
¿Y si una voz del pasado estuviera esperando que alguien la escuchara?
El Disco de Festos, historia y traducción experimental se entrelazan en este misterio arqueológico que parece hablar desde la antigüedad. Un objeto de arcilla impreso con símbolos en espiral, creado hace más de 3.500 años, que aún no ha sido comprendido… pero que quizá pueda sentirse.
Hace más de tres milenios, en algún rincón de la isla de Creta, alguien imprimió con delicadeza una secuencia de signos. No los grabó, los estampó. Como si aquel desconocido artesano presintiera lo que siglos más tarde haría Gutenberg con los primeros libros.
Ese objeto, tan sencillo como imposible, se conoce como el Disco de Festos, y es —sin exagerar— uno de los mayores misterios de la humanidad.
Un hallazgo que parecía una novela
Imagina la escena: 1908. El arqueólogo italiano Luigi Pernier excava en las ruinas del palacio minoico de Festos. De entre los escombros surge un disco de arcilla cocida, grabado con símbolos en espiral que nadie puede leer. Un objeto que no se parece a nada más. Ni antes ni después.

Desde entonces, se ha dicho de todo: que era un poema, un juego, un calendario o incluso un fraude. Pero si es auténtico, estaríamos ante el primer texto impreso de la historia.
👉 Mira de cerca los símbolos del disco
Una traducción experimental, un experimento literario
En Adictos a la Literatura decidí lanzarme a una aventura: intentar traducir el Disco de Festos. Como ya hicimos con el Manuscrito Voynich, recurrimos a la creatividad, al estudio histórico y a la inteligencia artificial para imaginar qué podría decir.
El proceso: de los signos al sonido
- Identificamos repeticiones como si fueran versos o letanías.
- Buscamos paralelos con himnos antiguos de Micenas, Egipto o Sumeria.
- Asignamos valores fonéticos a los símbolos.
- Probamos una lectura coral, como si se tratara de una ceremonia.
- Recreamos la música con Suno, una IA generadora de audio.
Fue una mezcla de análisis, intuición y respeto.
Nuestra hipótesis: una letanía a la Gran Diosa

El lingüista Gareth Owens propuso que el disco es una oración a la Gran Diosa minoica. Nuestra recreación parte de esa idea: un canto repetitivo, ceremonial, tal vez coral.
Que la diosa escuche nuestro canto. Que el árbol reciba la ofrenda. Que no falte la vida.
¿Es esta la verdadera traducción? Probablemente no. Pero es una hipótesis coherente, hermosa, y sobre todo… humana.
Cuando la historia nos habla con ritmo
No se trata solo de traducir. Se trata de imaginar. De dar voz a quienes no la tienen. De escuchar el eco de un pueblo olvidado.
El Disco de Festos, historia y traducción experimental, se convierte así en algo más que un objeto: en un símbolo de nuestra sed de comprender.
🛎 Enlaces adicionales y recursos visuales
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🔚 Cierra los ojos
Imagina el disco girando lentamente en la penumbra del templo.
Las voces, una tras otra, llenando el aire.
El eco de un pueblo perdido que aún quiere ser escuchado.
🎥 Escuchadlo aquí en el video completo de nuestro canal de Adictos a la literatura:
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