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Los misterios de Don Quijote de la Mancha

Los misterios de Don Quijote

Los misterios de Don Quijote de la Mancha, ni más ni menos, es nuestro tema de la semana. Bienvenidos adictos a la literatura. Hoy en nuestra sección de misterios de la literatura desvelamos los grandes enigmas que rodean esta magna obra universal de D. Miguel de Cervantes, y os contamos algunas curiosidades que os dejarán con la boca abierta.

Antes de nada, por si alguno no conoce la obra de la que vamos a hablar hoy (cosa harto extraña). “Don Quijote de la Mancha” es una novela escrita por el escritor español “Miguel de Cervantes Saavedra”. Se trata, ni más ni menos que de la obra más leída después de la Biblia desde su publicación en 1605.

Aunque suelo empezar estos video artículos del misterio con una breve biografía del autor de la obra, Miguel de Cervantes merece un artículo propio en el que nos explayemos en su vida y obra. Así que hoy baste con decir que fue uno de los mejores escritores de todos los tiempos, mundialmente conocido. Vivió a caballo entre el siglo XVI y XVII, coincidiendo en el tiempo con William Shakespeare y ha llegado a ser conocido como “Príncipe de los Ingenios”.

Hoy vamos a adentrarnos en los misterios de «Don Quijote de la Mancha», su magna obra. Y para que la conozcáis mejor, antes de adentrarnos en sus insondables incógnitas, empezaré por contaros algunas curiosidades que os dejarán asombrados:

1. El segundo libro más leído y traducido del mundo.

Tras la Biblia, «Don Quijote de la Mancha« se ha traducido a más de 50 idiomas, es considerado la primera novela moderna y ha vendido más de 500 millones de ejemplares. Unas cifras simplemente sin parangón.

2. Supuso una mejora del castellano.

La novela tiene alrededor de 400.000 palabras, de las cuales, más de 23.000 palabras no están repetidas. Si tenemos en cuenta que un ciudadano medio utiliza unas 5.000, podemos hacernos una idea de la riqueza lingüística de la obra. No es de extrañar, pues, que, gracias a su léxico y vocabulario, se considere que El Quijote mejoró el castellano, hasta el punto de dar paso al español moderno.

3. Primera traducción de Don Quijote.

La primera traducción se realizó al inglés en 1608 por el irlandés Thomas Shelton. Sin embargo, la traducción fue tan literal que la obra casi no se entendía. Afortunadamente la obra se tradujo posteriormente de nuevo al inglés, llegando a convertirse en un gran éxito y captando la admiración de autores como el propio Shakespeare. De hecho, debido a la admiración de William Shakespeare a la obra de Cervantes, en 1613 introdujo a Cardenio (uno de los personajes de «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha») en una de sus obras.

4. Cervantes no obtuvo beneficio de su obra

Aunque El Quijote se convirtió en bestseller al poco de su lanzamiento, Cervantes solo obtuvo un 10% de los beneficios. Por aquel entonces los escritores vendían la licencia de impresión de su obra a la editorial, por lo que perdía la impresión del texto y sus ganancias. Según las cuentas de Francisco de Robles, que compró el privilegio de editar la obra por 1.400 maravedíes, Cervantes sólo obtuvo el 10% de las ganancias que supuso la impresión de su novela.

5. El Quijote se escribió en la cárcel

Miguel de Cervantes fue acusado de incurrir en graves faltas mientras ejercía la función de recaudador de impuestos. Por lo que lo enviaron a prisión en 1597, donde permaneció por cinco años. Fue, allí, en la Cárcel Real de Sevilla donde comenzó a escribir la obra que lo hizo inmortal. De hecho, en el prólogo de la obra habla sobre su paso por la cárcel y cómo en ese lugar nació Don Quijote.

6. Los gazapos del Quijote

Incluso una obra de la calidad como El Quijote contenía varios errores e su primera edición. Por ejemplo, aunque roban a Rucio (el asno de Sancho Panza), páginas después éste aparece de nuevo en escena. Igual ocurre con el yelmo de Alonso Quijano. En otra ocasión los protagonistas, Sancho Panza y Don Quijote, cenan dos veces el mismo día.

En la segunda edición de la obra estos errores se corrigieron, pero se pusieron en lugares equivocados. Al parecer, el motivo fue que, cuando el autor de la obra vendía la licencia perdía el control sobre el texto, por lo que la división de capítulos y su organización era decisión de la imprenta.

7. La copia más cara del mundo

Una primera edición de Don Quijote de la Mancha se vendió por 1,5 millones de dólares en 1989. Al parecer solo existen un par de ejemplares, por lo que este ejemplar entró por derecho propio entre los más caros de la historia.

8. El Quijote fue escrito para ser leído en voz alta

Uno de los propósitos de Cervantes cuando escribió su famosa obra fue criticar la costumbre de la lectura privada. Por eso, concibió su obra para ser leída en voz alta. Es un hecho que Don Quijote de la Mancha alcanza su máximo esplendor cuando se lee en voz alta. Y si no lo crees, haz la prueba.

Ya hora sí, llega el momento de adentrarnos en los misterios inconfesables de Don Quijote de la Mancha. Vayamos a ello sin paños calientes y preparaos para descubrir muchas cosas que no sabíais.

1. El Quijote apócrifo.

La primera parte de la obra («El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha») se imprimió en diciembre de 1604 y publicada en 1605. Sin embargo, en 1614 se publica una falsa segunda parte firmada por Alonso Fernández de Avellaneda, natural de la villa de Tordesillas, que fue conocida como «El Quijote apócrifo de Avellaneda» o «El Quijote de Avellaneda».  

En esta versión se continúan las andanzas de Don Quijote y Sancho Panza, en un tono muy similar a la obra original. La gran diferencia es que, en este caso, el Quijote ya no está enamorado de Dulcinea del Toboso

La realidad es que en esa época Cervantes estaba escribiendo la verdadera continuación del libro titulada “Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha”, que se publicaría en 1615.

Lógicamente, esta usurpación de identidad fue denunciada pero jamás se pudo averiguar quién se escondía tras la pluma del tal “Alonso Fernández de Avellaneda”. Sin embargo, lo interesante es que debió ser otro escritor de la época muy bien informado, porque en su obra encontramos pistas para desvelar nuestro siguiente y mucho más importante misterio.

2. ¿Existió Don Quijote?

En la novela Cervantes nos cuenta las aventuras de un hidalgo (Alonso Quijano) que ha leído muchas novelas de caballería y termina enloqueciendo y creyéndose un caballero andante y nombrándose a sí mismo: Don Quijote de la Mancha. La gran pregunta es ¿fue Alonso Quijano una invención pura de la imaginación de Cervantes o había una historia real detrás?

Los historiadores se han afanado en encontrar la respuesta a este enigma y hoy os voy a develar que la respuesta más probable es que sí que existió un personaje real tras Don Quijote.

La pista más importante la encontramos, curiosamente, en el Quijote apócrifo de Avellaneda, ya que éste se refiere a la «noble villa de Argamasilla» como la «patria feliz del hidalgo caballero». Lo interesante es que Cervantes nunca desmintió esta afirmación lo que dio pie a que “el lugar de que no quiero acordarme” que nombraba Cervantes fuera realmente Argamasilla de Alba.

Desde 1737 existe una tradición que cuenta que el propio Cervantes estuvo cautivo en Argamasilla de Alba, en la cueva de Medrano, aunque no existe documentación alguna que lo acredite.

Lo realmente curioso es que en Argamasilla de Alba vivió un hidalgo de noble alcurnia llamado Don Rodrigo Pacheco y Avilés de Sotomayor, marqués de Torre Pacheco. Este noble aparece retratado en la Iglesia de San Juan Bautista en un enigmático lienzo que nos muestra la Virgen de la Caridad de Illescas.

Virgen de la Caridad de Illescas

En la parte inferior del cuadro encontramos a un hidalgo de cuello encorsetado rostro alargado, barba cervantina y mirada entre melancólica e inquisitiva. Se trata del propio don Rodrigo Pacheco. En la parte baja de la madera del marco, puede leerse:

«Apareció Nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima, desamparado de los médicos víspera de San Mateo, año MDCI encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de plata llamándola día y noche de un gran mal que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajó dentro».

Descripción que parece sacada del propio Quijote. En la tradición oral que nos ha llegado, Don Rodrigo Pacheco era conocido entre los vecinos por la extravagancia de sus costumbres y su perturbado comportamiento. Al parecer se cuenta que este caballero en sus arrebatos de locura pretendía halagar la belleza de una de sus sobrinas, llamada, para más inri, Aldonza de Ayala, el mismo nombre que Cervantes daría a Dulcinea del Toboso, la obsesión amorosa del Quijote.

3. El informador de Cervantes.

Y por último vamos a abordar otro gran enigma que ha perseguido a los estudiosos del Quijote, que no es otros que saber si Cervantes, más allá del personaje del Quijote, se basaba en hechos reales o sacaba sus relatos de su pura imaginación.

Para responder esto hay que acudir al investigador y archivero Javier Escudero que lleva más de veinte años investigando en profundidad la obra de Cervantes. Su respuesta es clara: «Cervantes escogió La Mancha para escribir el Quijote de forma consciente y meditada porque tenía muy cerca a un hombre que le habló de personas y situaciones reales que el autor reflejó». Este informador no sería otro que Alonso Manuel de Ludeña, vecino de Cervantes en Esquivias (Toledo).

Javier Escudero lo explica muy bien:

«No todo es como se nos había contado. Cervantes es un escritor organizado e informado, y la novela es verosímil y creíble. Su forma de escribir es como la de otros escritores, conoce a una serie de personas, le parecen interesantes y las incluye en sus novelas».

Escudero ha realizado una investigación exhaustiva en la que ha localizado a multitud de personajes y aventuras que no solamente son protagonistas del Quijote sino de otras novelas de Miguel de Cervantes como ‘La ilustre fregona’, ‘La gitanilla’, ‘Rinconete y Cortadillo’ o ‘El retablo de las maravillas’. Incluso ha sido capaz de encontrar documentos que avalaban situaciones y personas del Quijote, como el hidalgo que atacó un molino de viento, el que compró un rocín que se le cayó o los que vestían como caballeros medievales.

Javier Escudero ha demostrado así, que Cervantes no fue ninguna excepción y que su notable imaginación se basaba en un profundo conocimiento de la realidad de su tiempo. Como os vengo repitiendo desde el inicio de este canal la verdadera clave de una buena literatura de ficción o no, más allá de la imaginación del autor, está en la investigación y documentación.

Y hasta aquí el video artículo de hoy. Soy consciente de que me dejo muchísimas cosas en el tintero, pero esto no ha hecho más que empezar. Volveré con Cervantes y sus misterios muy pronto para que descubráis este increíble escritor, cuya vida fue tan emocionante como su propia obra.

Como siempre os dejo el video artículo correspondiente del canal de Youtube. Y, ya sabéis, dadle al «like» si os ha gustado, suscribíos y dad a la campanita para que os avisen cuando suba un nuevo video.

Hasta la semana que viene.

Los misterios de "El Quijote". ¿Existió el Quijote? ¿Quién fue el informante de Cervantes?
Los misterios de Don Quijote

7 libros que inspiraron crímenes reales

7 libros que inspiraron crímenes reales
7 libros que inspiraron crímenes reales

Regresamos a los misterios de la literatura y lo hacemos con una recopilación de 7 libros que inspiraron crímenes reales. Hace un tiempo hablamos ya de 10 libros malditos que no deberíais leer. Pues bien, esta semana vamos más allá y os traigo libros que inspiraron a asesinos muy reales. Libros que, objetivamente, han resultado ser de los más peligrosos de la historia.

Así que, templad vuestros nervios y preparaos a descubrir como la literatura a veces puede crear monstruos….

1. American Psycho de Bret Easton Ellis

Publicada en 1991 cuenta la historia de Patrick Bateman, un hombre de negocios de Nueva York que oculta en su interior un asesino en serie. Elogiada por la crítica, no se escapó de una fuerte oposición en algunos sectores de la opinión pública que consideraba que hacía apología de los asesinos es serie y trivializaba la violencia contra la mujer.

Lo increíble es que la obra inspiró crímenes reales. Fue el caso del asesinato por parte de un adolescente llamado Michael Hernández en 2014 de su compañero de escuela en Florida. También Brian Douglas White mató a dos mujeres a hachazos para imitar al protagonista de la novela. Al parecer, anunció sus crímenes con un par de frases extraídas de la obra y publicadas en su perfil en una red social en marzo de 2012:

“Me gusta diseccionar mujeres. ¿Os he dicho ya que estoy loco?”

Brian Dougas se había obsesionado tanto con el protagonista de la novela, Bateman, que incluso le había dedicado una especie de altar en su habitación.

2. El agente secreto, de Joseph Conrad

Esta novela de 1907 transcurre en el Londres de 1886. Narra la historia de un profesor universitario retirado y espía de un país no identificado que planea destruir el Observatorio de Greenwich con una carga de dinamita. La obra sería reconocida como una de las obras más importantes en la carrera de Conrad.

Seguramente, muchos de vosotros hayáis oído hablar de Unabomber, el terrorista más famoso de Estados Unidos. Este criminal, durante casi 20 años, desde 1978 hasta 1995 en que fue detenido, aterrorizó a todo el país enviando paquetes bomba y que llegó a matar a 3 personas y a herir a 23. Pues bien, Ted Kaczynski, la persona real escondida tras su seudónimo terrorista, confesó a su propia familia que El agente secreto de Joseph Conrad era la inspiración de todo lo que había hecho. Llegó incluso a afirmar que nadie podría comprender sus actos sin leer el libro.

3. Fundación, de Isaac Asimov

Si la semana pasada ya os hablaba de la saga de la Fundación de Isaac Asimov como inspiradora de Star Wars, lamentablemente también lo fue de algo muy distinto.

En 1984, tuvo lugar en Japón la fundación de la secta japonesa Verdad Suprema liderada por Shoko Asahara, que interpretó la obra de Asimov como si se tratase de un texto sagrado, una auténtica profecía sobre un apocalipsis inminente. En 1995, Asahara decidió acelerar la llegada del anunciado apocalipsis utilizando gas sarín. Primero lo liberó en el metro de Tokio, causando 13 víctimas mortales y después en un barrio residencial de la ciudad de Matsumoto causando 8 muertos más. Según algunas estimaciones, al menos 6.000 personas sufrieron complicaciones de salud por culpa del gas sarín.

4. Rabia, de Stephen King

En 1977, bajo el seudónimo de Richard Bachman, Stephen King publicó Rabia. En la novela relataba como un estudiante llamado Charles Everett se convertía en el protagonista de un tiroteo en la ficticia Placerville High School.

El problema es que el libro comenzó a inspirar rápidamente hechos similares a los narrados en la novela.

En 1988, un estudiante en California inspirado por el libro de King tomó como rehenes a 60 estudiantes. Afortunadamente, la policía pudo detener al estudiante sin que nadie resultase herido. Un año después, otro lector, obsesionado con la obra, tomo como rehenes a un grupo de estudiantes en Kentucky. Nuevamente el incidente terminó sin víctimas que lamentar.

No hubo tanta suerte en 1993 cuando en el propio Kentucky un alumno terminó asesinando a dos personas inspirado por la obra. Sólo tres años después la historia se repitió en Wasinghton con la muerte de un par de estudiantes y un profesor. Al año siguiente, en 1997, nuevamente en Kentucky otro alumno asesinó a tres estudiantes.

En todos los casos se puedo demostrar la implicación de la obra de Stephen King. Por eso, el escritor, impresionado por lo ocurrido, retiró su obra de la circulación prohibiendo su publicación. Después escribió un ensayo titulado «Armas», donde abordaba la problemática, destinando todas las ganancias por su venta a campañas de prevención de la violencia.

5. El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger

Publicado en 1951, la historia narrada en la obra parte de una premisa muy sencilla; un adolescente llamado Holden Caulfield cuenta como, tras ser expulsado de varios colegios siendo un mal estudiante, decide huir de su casa para ir a Nueva York, a un hotel de mala muerte.

La obra fue un absoluto éxito y es una de las más leídas y reconocidas de la literatura estadounidense, gracias al retrato directo y descarnado que hace de la adolescencia.

El problema es que al parecer ese desapego del protagonista por todo y por todos, sintiéndose desarraigado de su propia sociedad, parece haber hecho que múltiples asesino se sintiesen identificados con la obra.

Ente los múltiples crímenes en los que el libro resultó ser la obra de cabecera de los asesinos, destacan los de John Bardo, que asesinó a la actriz Rebecca Schaeffer. También John Hinkley que intentó asesinar, frente a un hotel de Washington, D.C., ni más ni menos que al entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan. El presidente resultó gravemente herido junto al secretario de prensa de la Casa Blanca, James Brady, a un agente del Servicio Secreto y a un policía. Hinkley llevaba encima una copia de la obra de J. D. Sallinger.

Sin embargo, no es este el crimen más famoso atribuido a esta novela, sino que lo es el asesinato del famoso componente de los Beatles, John Lennon. Mark David Chapman, un admirador del cantante, lo asesinó de cinco disparos por la espalda. Después, se sentó a leer tranquilamente “El guardian entre el centeno”, que llevaba encima, mientras aguardaba a la policía.

6. La naranja mecánica, de Anthony Burgess

La novela fue publicada en 1962. En la historia, un adolescente cuenta como, en un futuro distópico donde predomina la violencia, se ve inmerso en hechos violentos y el consumo de estupefacientes, mientras narra las experiencias de su grupo en su paso por reformatorios y prisiones.

El libro es considerado una obra maestra hasta nuestros días. Aunque esto no evita su terrible leyenda negra. Inspirado, como el propio autor reconoció en la violación de Lynne, su primera esposa, por parte de cuatro soldados estadounidenses, la novela ha sido acusada de servir de inspiración a su vez para numerosos crímenes desde el momento de su publicación. Como el ocurrido en 1973, cuando un joven de 16 años, vestido como uno de los miembros de la pandilla en la historia, apuñaló a otro joven de 14 años o una violación colectiva a una chica alemana en Lancashire mientras cantaban «Singin’ In The Rain».

7. El Coleccionista, de John Fowles

Publicado en 1963, narra la historia de Frederik Clegg, un coleccionista de mariposas, tan obsesionado con una joven llamada Miranda que termina secuestrándola con la esperanza de sumarla a su colección de objetos bellos e inanimados.

Lamentablemente, varios perturbados encontraron en la novela su fuente de inspiración.

A mediados de los 80, Leonard Lake y Charles Ng violaron, torturaron y asesinaron a unas once o 25 víctimas en una cabaña remota en el condado de Calaveras, California. Todo como parte de su plan para encontrar su propia «Miranda», tal y como revelaron en unos vídeos y un diario que Lake enterró cerca de su casa.

También el asesino australiano Christopher Wilder, que secuestró y agredió sexualmente al menos a doce mujeres y adolescentes, asesinados a ocho de ellas, en los Estados Unidos, tenía en su poder una copia de ´El coleccionista´ cuando se suicidó en 1984.

Finalmente, Robert Berdella fue condenado en 1988 por la violación, tortura y asesinato de seis hombres a los que había retenido en su tétrica mansión de las afueras de Kansas City, en Missouri. Bordella no tuvo reparo en explicar que “El coleccionista” le había dado la idea de iniciar su propia colección de mariposas.

Como vemos el poder de la palabra no es algo que deba tomarse a la ligera. Por eso, todos aquellos que, como yo, queráis dedicaros a la escritura, debéis tener siempre mucho cuidado con el efecto que vuestras palabras pueden tener sobre las mentes frágiles y perturbadas de algunos de nuestros posibles lectores.

De hecho, debo confesaros que, en mi última obra, “Jack el destripador, el mito equivocado”, al realizar mi investigación y ver la manera de plasmarla en el papel, tuve muchos reparos personales en como hacerlo para no alentar una lectura morbosa, ni faltar el respeto a las víctimas con un tema tan delicado como un asesino en serie real.

Y con esto llegamos al final del video artículo de hoy. Os dejo con el video del canal y, ya sabéis, dadle al «like» si os ha gustado, que no sabéis lo importante que es para la subsistencia del canal, suscribíos, aquí y al canal de Youtube, si aún no lo habéis hecho, y dad a la campanita para que os avisen cuando suba nuevos contenidos.

Hasta la semana que viene.

Libros Asesinos. 7 libros que inspiraron crímenes reales.
7 libros que inspiraron crímenes reales

Los misterios de Philip K. Dick

Los misterios de Philip K. Dick
Los misterios de Philip K. Dick

Con los misterios de Philip K. Dick regresamos a la sección dedicada a los misterios de la literatura. Hoy daremos un breve pero intenso repaso a la vida y misterios de Philip K. Dick. Uno de los escritores de ciencia ficción más influyentes, controvertidos y extraños de todos los tiempos y al que probablemente asociéis de inmediato con la inmortal película Blade Runner basada en su obra ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Su nombre completo era Philip Kindred Dick. Nació en Chicago, Illinois el 16 de diciembre de 1928 y murió en Santa Ana, California el 2 de marzo de 1982 con sólo 54 años de edad.

Philip K. Dick nació de forma prematura junto a su hermana melliza Jane Charlotte Dick. Sus padres eran Dorothy Kindred Dick y Joseph Edgar Dick en Chicago, un investigador de delitos económicos que trabajaba para el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. 

Después de que su padre contratase un seguro de vida familiar, el inspector de éste descubrió el estado lamentable de desnutrición de los recién nacidos y ordenó enviarlos al hospital. Lamentablemente la pequeña Jane falleció de camino al hospital. Tenía apenas cinco semanas de edad y este episodio marcó ya la infancia de Philip K. Dick y muchas de sus obras posteriores.

Los padres de Dick terminaron por divorciarse y su madre conseguiría su custodia cuando el tenía unos cinco años de edad, yéndose ambos a residir a Washington D. C.

Philip K. Dick no fue un buen estudiante, llegó a sacar un suficiente en redacción, lo que no evitaba que ya con temprana edad sus profesores comentaran que demostraba interés y talento para contar historias. La realidad es que, aunque demostraba una inteligencia por encima de la media, ésta vino acompañado de una fuerte agorafobia que le obligó a consumir fármacos desde su adolescencia y le impidió cursar sus estudios con normalidad.

Tras sus secundarios pasó una breve temporada estudiando en la Universidad de California en Berkeley, intentando especializarse en alemán, algo que tampoco llevaría a buen puerto. Pasó por diversos trabajos llegando a ser presentador de programa de música clásica de la emisora de radio KSMO en 1947 e incluso vendedor de discos.

Sería en 1952, tras publicar su primera historia corta de ciencia ficción, “Beyond Lies the Wub”, que decidiría dedicarse a la escritura a tiempo casi completo. Una decisión muy valiente pero complicada. Aquellos fueron años muy complicados y de grandes problemas económicos. En 1955 conseguiría publicar su primera novela “Solar Lottery”, momento a partir del cual empezaría su despegue definitivo como escritor.

Durante los años sesenta entabló relaciones con la contracultura y los movimientos izquierdistas, declarándose contrario a la guerra del Vietnam. Todo ello llevó a que él y su mujer entonces, Kleo Apostolides, fuesen investigados por el FBI.

El reconocimiento de la crítica le llegó a Philip K. Dick en 1963, cuando ganó el Premio Hugo por su novela «El hombre en el castillo«. Aunque Dick fue entonces aclamado como un genio en el mundo de la ciencia ficción, siguió siendo un desconocido para el resto del mundo literario, por lo que sólo pudo publicar sus libros en editoriales especializadas que pagaban poco. En consecuencia, aunque publicó novelas regularmente durante los siguientes años, siguió teniendo dificultades económicas casi hasta el final de sus días.

Philip K. Dick se casó cinco veces y tuvo dos hijas (Laura e Isa) y un hijo (Christopher). Todos sus matrimonios terminaron en divorcio, en un reflejo más de su vida atropellada en la que si algo no hubo nunca fue estabilidad emocional.

Tras años de abuso de drogas y enfermedades mentales, murió empobrecido y sin reputación literaria fuera de los círculos de la ciencia ficción. Philip K. Dick falleció el 2 de marzo de 1982 en Santa Ana, California, meses antes del estreno millonario de la primera película de Blade Runner.

Sin embargo, Philip K Dick también fue protagonistas de una serie de extrañas experiencias que trascendieron su propia obra y que ha llegado el momento de repasar.

1. El Imperio que nunca cayó.

A la edad aproximada de 13 años, Dick tuvo un sueño recurrente durante varias semanas. Soñaba que estaba en una librería, tratando de encontrar un número de la revista Astounding Magazine. El número en cuestión se suponía que contenía la historia El Imperio nunca cayó, la cual le revelaría los secretos del universo.

A medida que el sueño persistía, la pila de revistas en las que buscaba era cada vez más pequeña, pero nunca llegó a la última revista. Finalmente, Dick llegó a tener miedo de que llegar a descubrir la revista lo volviese loco (como en el Necronomicón de Lovecraft o El rey de amarillo de Chambers, prometiéndole al lector la locura.

Aunque estos sueños cesaron la frase Philip K. Dick mantuvo su obsesión, hasta el punto que sobre esa misma frase girarían dos de sus obras más controvertidas, complicadas y personales, VALIS y Exégesis. Esta última una obra de más de 8.000 páginas que comprende una suerte de extraños diarios.

2. La doble vida de Philip K. Dick

El 20 de febrero de 1974 Philip K. Dick fue sometido a cirugía dental para extraerle una muela del juicio rotas. Se recuperaba de los efectos del pentotal sódico administrado durante la extracción de una muela del juicio rota cuando recibió en su casa un envío de analgésicos. La mujer que le traía el paquete llevaba un colgante con un símbolo en forma de pez al que llamó «vesícula Piscis».

Aquello fue el disparador de extrañas visiones que el mismo describiría como que: «experimentaba una invasión de mi mente por una mente transcendentalmente racional, como si yo hubiese estado loco toda mi vida y de repente me hubiese vuelto cuerdo».

Las visiones aumentaron siendo cada vez más largas y detalladas, llegando un momento en que Dick se convenció de que había comenzado a vivir una doble vida: una como él mismo y otra como Tomás, un cristiano perseguido por los romanos en el siglo I d. C.

Algo que puede sonar a puras alucinaciones e incluso a algún tipo de brote esquizofrénico. Sin embargo, lo realmente fascinante es que su mujer en aquellos momentos aseguraba que cuando Philip K. Dick se encontraba poseído por Tomás, comenzaba a hablar en latín, griego y arameo, idiomas que no conocía.

3. VALIS o SIVAINVI

Buscando una explicación a lo que estaba experimentando desde que en 1974 comenzasen sus visiones, Philip K. Dick llegó a afirmar que había establecido contacto con una entidad divina de algún tipo, a la que se refería como Cebra, Dios, o más frecuentemente VALIS, un acrónicmo en inglés de Vast Active Living Intelligence System, es decir un Sistema de Vasta Inteligencia Viva conocido en castellano como SIVAINVI.

Dick llegó a teorizar sobre la posibilidad de que esta inteligencia usara un satélite de algún tipo que usaba rayos para comunicarse con la gente de la Tierra, usando lo que él denominó un «estímulo desinhibidor» para predisponer a los sujetos a la comunicación, en su caso la vesícula Piscis.

Es fácil pensar que todo esto no era más que fruto de su abuso de los analgésicos y drogas, pero existe un episodio de su vida que puede que haga que nos replanteemos esta fácil explicación.

4. La premomonición de la enfermedad de su hijo

Mientras Dick escuchaba una estrofa de la canción Strawberry fields forever, creyó recibir un mensaje de SIVAINVI que le advertía de su hijo tenía una hernia inguinal derecha estrangulada. Aunque se sometió al niño a los chequeos rutinarios del bebé no descubrieron ningún defecto ni enfermedad. Sin embargo, Dick insistió en que se le efectuasen pruebas más exhaustivas. Para desconcierto de los propios médicos, estos finalmente descubrieron la hernia y se dieron cuenta que había que operar de inmediato o peligraba la vida del niño. Afortunadamente la operación fue bien y el hijo de Dick se recuperó.

5. El gemelo fantasma.

Por si todas estas experiencias místicas fueran poco, Philick K. Dick mantuvo también toda su vida una extraña obsesión con su hermana melliza fallecida al poco de nacer, Jane Charlotte.

Dick decía que estaba en contacto con su hermana fallecida y que, en cierto modo, esta hablaba a través de él. Creía que estaba agazapada en su mente, enlazada a sus sinapsis y no siempre con buenas intenciones. Un auténtico gemelo fantasma que reflejaría en sus obras. Probablemente una sombra de un conflicto interior no resuelto por el que siempre se preguntó por qué había sobrevivido él y no su hermana. Algo que reflejó en varias de sus obras en las que se abordó el tema del gemelo fantasma.

5. El androide Philip K. Dick llamado PKD

Ni con su muerte terminaron los misterios que rodearon a Philip K. Dick. En 2004, veintidós años después de la muerte de Dick, como si de una de las novelas del autor se tratase, el joven inventor David Hanson, especialista en robótica de la Universidad de Dallas creó una piel sintética sumamente realista a la que bautizó «Frubber».

Con ese material realizó una réplica de la cabeza de Philip K. Dick. Tras conocer a una serie de programadores que estaban desarrollando un programa educacional llamado AutoTutor, decidieron aunar habilidades y crearon un fabuloso androide el PKD, bautizado con las iniciales de Dick del que era una perfecta réplica.

El robot era capaz de mantener una conversación con la misma voz e incluso con las ideas del mismo escritor, extraídas de cientos de entrevista. Su realismo era tal que la misma hija de Dick quedó asombrada por el parecido con su padre.

En una especie de broma macabra del destino, en 2005 y Google invitó a David Hanson a sus oficinas en Santa Clara. El inventor llevaba consigo la cabeza del PKD y durante el viaje ésta se extravió o fue robada.  Sea como fuere y, aunque se construyeron nuevas versiones del robot, ésta jamás fue hallada y hasta hoy se mantiene el misterio sobre cuál fue el destino de la cabeza del clon robótico de Philip K. Dick.

Philip K. Dick fue un hombre perseguido por su pesadillas y alucinaciones que vivió permanentemente entre dos realidades distintas. Fuese efecto de las drogas, de las medicinas, la enfermedad o ¿por qué no? de otros planos de la realidad, lo cierto es que nos legó una obra donde la maravilla, el asombro y lo imposible fue puesto a nuestro alcance. Nada mejor para despedir a Dick que sus propias palabras en una obra que estoy seguro que reconocéis:

“Yo he visto cosas que ustedes no creerían. Naves de ataque en llamas más allá del hombro de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

Y hasta aquí los misterios de la literatura de esta semana. Volveremos con más y mejor la semana que viene. Recordad que continua el sorteo de una biblioteca completa de libros para todos los que comentéis para celebrar haber superado los 1000 suscriptores. Tenéis las condiciones exactas en la descripción del vídeo que os dejo ,como siempre, a continuación.

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Hasta la semana que viene

Los misterios de Philip K Dick. Misterios de la literatura
Los misterios de Philip K. Dick

Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Los secretos de "Cuento de Navidad"
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Hoy abordamos los secreos de “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Seguimos en Navidad y como ya os adelantaba en el video artículo pasado dedicado a las curiosidades literarias navideñas, hoy nos vamos a dedicar en exclusiva a este cuento navideño. Un relato que para muchos es el responsable de crear la Navidad como la conocemos.

Titulado «A Chistmas Carol», originalmente, en castellano lo conocemos como “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Dejemos que nos visite el fantasma de las navidades pasadas, el de las navidades presentes y el de las navidades futuras y empecemos….

Aunque hoy no quiero extenderme en la vida de Charles Dickens, si es conveniente que hagamos un ligero repaso por su figura antes de adentrarnos en su famoso relato.

Charles Dickens
Charles Dickens

Charles Dickens nació el 7 de febrero de 1812, en Portsmouth, en el seno de una familia humilde. Su padre era John Dickens, un oficinista de la Pagaduría de la Armada en el arsenal del puerto de Portsmouth, y de Elizabeth Barrow. Aunque comenzó a asistir a la escuela a los nueve años, sus estudios quedaron interrumpidos muy pronto, cuando sólo tenía once años, debido al encarcelamiento de su padre por no pagar sus deudas. Algo lamentablemente habitual en la época.

Aquello le obligó a ponerse a trabajar en la empresa londinense Warren’s boot-blacking factory, una fábrica de betún para calzado, ubicada cerca de la estación ferroviaria de Charing Cross. Fue una época en la que vivió en carnes propias la explotación infantil tan habitual en la Inglaterra del siglo XIX. Algo que le marcó e influyó decisivamente en algunas de sus obras, muy especialmente en «David Copperfield».

Aunque pudo recibir clases de forma esporádica lo cierto es que toda su formación fue totalmente autodidacta. Algo muy meritorio que le llevó en 1827 a conseguir trabajo, primero como secretario legal y después como periodista en el Parlamento. En esa época conoció a María Beadnell, pero su familia lo rechazó como pretendiente por lo que, tras cuatro años de relaciones, se separaron. Para entonces ya estaba trabajando como reportero en una publicación de su tío, The Mirror of Parliament, y para el periódico liberal The Morning Chronicle.

En diciembre de 1833, empezó su carrera literaria, publicando con el seudónimo de Boz, en The Monthly Magazine, revista que editaba su amigo George Hogarth.  Se trataba principalmente de descripciones de la vida cotidiana de Londres.  El libro “Los apuntes de Boz” (1836), fue su primer gran éxito, lo que le permitió casarse con Catherine Hogarth en ese mismo año. Sin embargo, su consolidación como novelista llegaría con su obra “Los Papeles póstumos del club Pickwick” (1836-1837), publicado en entregas mensuales. Un formato innovador que sería después copiado por numerosas editoriales.

A partir de aquí el éxito le acompañó el resto de su carrera, convirtiéndole en uno de los hombres más famosos y populares de su época. Charles Dickens murió en Gad’s Hill Place, Higham, Kent, Inglaterra, el 9 de junio de 1870 tras sufrir una apoplejía y fue enterrado cinco días más tarde en la abadía de Westminster.

Actualmente Charles Dickens es considerado por muchos como el verdadero inventor de la Navidad, tal y como la conocemos. Fama que debe en gran medida a “Un cuento de Navidad” publicado el 19 de diciembre de 1843.

Y ahora sí, ha llegado el momento de descubrir los secretos de «Cuento de Navidad»

1.- La Navidad es blanca porque así la describió Dickens

Aunque ahora todos asociamos la Navidad con la nieve, no era así antes de 1843, cuando se publicó “Cuento de Navidad”. ´Lo cierto es que a finales de diciembre nunca nieva en medio mundo porque es verano y en el otro medio, pese a ser invierno, la nieve es bastante escasa, salvo en el norte de Europa.

Charles Dickens es el responsable de describir la Navidad como una eterna nevada en su “Cuento de Navidad”, lo que desde entonces se trasladó a la mayoría de cuentos navideños. El motivo por el que Dickens asociaba la Navidad con la nieve proviene de su infancia. El escritor sufrió cuando era apenas un niño la década más fría que vivió Reino Unido en el siglo XIX, con nieve por todas partes y hasta el Támesis helado… Una experiencia que Dickens idealizó y trasladó a sus cuentos.

2.- El pavo y la cena de Navidad

Como os explicaba en el video artículo pasado la fiesta navideña hasta mediados del siglo XIX era el “Boxing Day”, una celebración en la que los ricos entregaban una caja con regalos a sus sirvientes. Algo, a su vez heredado de los romanos, y que hoy en día es el origen de la cesta de navidad de las empresas. Sin embargo, estas fiestas navideñas no tenían buena fama, ya que sólo la celebraban las clases acomodadas, por lo que se consideraban fiestas clasistas, por no hablar de que se relacionaban con el papismo en un país que era esencialmente anglicano.

Durante estas celebraciones la comida habitual era el ganso. Sin embargo, en su relato Dickens hace que Scrooge, una vez transformado por el espíritu navideño, mande a un niño comprar y llevar un pavo a la casa de su secretario para celebrar un gran banquete de Navidad.

De esta forma, Dickens cambio la cena habitual por el pavo, lo que no debió gustarle muchos a éstos. Además de convertir la cena, hasta entonces clasista y de gente acomodada, en un banquete, símbolo de amor y alegría donde lo principal en dar y compartir.

3.- Happy Christmas o Merry Christmas.

En inglés es habitual la expresión Merry Christmas, sin embargo, hasta “Cuento de Navidad” lo habitual era “Happy Christmas”.  

Esta expresión, que puso de moda Dickens en su relato, proviene de que a éste le gustaba mucho un villancico: “God Rest You Merry, Gentlemen”. En realidad, la palabra “Merry” no significa únicamente “feliz”, sino que se asocia, más que a un deseo, a un sentimiento de alegría, de prosperidad, de hermanamiento y buena voluntad.

“Merry Christmas” aparece 21 veces en “Un cuento de Navidad”, y desde entonces es la felicitación habitual y más usada en inglés y también en otros idiomas.

4.- Scrooge pudo basarse en el propio padre de Dickens.

Charles Dickens amaba la Navidad, pero su más famoso personaje navideño, Ebenezer Scrooge, es un anciano avaro y explotador que, en el relato, es visitado por el fantasma de su antiguo socio, Jacob Marley, y luego por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura.

No es descabellado pensar que fue John Dickens, el padre del autor, el personaje real escondido tras el temible Ebenezer Scrooge. John Dickens era un timador, tacaño y rácano que perjudicó gravemente a su propia familia, lo que le aproxima bastante a Scrooge. Aunque en la historia es aún, peor de lo que era el padre de Dickens. Scrooge no solo es avaro y rácano, es un hombre sin afectos por lo humano, un patrón cruel, un tío que rechaza a su afable sobrino y a su familia, un disidente radical de la fraternidad navideña.

5.- Marley fue un personaje real.

El socio muerto de Scrooge, Jacob Marley, que avisa a este de la próxima visita de los fantasmas navideños, fue un personaje real. En la obra “The Annotated Christmas Carol”, de Michael Patrick Hearn, se explica que Dickens asistió a la misma fiesta de San Patricio que un tal Dr. Miles Marley. Conociendo el interés de Dickens por los nombres inusuales, el Dr. Marley le comentó su propio e inusual apellido. La respuesta de Dickens fue: «Su nombre será una palabra familiar antes de que acabe el año». Y cumplió su palabra.

Y Dickens cumplió su palabra…

6.- El cuento fue concebido como una protesta contra la pobreza infantil.

En 1843 el gobierno británico publicó un informe sobre la gravedad del trabajo infantil en el país. Dickens, que había sufrido en sus propias carnes la explotación infantil, estaba furioso por esta situación. Dickens visitó a su hermana en Manchester y aprovechó esos días para encontrarse con representantes de organizaciones de caridad que ayudaban a las clases más desposeídas en esa ciudad industrial. También en 1843 recorrió uno de los colegios más pobres de Londres, dedicado a educar a los jóvenes destituidos de la capital inglesa.

Decidido a hacer algo con esta terrible situación pensó, como primera reacción, escribir un panfleto utilizando su vasta experiencia como periodista político. Pero luego cambió de parecer. Al parecer, le escribió a un amigo diciendo que «en lugar de un panfleto escribiré algo en Navidad que tendría 20 veces más fuerza».  Y lo consiguió sobradamente..

7. El relato fue escrito febrilmente en seis semanas.

Dickens fuertemente inspirado y comprometido con su relato, no tardó ni dos meses en escribir su famoso “Cuento de Navidad”. Se cuenta que Dickens reía y lloraba esporádicamente durante el proceso de escritura y daba larguísimos paseos nocturnos por Londres cuando toda la gente sobria se había ido a la cama. 

Finalmente consiguió terminar su obra a tiempo de publicarlo antes de Navidad, el 17 de diciembre de 1843.

8. Dickens se autopublicó “Un cuento de Navidad”

Como su anterior libro no se vendió bien, Dickens no pudo encontrar un editor para «Cuento de Navidad», así que él mismo pagó la impresión. La primera edición -con un precio de 5 chelines (unos 30 dólares)- salió a la venta el 19 de diciembre de 1843 y se agotó en Navidad. Sin embargo, Dickens sólo ganó £130 debido al alto costo del papel utilizado y el empaste. Se molestó tanto que cambió de grupo editorial. Se imprimieron dos ediciones más antes de finalizar el año, una semana después, siendo ya un éxito imparable.

9. Fue el primero y el último de sus escritos que Dickens leyó en público.

Dickens fue uno de los primeros escritores famosos en dar lecturas públicas. Su primera lectura fue la de «Cuento de Navidad». Tuvo lugar en 1853 en Birmingham, Inglaterra, para una reunión de 2000 espectadores.

Charles Dickens incluso creó un ejemplar especial de «Cuento de Navidad» para las lecturas públicas. En él escribía notas sobre cómo pronunciar las líneas y «representaba» estas lecturas como un actor en el escenario. Existe un ejemplar de este tipo, que el autor utilizó en su lectura en EEUU, propiedad de la Colección Berg de literatura inglesa y americana de la Biblioteca Pública de Nueva York.

Dickens también seguía un peculiar rito para sus actuaciones. Antes de sus lecturas desayunaba dos cucharadas de ron con crema. Más tarde, tomaba una pinta de champán, y justo antes de la actuación, bebía un jerez con un huevo crudo batido en él. Durante la lectura tomaba un té de carne y tomaba una sopa justo antes de acostarse.

Cuando su salud empezó a deteriorarse, 17 años después de su primera actuación pública, Dickens hizo su última lectura de «Cuento de Navidad» en el St. James’ Hall de Piccadilly. Murió tres meses después, convirtiéndose así su famoso relato en el primero y último que leyó en público.

10. Cuento de Navidad es en gran parte responsable de la tradición de la caridad navideña

Quizá la característica fundamental de la Navidad que celebramos hoy en día en todo el mundo es precisamente la caridad que se vive en estos días. Pues, para despedirnos de “Cuento de Navidad” de Dickens nada mejor que resaltar que fue esta obra una de las principales fuentes de esta tradición.

En 1844, el año siguiente a su publicación, los periódicos británicos atribuyeron a la popularidad de la novela de Dickens un aumento de las donaciones benéficas en Navidad. Aunque dar a los necesitados no era un concepto nuevo en la época navideña, el libro de Dickens inspiró a mucha gente.

Después de leer el libro en 1847, Robert Louis Stevenson escribió: «Quiero salir a consolar a alguien; nunca escucharé las tonterías que le dicen a uno sobre no dar dinero: daré dinero; no es que no lo haya hecho siempre, pero ahora lo haré con la cabeza bien alta».

Se cuenta que una niña que vendía frutas y verduras en el mercado de Covent Garden tras enterarse del fallecimiento del autor, ocurrido el 9 de junio de 1870 debido a una apoplejía preguntó: Charles Dickens está muerto, ¿entonces también morirá Papá Noel?”.

Creo que la anécdota lo dice todo sobre la influencia de este inolvidable autor en la Navidad. Y ahora es el momento perfecto de recordarlo, así que ya estáis tardando en leer “Cuento de Navidad” de Charles Dickens o por lo menos ver alguna de las innumerables adaptaciones que se han hecho de esta historia por tierra, mar y aire.

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¡Feliz Navidad y buena salida y entrada de año para todos!

Los secretos de "Cuento de Navidad" de Charles Dickens
Los secretos de «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX"
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX». Hoy vamos a rescatar una de las obras más desconocidas y misteriosas de Julio Verne. Este escritor, que es imposible que no conozcáis es probablemente el autor cuyas profecías literarias más han acertado e influido en el mundo actual. Un escritor cuya vida y obra está tan llena de misterio que puede llenar por sí sola innumerables capítulos de Misterios de la Literatura.

Así que os prometo volver sobre su figura en futuras entregas. Sin embargo, hoy quiero centrarme en una de sus obras más polémicas. Una novela que estuvo oculta durante más de 130 años: “París en el siglo XX”.

“París en el siglo XX”. es una novela escrita por Julio Verne que fue publicada por primera vez en francés en 1994. Es considerada como la novela perdida o la novela oculta de Julio Verne, ya que fue escrita en 1863 y se mantuvo oculta durante más de ciento treinta años.

El editor Pierre J. Hetzel había sido el único en confiar en Julio Verne al publicar «Cinco semanas en globo» en enero de 1863 (cuando el escritor ya contaba 35 años). Sin embargo, el siguiente libro que presentó el autor, «París en el siglo XX», cambiaba totalmente el registro de un modo que a Hetzel no le gustó nada.

Sus críticas fueron demoledoras, incluso insultantes («un desastre… como escrito por un niño… nada original… mediocre… sin chispa») y quedaron consignadas en los márgenes del manuscrito original y en el borrador de una carta dirigida a Verne.

Hetzel era un buen editor y conocía los gustos del público, como quedó ampliamente demostrado. Vió en aquel manuscrito un estilo excesivamente teatral, unos personajes endebles y una línea narrativa poco sólida, todo lo cual era cierto y producto de la bisoñez de Verne.

Además, esa visión pesimista del futuro no se correspondía con el luminoso proyecto de los «Viajes Extraordinarios» que Hetzel tenía en mente. El editor sabía que el éxito se encontraba en acercar el saber humano a los jóvenes media nte una serie de novelas en las que se exaltara la exploración científica y el avance tecnológico.

“Ha emprendido usted una tarea imposible y —como sus predecesores en cosas análogas— tampoco ha conseguido llevarla a buen fin. Está cien pies por debajo de Cinco semanas en Globo. Si la vuelve a leer estará de acuerdo conmigo. Es periodismo barato y sobre un tema nada afortunado.

No esperaba una cosa perfecta; le vuelvo a decir que sabía que estaba intentando algo imposible, pero esperaba algo mejor. Aquí no hay resuelta ninguna cuestión de futuro serio, ninguna crítica que no parezca una caricatura ya hecha y rehecha, y si algo me asombra es que haya podido usted hacer, como en un arrebato y empujado por algún dios, algo tan penoso, tan poco vivo…

No está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años. Mi querido Verne, fuera usted profeta, nadie creería hoy en su profecía».

Aquello fue definitivo. La siguiente obra de Verne en ver la luz sería otra novela de aventuras, «Viajes y aventuras del capitán Hatteras» y su vena futurista/pesimista quedó enterrada. El manuscrito se olvidó y durante mucho tiempo se creyó perdido.

En los años ochenta del siglo XX, se confirmó su existencia gracias al hallazgo del borrador de la corrosiva carta de Hetzel, a la que hemos hecho referencia antes, y unos años después el bisnieto de Verne encontró el manuscrito olvidado dentro de una caja fuerte que había pertenecido a su abuelo y cuya llave se había perdido.

Cuando se publicó, en 1995, se convirtió en un éxito editorial y fue recibido por los críticos como un trabajo de «importancia histórica inestimable». Incluso se sugirió que se le otorgase el premio Hugo (el máximo galardón que se otorga a obras de ciencia-ficción publicadas el año precedente).

Los expertos vernianos afirmaron incluso que ningún otro de los trabajos del autor se había acercado tanto a la imagen del futuro como esta obra, por mucho que la calidad literaria y la línea argumental, casi inexistente, son propias de una obra primeriza.

A menudo se suele presentar a Julio Verne como un precursor visionario de la tecnología en su vertiente más luminosa, poniendo como ejemplo dos de sus novelas más famosas, «De la Tierra a la Luna» y «Viaje alrededor de la Luna», en las que el ingenio humano es capaz de salvar obstáculos aparentemente infranqueables.

Los héroes de sus novelas son frecuentemente personajes ejemplares, íntegros y valerosos como Miguel Strogoff; o sabios un tanto excéntricos pero llenos de energía y pasión, como el profesor Lidenbrock de «Viaje al Centro de la Tierra» o Paganel, de «Los Hijos del Capitán Grant». Sus conocimientos, unidos a la rectitud moral y al coraje, les hacen salir airosos de empresas colosales, en ocasiones haciendo uso de la tecnología y la ciencia.

Pero lo cierto es que, en el fondo, Verne era un conservador que abrigaba no pocas reservas hacia el progreso técnico y las consecuencias de este sobre la sociedad. Esta cara oscura siempre estuvo presente (el Nautilus del capitán Nemo no sólo es un maravilloso invento, sino que también era un arma temible que condena a muerte a cientos de personas).

Sin embargo, fue en la última etapa de su producción donde se hace más patente: «Los 500 millones de la princesa india», «Robur el Conquistador» o «Ante la bandera» son buenos ejemplos de esta visión mucho más pesimista del autor.

En la novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX» el protagonista del libro, Michel Dufrenoy, es un poeta frustrado. La sociedad del siglo XX desprecia todo aquello que no es práctico y rentable. Todo está centrado en el dinero: «El demonio de la fortuna los empujaba hacia delante sin piedad ni descanso», escribe Verne. Ello ha llevado a una obsesión por las ciencias y la técnica que ha convertido en objeto de ridículo a aquellos que demuestran interés o talento en las artes, la literatura o los conocimientos humanísticos.

Verne habla de un barrio en el que «no se ofrecía un solo alojamiento a los habitantes de la capital; entre otros la Cité, donde se erguían el Tribunal de Comercio, el Palacio de Justicia, la Jefatura de Policía, la catedral, el depósito de cadáveres, es decir, lo necesario para ser juzgado, condenado, encarcelado, enterrado e incluso salvado. Los edificios habían expulsado a las casas».

Lo curioso es que en la actualidad existe un barrio parisino que lleva el mismo nombre, construido más de cien años después de escribirse este libro y veinte años antes de que se publicara.

Verne predice también que en el patio del Louvre se construiría una estructura moderna y geométrica. La famosa pirámide de cristal de I.M. Pei se terminó en 1989 en el mismo lugar que menciona la novela. También predijo una estructura parecida a la Torre Eiffel, aunque esta se construiría 24 años más tarde, en 1887. Anticipó asimismo los altos edificios de pequeños apartamentos y la necesidad de adaptar los muebles a esos diminutos espacios, así como un altísimo grado de polución ambiental.

París se ha convertido en una ciudad enorme en la que sus ciudadanos acceden a los suburbios gracias a una red de trenes de cercanías. El transporte urbano se completa con un ferrocarril ligero y elevado impulsado por una combinación de aire comprimido y fuerza electromagnética.

La energía es generada por molinos eólicos; las calles se iluminan con lámparas eléctricas que se encienden y apagan centralizadamente; las casas tienen portero automático, aire acondicionado y ascensor; los automóviles se impulsan por gas hidrógeno; en los bancos se utiliza un trasunto de fax, las cuentas se realizan con máquinas calculadoras y las cajas fuertes disponen de mecanismos eléctricos de seguridad, el gobierno utiliza la silla eléctrica para ejecutar a los reos …

Por supuesto, también hay otras predicciones que no han llegado a cumplirse, como la desaparición de las guerras o la muerte de la política. Aunque no se ha alejado tanto de la realidad ya que realmente en Europa y el mundo occidental las guerras son casi inexistentes precisamente por el motivo que explicaba Verne. Las armas son tan potentes que la devastación sería global.

Con todo esto, unido a sus otras grandes novelas donde abundan las predicciones increíbles, es imposible no preguntarse si Verne era algún tipo de adivino. Lo cierto es que aunque hay algunas predicciones difíciles de explicar, como veremos en futuros artículos, Verne se basaba realmente en una erudición y preparación documental simplemente excepcional.

Verne era un ávido lector de todo tipo de revistas especializadas, y a lo largo de los años, organizó una enorme base de datos, de la que extraía la información que precisaba para los detalles técnicos, científicos y geográficos de sus novelas. Muchas de las invenciones futuristas que describe no eran sino descripciones algo mejoradas de invenciones recientes o cuyas investigaciones se hallaban bastante avanzadas.

Por ejemplo, los coches que Verne describe se basan en el motor de explosión que Lenoir había inventado en 1859. El «fax» no es sino el Pantelégrafo Caelli, inventado en 1859, que permitía la reproducción telegráfica de la escritura y el dibujo. Y el ascensor de Otis fue instalado en un edificio por primera vez en 1853.

Sea como fuere Julio Verne fue un escritor excepcional sobre el que volveremos muy pronto. Ahora os dejo, adictos a la literatura, con el video de mi canal de youtube . No olvidéis suscribiros si os ha gustado y dar a la campanita para que os lleguen las notificaciones.

Paris siglo XX. La novela oculta de Julio Verne
La novela oculta de Julio Verne: “Paris en el siglo XX»

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