infantil.

En 1843 el gobierno británico publicó un informe sobre la gravedad del trabajo infantil en el país. Dickens, que había sufrido en sus propias carnes la explotación infantil, estaba furioso por esta situación. Dickens visitó a su hermana en Manchester y aprovechó esos días para encontrarse con representantes de organizaciones de caridad que ayudaban a las clases más desposeídas en esa ciudad industrial. También en 1843 recorrió uno de los colegios más pobres de Londres, dedicado a educar a los jóvenes destituidos de la capital inglesa.

Decidido a hacer algo con esta terrible situación pensó, como primera reacción, escribir un panfleto utilizando su vasta experiencia como periodista político. Pero luego cambió de parecer. Al parecer, le escribió a un amigo diciendo que «en lugar de un panfleto escribiré algo en Navidad que tendría 20 veces más fuerza».  Y lo consiguió sobradamente..

7. El relato fue escrito febrilmente en seis semanas.

Dickens fuertemente inspirado y comprometido con su relato, no tardó ni dos meses en escribir su famoso “Cuento de Navidad”. Se cuenta que Dickens reía y lloraba esporádicamente durante el proceso de escritura y daba larguísimos paseos nocturnos por Londres cuando toda la gente sobria se había ido a la cama. 

Finalmente consiguió terminar su obra a tiempo de publicarlo antes de Navidad, el 17 de diciembre de 1843.

8. Dickens se autopublicó “Un cuento de Navidad”

Como su anterior libro no se vendió bien, Dickens no pudo encontrar un editor para «Cuento de Navidad», así que él mismo pagó la impresión. La primera edición -con un precio de 5 chelines (unos 30 dólares)- salió a la venta el 19 de diciembre de 1843 y se agotó en Navidad. Sin embargo, Dickens sólo ganó £130 debido al alto costo del papel utilizado y el empaste. Se molestó tanto que cambió de grupo editorial. Se imprimieron dos ediciones más antes de finalizar el año, una semana después, siendo ya un éxito imparable.

9. Fue el primero y el último de sus escritos que Dickens leyó en público.

Dickens fue uno de los primeros escritores famosos en dar lecturas públicas. Su primera lectura fue la de «Cuento de Navidad». Tuvo lugar en 1853 en Birmingham, Inglaterra, para una reunión de 2000 espectadores.

Charles Dickens incluso creó un ejemplar especial de «Cuento de Navidad» para las lecturas públicas. En él escribía notas sobre cómo pronunciar las líneas y «representaba» estas lecturas como un actor en el escenario. Existe un ejemplar de este tipo, que el autor utilizó en su lectura en EEUU, propiedad de la Colección Berg de literatura inglesa y americana de la Biblioteca Pública de Nueva York.

Dickens también seguía un peculiar rito para sus actuaciones. Antes de sus lecturas desayunaba dos cucharadas de ron con crema. Más tarde, tomaba una pinta de champán, y justo antes de la actuación, bebía un jerez con un huevo crudo batido en él. Durante la lectura tomaba un té de carne y tomaba una sopa justo antes de acostarse.

Cuando su salud empezó a deteriorarse, 17 años después de su primera actuación pública, Dickens hizo su última lectura de «Cuento de Navidad» en el St. James’ Hall de Piccadilly. Murió tres meses después, convirtiéndose así su famoso relato en el primero y último que leyó en público.

10. Cuento de Navidad es en gran parte responsable de la tradición de la caridad navideña

Quizá la característica fundamental de la Navidad que celebramos hoy en día en todo el mundo es precisamente la caridad que se vive en estos días. Pues, para despedirnos de “Cuento de Navidad” de Dickens nada mejor que resaltar que fue esta obra una de las principales fuentes de esta tradición.

En 1844, el año siguiente a su publicación, los periódicos británicos atribuyeron a la popularidad de la novela de Dickens un aumento de las donaciones benéficas en Navidad. Aunque dar a los necesitados no era un concepto nuevo en la época navideña, el libro de Dickens inspiró a mucha gente.

Después de leer el libro en 1847, Robert Louis Stevenson escribió: «Quiero salir a consolar a alguien; nunca escucharé las tonterías que le dicen a uno sobre no dar dinero: daré dinero; no es que no lo haya hecho siempre, pero ahora lo haré con la cabeza bien alta».

Se cuenta que una niña que vendía frutas y verduras en el mercado de Covent Garden tras enterarse del fallecimiento del autor, ocurrido el 9 de junio de 1870 debido a una apoplejía preguntó: Charles Dickens está muerto, ¿entonces también morirá Papá Noel?”.

Creo que la anécdota lo dice todo sobre la influencia de este inolvidable autor en la Navidad. Y ahora es el momento perfecto de recordarlo, así que ya estáis tardando en leer “Cuento de Navidad” de Charles Dickens o por lo menos ver alguna de las innumerables adaptaciones que se han hecho de esta historia por tierra, mar y aire.

Os dejo con el video de mi canal de youtube. Y, recordad suscribiros si os ha gustado y dar a la campanita para recibir las notificaciones. Hasta la semana que viene, o mejor dicho hasta el año que viene. (No os perdías el próximo video artículo porque viene lleno de regalos para todos)

¡Feliz Navidad y buena salida y entrada de año para todos!

Los secretos de "Cuento de Navidad" de Charles Dickens
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX"
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX». Hoy vamos a rescatar una de las obras más desconocidas y misteriosas de Julio Verne. Este escritor, que es imposible que no conozcáis es probablemente el autor cuyas profecías literarias más han acertado e influido en el mundo actual. Un escritor cuya vida y obra está tan llena de misterio que puede llenar por sí sola innumerables capítulos de Misterios de la Literatura.

Así que os prometo volver sobre su figura en futuras entregas. Sin embargo, hoy quiero centrarme en una de sus obras más polémicas. Una novela que estuvo oculta durante más de 130 años: “París en el siglo XX”.

“París en el siglo XX”. es una novela escrita por Julio Verne que fue publicada por primera vez en francés en 1994. Es considerada como la novela perdida o la novela oculta de Julio Verne, ya que fue escrita en 1863 y se mantuvo oculta durante más de ciento treinta años.

El editor Pierre J. Hetzel había sido el único en confiar en Julio Verne al publicar «Cinco semanas en globo» en enero de 1863 (cuando el escritor ya contaba 35 años). Sin embargo, el siguiente libro que presentó el autor, «París en el siglo XX», cambiaba totalmente el registro de un modo que a Hetzel no le gustó nada.

Sus críticas fueron demoledoras, incluso insultantes («un desastre… como escrito por un niño… nada original… mediocre… sin chispa») y quedaron consignadas en los márgenes del manuscrito original y en el borrador de una carta dirigida a Verne.

Hetzel era un buen editor y conocía los gustos del público, como quedó ampliamente demostrado. Vió en aquel manuscrito un estilo excesivamente teatral, unos personajes endebles y una línea narrativa poco sólida, todo lo cual era cierto y producto de la bisoñez de Verne.

Además, esa visión pesimista del futuro no se correspondía con el luminoso proyecto de los «Viajes Extraordinarios» que Hetzel tenía en mente. El editor sabía que el éxito se encontraba en acercar el saber humano a los jóvenes media nte una serie de novelas en las que se exaltara la exploración científica y el avance tecnológico.

“Ha emprendido usted una tarea imposible y —como sus predecesores en cosas análogas— tampoco ha conseguido llevarla a buen fin. Está cien pies por debajo de Cinco semanas en Globo. Si la vuelve a leer estará de acuerdo conmigo. Es periodismo barato y sobre un tema nada afortunado.

No esperaba una cosa perfecta; le vuelvo a decir que sabía que estaba intentando algo imposible, pero esperaba algo mejor. Aquí no hay resuelta ninguna cuestión de futuro serio, ninguna crítica que no parezca una caricatura ya hecha y rehecha, y si algo me asombra es que haya podido usted hacer, como en un arrebato y empujado por algún dios, algo tan penoso, tan poco vivo…

No está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años. Mi querido Verne, fuera usted profeta, nadie creería hoy en su profecía».

Aquello fue definitivo. La siguiente obra de Verne en ver la luz sería otra novela de aventuras, «Viajes y aventuras del capitán Hatteras» y su vena futurista/pesimista quedó enterrada. El manuscrito se olvidó y durante mucho tiempo se creyó perdido.

En los años ochenta del siglo XX, se confirmó su existencia gracias al hallazgo del borrador de la corrosiva carta de Hetzel, a la que hemos hecho referencia antes, y unos años después el bisnieto de Verne encontró el manuscrito olvidado dentro de una caja fuerte que había pertenecido a su abuelo y cuya llave se había perdido.

Cuando se publicó, en 1995, se convirtió en un éxito editorial y fue recibido por los críticos como un trabajo de «importancia histórica inestimable». Incluso se sugirió que se le otorgase el premio Hugo (el máximo galardón que se otorga a obras de ciencia-ficción publicadas el año precedente).

Los expertos vernianos afirmaron incluso que ningún otro de los trabajos del autor se había acercado tanto a la imagen del futuro como esta obra, por mucho que la calidad literaria y la línea argumental, casi inexistente, son propias de una obra primeriza.

A menudo se suele presentar a Julio Verne como un precursor visionario de la tecnología en su vertiente más luminosa, poniendo como ejemplo dos de sus novelas más famosas, «De la Tierra a la Luna» y «Viaje alrededor de la Luna», en las que el ingenio humano es capaz de salvar obstáculos aparentemente infranqueables.

Los héroes de sus novelas son frecuentemente personajes ejemplares, íntegros y valerosos como Miguel Strogoff; o sabios un tanto excéntricos pero llenos de energía y pasión, como el profesor Lidenbrock de «Viaje al Centro de la Tierra» o Paganel, de «Los Hijos del Capitán Grant». Sus conocimientos, unidos a la rectitud moral y al coraje, les hacen salir airosos de empresas colosales, en ocasiones haciendo uso de la tecnología y la ciencia.

Pero lo cierto es que, en el fondo, Verne era un conservador que abrigaba no pocas reservas hacia el progreso técnico y las consecuencias de este sobre la sociedad. Esta cara oscura siempre estuvo presente (el Nautilus del capitán Nemo no sólo es un maravilloso invento, sino que también era un arma temible que condena a muerte a cientos de personas).

Sin embargo, fue en la última etapa de su producción donde se hace más patente: «Los 500 millones de la princesa india», «Robur el Conquistador» o «Ante la bandera» son buenos ejemplos de esta visión mucho más pesimista del autor.

En la novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX» el protagonista del libro, Michel Dufrenoy, es un poeta frustrado. La sociedad del siglo XX desprecia todo aquello que no es práctico y rentable. Todo está centrado en el dinero: «El demonio de la fortuna los empujaba hacia delante sin piedad ni descanso», escribe Verne. Ello ha llevado a una obsesión por las ciencias y la técnica que ha convertido en objeto de ridículo a aquellos que demuestran interés o talento en las artes, la literatura o los conocimientos humanísticos.

Verne habla de un barrio en el que «no se ofrecía un solo alojamiento a los habitantes de la capital; entre otros la Cité, donde se erguían el Tribunal de Comercio, el Palacio de Justicia, la Jefatura de Policía, la catedral, el depósito de cadáveres, es decir, lo necesario para ser juzgado, condenado, encarcelado, enterrado e incluso salvado. Los edificios habían expulsado a las casas».

Lo curioso es que en la actualidad existe un barrio parisino que lleva el mismo nombre, construido más de cien años después de escribirse este libro y veinte años antes de que se publicara.

Verne predice también que en el patio del Louvre se construiría una estructura moderna y geométrica. La famosa pirámide de cristal de I.M. Pei se terminó en 1989 en el mismo lugar que menciona la novela. También predijo una estructura parecida a la Torre Eiffel, aunque esta se construiría 24 años más tarde, en 1887. Anticipó asimismo los altos edificios de pequeños apartamentos y la necesidad de adaptar los muebles a esos diminutos espacios, así como un altísimo grado de polución ambiental.

París se ha convertido en una ciudad enorme en la que sus ciudadanos acceden a los suburbios gracias a una red de trenes de cercanías. El transporte urbano se completa con un ferrocarril ligero y elevado impulsado por una combinación de aire comprimido y fuerza electromagnética.

La energía es generada por molinos eólicos; las calles se iluminan con lámparas eléctricas que se encienden y apagan centralizadamente; las casas tienen portero automático, aire acondicionado y ascensor; los automóviles se impulsan por gas hidrógeno; en los bancos se utiliza un trasunto de fax, las cuentas se realizan con máquinas calculadoras y las cajas fuertes disponen de mecanismos eléctricos de seguridad, el gobierno utiliza la silla eléctrica para ejecutar a los reos …

Por supuesto, también hay otras predicciones que no han llegado a cumplirse, como la desaparición de las guerras o la muerte de la política. Aunque no se ha alejado tanto de la realidad ya que realmente en Europa y el mundo occidental las guerras son casi inexistentes precisamente por el motivo que explicaba Verne. Las armas son tan potentes que la devastación sería global.

Con todo esto, unido a sus otras grandes novelas donde abundan las predicciones increíbles, es imposible no preguntarse si Verne era algún tipo de adivino. Lo cierto es que aunque hay algunas predicciones difíciles de explicar, como veremos en futuros artículos, Verne se basaba realmente en una erudición y preparación documental simplemente excepcional.

Verne era un ávido lector de todo tipo de revistas especializadas, y a lo largo de los años, organizó una enorme base de datos, de la que extraía la información que precisaba para los detalles técnicos, científicos y geográficos de sus novelas. Muchas de las invenciones futuristas que describe no eran sino descripciones algo mejoradas de invenciones recientes o cuyas investigaciones se hallaban bastante avanzadas.

Por ejemplo, los coches que Verne describe se basan en el motor de explosión que Lenoir había inventado en 1859. El «fax» no es sino el Pantelégrafo Caelli, inventado en 1859, que permitía la reproducción telegráfica de la escritura y el dibujo. Y el ascensor de Otis fue instalado en un edificio por primera vez en 1853.

Sea como fuere Julio Verne fue un escritor excepcional sobre el que volveremos muy pronto. Ahora os dejo, adictos a la literatura, con el video de mi canal de youtube . No olvidéis suscribiros si os ha gustado y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

Paris siglo XX. La novela oculta de Julio Verne
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

Los misterios de Lovecraft

Los misterios de Lovecraft
Los misterios de Lovecraft

Los misterios de Lovecraft son los protagonistas de esta semana. Después de ver los misterios de Edgar Allan Poe, no podía faltar en nuestra selección de Misterios de la Literatura, un video artículo dedicado al otro escrito del terror contemporáneo: Howard Phillips Lovecraft.

Hoy vamos a intentar descubrir los códigos ocultos, que parecen esconder sus obras, así como los rincones más ocultos de su biografía. Algo que ningún adicto a la literatura puede perderse. Lo primero, por supuesto, es dar un somero repaso a la vida de este genial escritor para comprender mejor así su increíble legado literario.

Howard Phillip Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en el número 194 (hoy 454) de Angell Street, en Providence, capital de Rhode Island. Sus padres eran Winfield Scott Lovecraft, que se dedicaba a la venta de plata, metales preciosos y joyería, y de Sarah Susan Phillips, la segunda de los cuatro hijos de Whipple Van Buren Phillips y Rhoby Alzada Place, una familia distinguida de la que se decía que sus ancestros se remontaban al Mayflower.

Lovecraft, tuvo pues una infancia acomodada y conservadora, donde se le inculcó desde pequeño un concepto elitista de la lucha de clases. Otro hecho que marcaría profundamente su personalidad sería la larga enfermedad mental de su padre, que estuvo ingresado durante cinco años en el Hospital psiquiátrico de Providence, hasta su muerte, cuando Lovecraft solo tenía 8 años. Esto hizo que su madre se volviese sobreprotectora, llegando a impedirle jugar con otros niños, que consideraba inferiores, insistiéndole en que era feo y que nunca llegaría a triunfar. No es de extrañar el joven Lovecraft se viera acosado por miedos e inseguridades que, desde ese momento, le acompañarían durante toda su vida.

A pesar de todo, o quizá precisamente porque se vio empujado por su vida solitaria y retraída, Lovecraft fue un niño prodigio. Era capaz de recitar poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis o siete años de edad, algo que ya no abandonaría jamás. Uno de los géneros que más le apasionaba era el de las novelas policíacas, por lo que, demostrando su ingenio e imaginación desbordada, llegó a crear su propia «Agencia de detectives de Providence» a la edad de trece años.

Sus primeros escarceos con la escritura profesional empezaron a los dieciséis años, cuando empezó a encargarse de una columna de astronomía para el «Providence Tribune». Sin embargo, no tardaría en descubrir que, ganarse la vida con la literatura, era una tarea mucho más complicada de lo esperado. De hecho, durante gran parte de su vida tuvo que dedicarse, en gran medida, a retocar escritos de otros autores, menos dotados para la escritura que él.

Tras la muerte de su madre en 1921, víctima de un postoperatorio deficiente por una intervención de vesícula biliar, Lovecraft sufrió una terrible conmoción. Habiendo dependido toda su vida de su progenitora, tras su fallecimiento, cuando contaba 31 años, vio como desaparecía lo poco que quedaba de su fortuna familiar. Aquello le obligó a ganarse la vida por sí mismo, trabajando como corrector de estilo para otros autores. Gracias a este tipo de trabajos, conoció a muchos de los que después formarían el famoso «Círculo de Lovecraft», entre ellos Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long, August Derleth y otros más. En futuros artículos hablaremos más en profundidad de este círculo de escritores que plantó las bases del terror y fantasía modernas.

A los dos meses de la muerte de su madre, Lovecraft conoció a Sonia H. Greene en una convención de escritores aficionados en Boston. Sonia era viuda y siete años mayor que él, además de propietaria de una tienda de sombreros y escritora aficionada. Ambos se enamoraron, casándose tres años después en 1924. Sin embargo, las dificultades económicas y los problemas de salud de la mujer, hicieron que se separasen, precipitando el fin de la pareja solo dos años después.

Obligado por sus pocos ingresos como escritor, Lovecraft terminó por volver a Providence para vivir junto a sus tías en 1927. Sus últimos años estuvieron marcados por la falta de recursos económicos, la depresión y la vida solitaria. Sus relatos, se volvieron cada vez más largos, oscuros y enrevesados, haciéndose cada vez más complicados de vender. Sin embargo, Lovecraft se negó obstinadamente a rendirse a los gustos del gran público, como demandaban las editoriales. En sus propias palabras: “Un caballero no intenta darse a conocer, lo deja para los egoístas arribistas y mezquinos”.

Esta actitud orgullosa y purista le hizo concebir los que fueron, quizá, sus mejores relatos. Historias que, con el tiempo, cautivarían la imaginación del gran público y que crearían toda una escuela de seguidores e imitadores que dura hasta hoy en día.

Lamentablemente H. P. Lovecraft nunca vivió su propio éxito. De naturaleza enfermiza, murió en Providence a primeras horas de la mañana del 15 de marzo de 1937 con tan sólo 47 años de edad, de un cáncer intestinal complicado con una grave insuficiencia renal. Fue enterrado en el panteón de su abuelo Phillips en el cementerio de Swan Point. Aunque su nombre estaba inscrito en la columna central, ninguna lápida señalaba su tumba. Al igual que ocurriese con Edgar Allan Poe, tuvo que ser muchos años después de su muerte, cuando un grupo de aficionado erigiese una lápida, en la que puede leerse una línea tomada de una de sus miles de cartas:

«Yo soy Providence»

A la hora de abordar los misterios de Lovecraft, lo más interesantes es que muchos autores piensan que en realidad fue un ocultista, que de alguna manera tenía acceso a conocimientos ocultos pero reales que reflejaba en sus obras disfrazándolos de ficción. Pero ¿tiene esto algún fundamento real o es pura fantasía de lectores fascinados con este imaginativo escritor?

Para averiguarlo. Lo mejor es sumergirnos en los elementos más misteriosos y sugerentes de sus obras.

1. El Necronomicón:

Considerado como uno de los libros más misteriosos de la literatura, es mencionado por primera vez en la obra de Lovecraft “La ciudad sin nombre”. Lovecraft escribió una breve nota en 1927 sobre la autoría del Necronomicón, describiéndolo como un grimorio escrito por el árabe “Abdul Alhazred” un personaje creado por Lovecraft que hace alusión a un apodo que él mismo tenía (“All has Read”: El que ha leído todo).

En cuanto a su nombre, “Necronomicón”, Lovecraft dice haberlo concebido en sueños, empleando el griego antiguo de la palabra «astronómico» (referente a la ley o a la ordenación de los astros) y el griego «nekrós» (muerto) uniendo a esto el sufijo «ikon», que se traduce como “imagen”, dando así origen a la “Imagen de las Leyes de los muertos”.

Según el autor se trata de un libro de secretos y rituales mágicos que provoca la locura y/o la muerte de aquel que se atreva a leer sus pasajes. Además, contiene técnicas y métodos para contactar a seres sobrenaturales denominados “Los antiguos” quienes, al ser despertados, dominarían el mundo nuevamente.

El misterio surge cuando diferentes autores del “Círuclo de Lovecraft” comienzan a utilizar también este libro y comienzan a insinuar que lejos de ser una invención, es completamente real. El propio Lovecraft llegó a afirmar que existían cuatros copias de él, resguardadas en diversos sitios del mundo como la Universidad de Buenos Aires, la Biblioteca Nacional de París, la Biblioteca de Widener en Harvard y la Universidad de Miskatonic en la ciudad de Arkham, ésta última perteneciente a una invención del mismo Lovecraft.

Se da la curiosa circunstancias de que en estas universidades han aparecido fichas muy detalladas del mismo (que figura como no disponible). Son obra de bromistas, entre los que se dice que se encuentra el mismísimo Jorge Luis Borges, que creó una ficha del Necronomicón en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.

Muchas personas se han dedicado a engordar el mito de este misterioso grimorio, llegándose a decir, por ejemplo, que está encuadernado en piel humana, aunque Lovecraft nunca llegó a describir su apariencia. Hasta se han llegado a subastar copias supuestamente confeccionadas en el Siglo XVII que no eran más que estafas para incautos.

Lo cierto es que el Necronomicón nunca existió, sino que fue completamente inventado por Lovecraft, pero lo hizo con tal maestría que aún hoy seguimos dudando si de alguna manera puede ser real.

2. Lovecraft y la teosofía

Se ha llegado a afirmar que Lovecraft fue un consumado ocultista, seguidor de la teosofía, cuyos postulados utiliza en muchas de sus obras.

La teosofía es una religión formada por un conjunto de enseñanzas y doctrinas difundidas bajo ese nombre por Helena Petrovna Blavatsky a fines del siglo XIX. En su obra, La clave de la teosofía, ella explica que el nombre teosofía es uno de los tantos que se utiliza para designar a una sabiduría sin edad, eterna, que no es otra que el conocimiento de la verdadera realidad.

H. P. Lovecraft

Pues bien es un hecho que Lovecraft introduce principios teosóficos en sus obras, así como referencias a libros místicos de la teosofía como «el Libro de Dzyan«. De aquí se ha deducido que Lovecraft era en realidad un ocultista que reflejaba conocimientos profundos en sus obras disimulándolos como ficción literaria.

En realidad, una vez más, por romántico que esto suene, lo cierto es que es completamente falso.  Lovecraft se declaraba pública y abiertamente ateo y materialista escéptico en multitud de cartas dirigidas a sus colegas. Lovecraft era un erudito autodidacta que, hacía eso que tantas veces os he recomendado, documentarse increíblemente bien para la ambientación de sus obras.

De hecho, su único contacto real con la teosofía se limitaba a sus lecturas del autor teosófico W. Scott-Elliot, autor del libro “Historia de Atlantis y la perdida Lemuria”, que influiría profundamente en Lovecraft. También extraía muchas de sus ideas de sus múltiples conversaciones e intercambios de cartas con colegas literatos conocedores de diversas doctrinas esotéricas, como E. Hoffman Price.

3. El Bloop de los Abismos. el Bloop.

El Bloop fue el nombre que se les dio a unas extrañas ondas de sonido de baja frecuencia detectadas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en 1997. Un extraño sonido captado por unos micrófonos instalados bajo el agua a fin de percibir el tráfico de submarinos cercanos.

Se llegó a especular con que la fuente de dicho sonido fuese un animal submarino, ya fuere una especie desconocida de pulpo o calamar gigantesco o de una nueva especie de ballena gigante, aún más grande que la ballena azul.

Lo interesante es que el punto de origen del Bloop resulta sorprendentemente cercano a la localización de la ficticia ciudad sumergida de R’lyeh, la ciudad donde H. P. Lovecraft decía que estaba encarcelado Cthulhu. Además, Cthulhu podría encajar en la descripción de un animal enorme.

Esta teoría se encontró apoyada por la existencia de múltiples ruinas sumergidas en los mares y océanos de nuestro planeta, que recordaban a la morada de la bestia submarina, tales como, por ejemplo, Yonaguni, la llamada Atlántida Japonesa, que recuerda a la ciudad en la que se encuentra el Cthulhu: la Gran Ciudad R’lyeh.

Lo cierto es que los científicos llegaron a la conclusión de que el Bloop era en realidad producto del ruido producido por grandes glaciares al romperse.

Misterio resuelto ¿o no?

En realidad, el verdadero misterio tras H. P. Lovecraft es cómo este autor, lleno de complejos y presa de innumerables prejuicios, fue capaz de crear una mitología tan atractiva y sólida, que aún hoy sigue haciéndonos dudar de su realidad.

Tanto es así, que su obra a dado lugar a una verdadera religión denominada Orden Tifoniana, que afirma que Lovecraft, aún siendo un ateo declarado, en realidad sería un autor ocultista que habría sido capaz de contactar con entidades arquetípicas negativas, auténticas deidades que habría plasmado de forma inconsciente en sus relatos.

Lo cierto es que Howard Phillips Lovecraft, descrito acertadamente por el propio Stephen King como “El príncipe oscuro y barroco de la historia del horror del siglo XX”, fue capaz de volcar sus propios miedos y pensamientos negativos en sus obras. Miedos muy reales para él que envolvió en una mística, perfectamente documentada, dando lugar a todo un universo literario. Un Universo ficticio sí, pero también muy real.

Espero que os haya gustado este artículo, cuyo video os dejo a continuación y que podéis encontrar también, como siempre, en el canal de youtube. Si es así, podemos volver con más misterios enterrados en las obras de Lovecraft, como el origen real de Cthulhu o el mapa escondido en la obra de Lovecraft. Dejadme en comentarios vuestras opiniones, suscribiros aquí y al canal, dando a la campanita, y hasta la semana que viene.

Misterios de Lovecraft

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