mundo-blog
Mundo blog

Mundo blog, vida post puede parecer un título un tanto extraño, pero lo cierto es que la cultura blog, surgida en Internet, ha ido perfilando un nuevo y poco halagüeño mundo blog.

Es paradójico que escriba este artículo, precisamente desde un blog, pero no intento hacer una crítica a este medio, sino a las consecuencias indeseables que la cultura blog en particular e Internet en general está teniendo sobre la sociedad.

El formato blog nació como una alternativa interactiva y sencilla a las páginas web convencionales. En un principio se trataba de webs personales donde la gente expresaba sus ideas y conocimientos poniéndolos a disposición del público. En poco tiempo, este formato de información interactiva, comprimida y rápida de administrar,  fue conquistando Internet, abarcando todos los medios en ella disponible (video blogs, youtubers, redes sociales, etc…).

Ahora mismo, no existe empresa, organización, particular o profesional que se precie que no tenga su propio blog. Los medios de comunicación han migrado a webs que son en la práctica blogs de noticias. De hecho, no se entiende la promoción de evento alguno (presentaciones cinematográficas, literarias, series de televisión, …) que no cuente con un blog.

Todo esto ha tenido un gran impacto en la sociedad. Nos encontramos hoy en día con las primeras generaciones que han recibido gran parte de su formación cultural y personal a través de estos blogs (algunos creen más en los consejos de los «influencers» de turno que en sus propios profesores o familia). ¿Cuál ha sido el resultado? ¿En qué se ha convertido nuestro nuevo mundo blog?

La juventud actual (y algunos no tan jóvenes) han visto su capacidad para asimilar información claramente mermada. Los blogs se nutren de post (artículos como éste que estas leyendo) de muy corta extensión, en que los temas son tratados con muy poca profundidad. Esta información sesgada y superficial se ha extendido a diarios y periódicos digitales. Los medios online, aunque profundizan algo más, no llegan ni de lejos a lo que se publicaba en las versiones en papel (no hace falta comentar que las ediciones impresas están en franca decadencia y que es muy poca la gente joven que lee periódicos o revistas de papel).

Si sumamos esto a que la televisión (dios indiscutible de la información hasta la llegada de Internet) ha adquirido, sin pudor, los peores vicios de Internet, nutriéndose en sus informativos de informaciones surgidas de redes sociales (ya hablaremos de ellas en otra ocasión), tweets, memes y demás. Lo que tenemos es una generación inmersa en medio de un mar de información sesgada y manipulada. Eso sí, administrada en pequeñas píldoras para que sea fácil de asimilar.

Todo esto ha creado un mundo de ideales y principios volátiles, mal informado, en el que se hace a los niños comportarse como adultos, mientras los adultos se comportan como niños.

Mucha gente se muestra incapaz de mantener una conversación sobre un tema serio más allá de unos minutos. Rápidamente, cualquier dialogo deriva en el último video de humor de Youtube o la última canción machacona y machista, que se repite un  millón de veces por Spotify. Si alguien persiste en tratar un tema político, social o cultural es calificado indefectiblemente como pesado y pedante, cuando no simplemente arrinconado por bicho raro.

En un mundo acostumbrado al consumo rápido, las relaciones interpersonales se desechan con la misma facilidad que se pasa de ver una serie a otra de moda. Muchos jóvenes presumen de las múltiples veces que se han enamorado, sin comprender que quien se enamora muchas veces es que no se ha enamorado nunca.

vida-blog
Vida blog

El problema es que, cuando estas nuevas generaciones se enfrentan al mundo real (acceder  al mundo laboral, establecer relaciones estables, crear una familia, etc…), se muestran en muchos casos incapaces. Se atrincheran, así, en una eterna adolescencia incapaces de madurar, pasando de relación superficial a relación superficial, gastando el poco dinero que ganan sin control e intentado inútilmente esquivar un mundo que terminará por echárseles encima, estén o no preparados.

Corremos el riego de crear una o varias generaciones perdidas, sin fuerza de voluntad para tomar sus propias decisiones y, lo que es peor, totalmente incapaces de afrontar las consecuencias de sus actos. Una generación de expertos en buscar excusas y esquivar las responsabilidades.

Pero, a pesar de este panorama tan poco reconfortante, si somos capaces de tomar conciencia del problema, estamos a tiempo de cambiar el rumbo radicalmente. Para conseguirlo, debemos esforzarnos en educar a nuestros hijos en una mentalidad crítica con el mundo que les rodea. Debemos inmunizarles contra su tendencia natural a asimilar sólo lo sencillo y conseguir que se acostumbren a utilizar Internet para comparar fuentes y profundizar el la búsqueda de información. 

Por otro lado, es fundamental que los escritores de blogs, creadores de contenidos  y los usuarios en general de Internet, luchemos contra las limitaciones que las grandes corporaciones intentan imponernos. Hagamos artículos más detallados y profundicemos en los temas, aunque nuestras herramientas SEO nos digan que Google nos pondrá en la última página de los buscadores. ¿Para qué queremos que nos lean si no tenemos nada que decir?.

Quizá, si empezamos a ser mas responsables con las herramientas que tenemos entre manos, consigamos despertar de una vez el verdadero potencial revolucionario de Internet. Debemos hacer de Internet un catalizador de la expansión cultural de la sociedad y no la maquinaria de manipulación colectiva en que intentar convertir la red de redes. La batalla ha comenzado ¿Lo conseguiremos?