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Mi primer novela, titulada Síndone, centra su trama en una de las reliquias religiosas más importantes y a la vez conflictivas de la historia: La Sábana Santa. Por eso, me ha parecido interesante dejaros aquí un breve artículo, que escribí hace tiempo, repasando su historia. Espero que os guste y os anime a investigar por vuestra propia cuenta sobre este fascinante objeto que nos  ha legado la historia.

La Sábana Santa, también conocida como la Síndone de Turín, es una fina pieza de lino, que según la tradición, es el lienzo con el que fue envuelto el cuerpo de Jesucristo al ser bajado de la cruz y depositado en el sepulcro. Mide 4.41 m de largo por 1.13 m de ancho y muestra en su cara interior impresa la una imagen de un cuerpo que coincide con la Pasión y Muerte de Jesús según los Evangelios. Presenta lo que parecen manchas de sangre muy visibles y evidentes quemaduras y rastros de agua.

Su historia conocida comienza en 1357 cuando la viuda del caballero francés Geoffroy de Charny la expuso en una iglesia en Lirey, Francia (diócesis de Troyes). Desde el comienzo aparece inmersa en la controversia; en 1389, el obispo Pierre D’Arcis denuncia en una carta al papa de Aviñón que la imagen era un fraude, indicando que ya había sido denunciada anteriormente por su predecesor Henri de Poitiers, al que le extrañaba que no fuera mencionada en las Sagradas Escrituras. Pese a todo, Clemente VII prescribió indulgencias a los que peregrinaran al sudario, por lo que la veneración continuó, aunque no se le permitió el título de «Verdadero Sudario». En 1453 fue cedida a los Saboyas y siguió a la familia real cuando trasladó la capital en Piamonte. Desde 1694 está guardada en la maravillosa capilla que Guarino Gaurini construyó entre la Catedral y Palacio Real. Desde 1983 la Sábana Santa es propiedad de la Santa Sede, dejada en herencia por Umberto II de Saboya al Papa.

imgresLa Sábana Santa ha sufrido múltiples análisis a lo largo de los últimos años que no han sido capaces de dar aún una explicación plausible sobre su naturaleza. El 28 de mayo de 1898, Secondo Pía, al hacer las primeras fotografías descubrió que la imagen representada en la tela constituye un auténtico negativo. En 1977 expertos de la NASA, utilizando un ordenador descubrieron que la imagen tiene propiedades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías. Un año después, el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de Sindonología, tomó muestras del polvo de la Sábana y pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina. También se ha encontrado aloe y mirra como la que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres, y Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato.

Los análisis de las huellas de sangre, hechos en el 1978 por Pierluigi Baima Bollone y otros, han indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB. Se comprobó además la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela. Pero cómo se formó es aún un misterio.

Desde el campo de la medicina parece haber cierta coincidencia en afirmar que la representación de las heridas es anatómicamente perfecta y con detalles desconocidos en la antigüedad. Parece muy probable que el lienzo, envolviera un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto.

En 1988 investigadores de los laboratorios de Oxford, Tucson, y Zurig realizaron pruebas de Carbono 14 al Santo Sudario, llegando a la conclusión de que la reliquia era un lienzo medieval cuya fecha se encuadraba entre 1260 y 1390. Parecía que un dato tan concluyente vendría a terminar con la controversia sobre el sudario demostrando su posible origen medieval, sin embargo, nuevos estudios científicos han puesto en duda la validez de estas pruebas de carbono 14. El químico Alan Adler, profesor emeritus de Western Conneticut State University dice que la tela que se tomó para las pruebas viene de una porción del Santo Sudario que tiene marcas de agua y quemaduras. Contiene además reparaciones que la hacen diferente al resto del Sudario. El científico ruso Dimitri Kouznetsov y el físico John Jackson sugieren que el perfil de carbono de la tela fue afectado por el fuego de 1532.

Más allá de todos estos análisis parece universalmente reconocido por todos los expertos de todas las tendencias que, independientemente de que la Sábana haya sido o no utilizada para envolver el cuerpo de Cristo en el siglo I, se trata de un caso arqueológico único en el mundo. Hoy día el lienzo es estudiado por treinta disciplinas diferentes.