Drácula es sin duda la novela gótica más popular y probablemente una de las novelas más importantes de todos los tiempos. Aunque es difícil encontrar a alguien que no haya oído hablar del Conde Drácula, personaje inmortalizado para la imaginería popular en esta obra, no es tan fácil encontrar a quien conozca a su autor Bram Stoker.
Este autor irlandés se llamaba realmente Abraham Stoker, nació el 8 de noviembre de 1847 en Clontarf y falleció el 20 de abril de 1920 en Londres. Su familia era de clase burguesa y poco acomodada. Stoker fue un niño enfermizo que pasó largos años en cama, recibiendo clases privadas y sometido a la terapia de distintos médicos. Con diecisiete años estudió en el Trinity College, llegando a graduarse en matemáticas y ciencias. Trabajó durante la mayor parte de su vida como funcionario y crítico teatral. Aunque escribió diversos relatos de terror y obras teatrales, no conoció la fama hasta la publicación en 1897 de Drácula, que se convertiría inmediatamente en una obra inmortal.
Para realizar su novela se basó principalmente en Vlad Tepes “El Empalador”, príncipe rumano conocido universalmente por su extrema crueldad y sadismo, aunque venerado en su tierra natal por su lucha contra los turcos. Recibió también influencias de personajes reales como Erzsébet Báthory, y de su, más que probable, pertenencia a la sociedad secreta llamada Golden Dawn, donde varios escritores famosos se reunían para compartir ideas sobre ocultismo, magia y hermetismo.
Drácula es una novela estructurada a modo de diarios ,que narra la historia del Conde Drácula y su enfrentamiento con el profesor Van Helsing. La mejor parte de la novela es el «Diario de Jonathan Harker», donde se narra el viaje de este personajes a Transilvania.
Las descripciones de las montañas de los Cárpatos y sus oscuros demonios, pasarán a la historia como uno de las mejores y más terroríficas descripciones de todos los tiempos.
A pesar de que Drácula ha sido adaptada en todos los medios habidos y por haber (cine, televisión, comic, teatro, etc…), lo cierto es que aún ningún autor ha sido capaz de emular la fascinación y a la vez repugnancia que Bram Stoker es capaz de transmitir en sus páginas alrededor del personaje del vampiro. Una mezcla de romanticismo, perversión, sadismo e incluso masoquismo, más o menos disimulado, hacen de esta obra un referente absoluto para toda novela de terror que se precie de serlo.
Publicado originalmente en: Espaciolibros
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